Los 'chaperos' que quieran dejar la droga tienen ya un plan de ayuda

El consumo de drogas y la falta de techo y documentaci¨®n son moneda corriente entre los hombres que ejercen la prostituci¨®n callejera, seg¨²n el colectivo La Radical Gai. Su misma marginaci¨®n dificulta cualquier tratamiento convencional de toxicoman¨ªas. Por eso, esta asociaci¨®n y Cruz Roja han iniciado un programa especial para los chaperos que deseen desengancharse. La clave es la rapidez en iniciar el tratamiento.

En menos de una semana, una vez efectuada la anal¨ªtica en los Centros de Atenci¨®n a Drogodependientes (CAD) municipales, el usuario de este programa ingresa en una unidad hospitalaria. El plazo es inferior a la media habitual de esperas, que suele rondar los seis meses. Esa celeridad, b¨¢sica para personas sin domicilio fijo y desarraigadas, es posible porque Cruz Roja se ha comprometido este a?o a atender en sus centros sanitarios de toda Espa?a a 50 pacientes madrile?os de este plan.Eduardo (nombre ficticio), de 21 a?os, apodado Speed, es el primer chapero con graves problemas de drogas que se ha beneficiado de esta iniciativa. Hay otros siete en lista de espera o dando los primeros pasos para dejar el consumo. El lleva cinco d¨ªas ingresado en un hospital de Cruz Roja, fuera de Madrid, sometido a un tratamiento de desintoxicacion.

A pesar de su edad, la historia de este joven con la calle es larga y tortuosa. Con un padre alcoh¨®lico y violento, consumidor de drogas desde los ocho. a?os y dedicado a la prostituci¨®n desde los quince ha conocido los reformatorios y la c¨¢rcel por, robos y tr¨¢fico de estupefacientes. Tambi¨¦n ha pasado por varios intentos fallidos de desintoxicaci¨®n. Hace dos meses toc¨® fondo, comprob¨® que su salud estaba muy minada y se sinti¨® asqueado de ejercer la prostituci¨®n.

"Se gana dinero, s¨ª; a veces hasta 20.000 pesetas diarias, pero cada vez menos por la competencia de los extranjeros y de yonquis, que han tirado los precios y adem¨¢s, si consumes drogas, te quedas sin nada, que es lo que me ha pasado a m¨ª, aunque nunca me ha faltado comida ni un hostal", explica.

"La primera vez me dio mucho asco, pero era un cr¨ªo sin dinero y adicto a las drogas y me ofrecieron 40.000 pesetas; ahora no s¨¦ si soy o no soy homosexual", asegura este madrile?o, que dice estar encantado con el tratamiento y con la atenci¨®n del equipo sanitario.

"Yo s¨¦ que va a ser, dif¨ªcil encontrar trabajo con antecedentes penales, pero lo voy a intentar", a?ade. "La prostituci¨®n no se la recomiendo a nadie, porque acabas harto de que hagan con tu cuerpo lo que quieran, mientras no est¨¢s enganchado dices que no a algunas propuestas, pero la droga te lleva a aceptar lo que no deseas y a transigir cuando te piden que no uses preservativo, con el riesgo que eso supone", apostilla. "Luego est¨¢n los problemas con la polic¨ªa, que est¨¢ todo el d¨ªa pidi¨¦ndote el carn¨¦ y, a veces, aprovech¨¢ndose", concluye.

El objetivo de La Radical Gai, un colectivo minoritario pero muy beligerante contra la homofobia, no es que los chaperos, dejen la calle. "Eso ser¨¢ una decisi¨®n personal en la que no nos metemos", afirma Jes¨²s B., uno de los promotores.

La captaci¨®n de los chaperos la realiza La Radical, los viernes, de 19.00 a 21.00, en Hortaleza, 19, l? derecha. La asociaci¨®n concierta la cita en el CAD y acompa?a al chapero a la consulta. El viaje al hospital de Cruz Roja lo costea C¨¢ritas. El seguimiento posterior lo realizan los CAD, y se est¨¢n buscando recursos para quienes carezcan de domicilio y apoyo familiar.