Cuestion de democracia
La confrontaci¨®n ha dejado inevitablemente un regusto amargo. Aun cu¨¢ndo Marcelino Camacho no haya sido el creador de las Comisiones Obreras en la Espa?a de los 60, s¨ª se gan¨® merecidamente la condici¨®n de personaje emblem¨¢tico de las mismas, y en su prolongada vida como militante obtuvo a pulso el reconocimiento general, no s¨®lo por la fidelidad a sus ideales, sino por el sentido realista y la ponderaci¨®n con que supo afrontar situaciones dif¨ªciles, tales como la crisis del PCE en 1981 o su propia sucesi¨®n.Pero ese reconocimiento merecido es una cosa, y otra bien distinta considerar como il¨ªcito el hecho de que haya acabado perdiendo la presidencia del sindicato, una vez que se hab¨ªa embarcado a fondo en la contienda interna y sus posiciones fueron derrotadas. Son las reglas de la democracia, que lamentablemente resultan duras de digerir para quienes est¨¢n empapados de la tradici¨®n comunista.
Si ellos ganan, aplastan, pero si lo hacen sus oponentes, ¨¦stos tienen el deber de formar ejecutivas de integraci¨®n . Si n lo hacen, los pec¨¦s rompen labaraja, y no cab¨ªa esperar otro comportamiento cuando, como ha ocurrido en este paso, se resuelve negativamente para ellos, la tensi¨®n hist¨®rica entre la autonom¨ªa del sindicato y la hegemon¨ªa comunista. S¨®lo cabe augurar que, una vez remansadas las aguas tras la tormenta, el desgaste para Comisiones Obreras resulte transitorio y la minor¨ªa pro-PCE se limite a la l¨ªcita tarea de conquistar posiciones desde la lealtad a la l¨ªnea mayoritaria.
Otra cosa es que el hecho del voto denote siempre vida democr¨¢tica. Tenemos un ejemplo bien reciente, en la votaci¨®n, desde la base de las candidaturas de Izquierda Unida. Aparentemente m¨¢s democracia no cabe. Pero, para empezar, Anguita queda fuera del voto y ¨¦ste se aplica imperativamente en Madrid, pero tiene s¨®lo valor indicativo en otros lugares. Adem¨¢s, los sectores comunistas de IU est¨¢n organizados, dan consignas de.voto , incluso desde sus diferentes fracciones, mientras que los independientes quedan sometidos a ese juego de aut¨¦ntica manipulaci¨®n. No hay debate abierto sobre candidaturas previamente establecidas, sino consignas y exclusiones desde el inter¨¦s de la fracci¨®n. El resultado ha sido tan l¨®gico como rid¨ªculo: Francesc Frutos, al frente, y el mejor diputado de la coalici¨®n, a hacer m¨¦ritos para la pr¨®xima, Los electores de izquierda, simplemente, no contamos.
Ambas situaciones, la crisis en Comisiones Obreras y el. control comunista de las candidaturas en Izquierda Unida, constituyen el resultado inevitable, del modo de hacer pol¨ªtica confirmado en. el ¨²ltimo Congreso del PCE Ahora bien, eso no justifica que a IU y a Anguita se les apliquen discriminaciones inadmisibles de cara a las elecciones. El caso de los debates televisivos ser¨ªa aqu¨ª el banco de prueba. No estamos en un sistema bipartidista y tampoco hay una segunda vuelta donde contiendan por el puesto de presidente s¨®lo dos l¨ªderes. Ni cabe aducir que entonces tendr¨ªan que participar los cabezas de lista del PNV y de CiU, porque catalanes y vascos s¨®lo presentan candidaturas en sus respectivas comunidades, por lo cual matem¨¢ticamente nunca pueden alcanzar los esca?os necesarios para constituir mayor¨ªa. Las candidaturas estatales con representaci¨®n parlamentaria son tres, Y ''de haber debate, son l¨®gicamente los tres quienes, deben participipar, al margen de las encuestas. El tema de la par condicio, del acceso igualitario de las distintas corrientes a TV en per¨ªodo electoral, no es s¨®lo una reivindicaci¨®n para dem¨®cratas italianos amenazados por Berlusconi. Es tambi¨¦n aqu¨ª una exigencia democr¨¢tica inexcusable, cuyo cumplimiento quiz¨¢s el propio PSOE pueda agradecer en el futuro.
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