El procesamiento

ERA CUESTI?N de d¨ªas que el juez del Supremo Eduardo M¨®ner decidiera formalmente el procesamiento de Jos¨¦ Barrionuevo en relaci¨®n con el caso GAL El auto de libertad, provisional, bajo fianza de 1,5 millones de pesetas dictado el pasado d¨ªa 11 contra el primer ministro socialista del Interior anunciaba casi inexorablemente esta decisi¨®n. M¨®ner ha actuado sin prisas, respetando estrictamente las reglas del procedimiento y las garant¨ªas exigidas por la ley. Ello es precisamente lo que distingue al juez inquisitivo -el de instrucci¨®n lo es por definici¨®n- del inquisitorial, que instrumentaliza la ley para forzar la voluntad del acusado.La decisi¨®n de M¨®ner tiene una importancia procesal indudable. La tiene aunque s¨®lo fuera por la imputaci¨®n del secuestro de Segundo Marey, hecho que motiv¨® la actual situaci¨®n de libertad provisional en que se encuentra Barrionuevo. El procesamiento del ex ministro socialista del Interior implica su m¨¢s que probable comparecencia a juicio. La presunci¨®n de inocencia sigue inc¨®lume hasta que no haya sentencia. firme, pero debilitada bajo el peso de unos indicios fundados de criminalidad que s¨®lo podr¨¢n ser destruidos o confirmados ante el tribunal que en su d¨ªa juzgue el caso GAL.

El auto de procesamiento dictado contra Barrionuevo, pone m¨¢s al desnudo la temeraria decisi¨®n del PSOE de incluirle en sus listas electorales. Decisi¨®n que por s¨ª sola pon¨ªa en evidencia que la elaboraci¨®n de candidaturas tiene m¨¢s en cuenta motivaciones tribales -incluso si son tan respetables como la solidaridad- que los intereses de los electores. Pero si la inclusi¨®n de Barrionuevo en las listas electorales supon¨ªa ya colocar a los votantes socialistas ante un dilema moral desde ayer se convierte casi en un chantaje.