'Anaritmetismo'
Del mismo modo que el, analfabetismo es la incapacidad de leer el lenguaje de las letras, el "anaritmetismo" ser¨ªa la incapacidad de leer el lenguaje de los n¨²meros. Y del mismo modo que llamamos "analfabeto pr¨¢ctico " a quien, si bien conoce las letras y su forma de articulaci¨®n, es incapaz de leer de manera comprensiva un texto m¨ªnimamente complejo, podr¨ªamos llamar "anaritmeto pr¨¢ctico" a quien conoce los n¨²meros pero es incapaz de comprender cualquier expresi¨®n num¨¦rica que vaya m¨¢s all¨¢ de las cuatro operaciones. Y as¨ª como el analfabetismo cierra a quien lo padece casi todas las puertas de la cultura, el anaritmetismo impide el acceso a esa puerta maestra del conocimiento objetivo que es la ciencia.Por supuesto, el discurso cient¨ªfico tambi¨¦n utiliza el lenguaje verbal, incluso m¨¢s que el num¨¦rico; pero es en la cuantificaci¨®n y en la correlaci¨®n matem¨¢tica de las magnitudes donde la ciencia se realiza como tal, donde se vuelve concreta, precisa y eficaz. La matematizaci¨®n del conocimiento es lo que ha dado a la ciencia su extraordinario dominio sobre la naturaleza, su incontenible poder transformador.
"Hay que medir todo lo que es medible y hacer medible lo que no lo es", dec¨ªa Galileo, el padre de la ciencia moderna. Y, antes que ¨¦l, Leopardo da Vinci ya se hab¨ªa dado cuenta de que "el libro del universo est¨¢ escrito en el lenguaje de los n¨²meros" y que "ninguna investigaci¨®n humana se puede, considerar verdadero conocimiento si no pasa por las demostraciones matem¨¢ticas".
?Por qu¨¦, pues, tantas personas presuntamente cultas e interesadas por comprender el mundo en que vivimos muestran un total desconocimiento (que en una persona con acceso a la cultura equivale a un total desinter¨¦s) del esclarecedor lenguaje de la ciencia? ?Qu¨¦ consecuencias psicol¨®gicas y sociales tiene este generalizado anaritmietismo?
La primera pregunta es muy dif¨ªcil de contestar; la segunda, muy f¨¢cil: en el plano personal, la ignorancia cient¨ªfica limita dr¨¢sticamente el pensamiento en su misma base, e impide el acceso a todo un mundo de conocimientos y experiencias intelectuales; en el plano social, perpet¨²a la vieja y empobrecedora divisi¨®n entre "ciencias" y "letras" (que C. P. Snow denunci¨® en su ya cl¨¢sico ensayo Las dos culturas), y sustenta la paradoja de una cultura oficial basada casi exclusivamente en lo literario y lo art¨ªstico, en un momento en que, m¨¢s que nunca, la aventura del conocimiento pasa por la investigaci¨®n y la reflexi¨®n cient¨ªficas.El distanciamiento entre ciencia y filosof¨ªa, que empezaron siendo una misma cosa, da la medida de la gravedad del problema. Hoy m¨¢s que nunca es inconcebible un fil¨®sofo que no tenga conocimientos s¨®lidos de, por lo menos, f¨ªsica y matem¨¢ticas, y sin embargo la mayor¨ªa de los que se arrogan ese titulo son anaritmetos pr¨¢cticos, cuando no absolutos. Hace unos a?os tuve ocasi¨®n de preguntarle a Stephen Hawking c¨®mo ve¨ªa la relaci¨®n actual entre filosof¨ªa y ciencia, y me contest¨®: "Si la filosofia s¨®lo se ocupa del lenguaje, los cient¨ªficos tendr¨¢n que ocupar el puesto que los fil¨®sofos han dejado vacante".
Ciencia y filosofia (o lo que es lo mismo, ciencia y pensamiento) nacieron juntas y tienen que volver a juntarse. Es una empresa que nos afecta a todos y que tiene implicaciones en todas las ¨¢reas de la cultura y de la vida. Fen¨®menos como el auge del esoterismo o el fundamentalismo religioso est¨¢n estrechamente relacionados con el rechazo de la ciencia, que, en ¨²ltima instancia, es. el rechazo de la raz¨®n.
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