El ciclo maldito
El Real Madrid ofrece todos los s¨ªntomas de una instituci¨®n enferma. El club vive tal cascada de acontecimientos que la noticia de ayer se volver¨¢ vieja a las 24 horas. Y nadie puede asegurar que el ritmo vaya a decrecer en los pr¨®ximos d¨ªas. Lorenzo Sanz, en apenas dos meses de mandato, ha cubierto demasiadas etapas para ser un reci¨¦n llegado: ha presidido una asamblea de socios y ha convocado una segunda para dentro de un par de semanas, ha fichado a una gran estrella (S¨²ker) y ha destituido a uno de los pesos pesados del panorama espa?ol (as¨ª debe ser considerado Valdano aun cuando su palmar¨¦s sea obligadamente corto dados sus cuatro a?os de carrera). Debe buscarle un sustituto a Valdano y explicar a la audiencia por qu¨¦ Laudrup, Zamorano y Luis Enrique, entre otros, van a dejar el club. Todo ello tras ser parte activa en la ca¨ªda de un presidente como Mendoza. Demasiado curr¨ªculo. Demasiada convulsi¨®n. Lorenzo Sanz no parece ser due?o de sus actos. Los actos (o los sucesos) se han hecho due?os del Madrid desde un tiempo a esta parte.El Madrid celebr¨® el 3 de junio de 1995 la conquista del t¨ªtulo de Liga. Era la n¨²mero 26. Tras un cuatrienio luctuoso (as¨ª debe ser considerado si se cerr¨® con cuatro Ligas del Bar?a am¨¦n de una Copa de Europa), Mendoza se apresur¨® a disfrutar de un cambio de tendencia. Mendoza cre¨ªa firmemente en una vieja teor¨ªa del f¨²tbol, seg¨²n la cual los grandes equipos (o las grandes plantillas) se mueven por ciclos, que dif¨ªcilmente (y as¨ª se lo explicaba Berlusconi) sobrepasan los cinco a?os. La teor¨ªa ha fracasado con el Madrid: la Liga no invirti¨® la tendencia y Valdano termin¨® no siendo el hombre que liderara un nuevo proyecto. El Madrid sigue dentro de un ciclo maldito.
Al mes de la luna de miel, Valdano, anunciaba que, ante sus desacuerdos con Mendoza en materia de fichajes, optar¨ªa por la cantera. Era el primer s¨ªntoma. A finales de julio, seg¨²n el equipo daba sus primeros pasos en Suiza,, saltaba una noticia a media tarde: los siete directivos de Villar Mir abandonaban la junta y provocaban una crisis de grandes dimensiones: el Madrid corri¨® serio peligro de ser compa?ero de viaje en los famosos descensos del Sevilla y el Celta a Segunda B a causa de los avales. El campe¨®n, sin que mediara el primer saque inicial de la pretemporada, ya estaba en crisis.
Semanas despu¨¦s se sabe que, a pesar de la Liga reci¨¦n conquistada, el club perdi¨® 2.000 millones en el ejercicio pasado. Luego, la asamblea del no a las cuentas. Y, en medio, un club que sumaba demasiadas derrotas en el arranque de la Liga. El Madrid era noticia permanente. Y, siempre, como protagonista de una mala noticia.
Estamos en noviembre. Han pasado demasiadas cosas, pero el ritmo es fren¨¦tico. Mendoza entra en crisis, resucita a Florentino P¨¦rez, se enfrenta a su propia junta, queda en minor¨ªa, habla de alta traici¨®n, anuncia su marcha e intenta evitarla en el ¨²ltimo momento. Y se va porque no puede superar una votaci¨®n en su propia junta. Se va el 20-N. Lorenzo Sanz le sucede sin anunciar una convocatoria de elecciones. El ciclo no termina de cerrarse.
Lorenzo Sanz se ha sentado 11 veces en el palco como presidente. S¨®lo ha podido disfrutar de tres partidos (las victorias ante Sevilla, Celta y Valladolid). La Liga queda como un recuerdo lejano. Valdano es ya parte del pasado. Como lo ser¨¢ Zamorano. Y Laudrup. Hoy habr¨¢ un nuevo protagonista, un apellido (el del nuevo t¨¦cnico) que se har¨¢ familiar a los pocos d¨ªas. Le veremos sonreir y saludar a los jugadores. ?Cu¨¢nto tiempo tardar¨¢ en mostrarse cabizbajo, obligado a dar explicaciones? El ciclo maldito ha alcanzado un punto tenebroso: este club es una formidable cantera de v¨ªctimas.
Lorenzo Sanz pide tiempo. Pero el tiempo corre demasiado deprisa en este club, seg¨²n un ritmo devastador. El secreto debe estar en otro punto: ?alguien controla los acontecimientos en el Real Madrid?
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