'Urgencias' entra en el quir¨®fano

Citar un f¨¢rmaco inexistente, hacer una prueba diagn¨®stica que costar¨ªa un suspenso a cualquier estudiante de medicina, o preguntar a bocajarro a un familiar si tiene alg¨²n inconveniente en que su allegado done los ¨®rganos, antes de anunciarle la muerte, son algunos de los patinazos de la serie norteamericana Urgencias. Cuatro m¨¦dicos espa?oles, experimentados en la medicina de urgencia, analizaron para EL PA¨ªS el episodio de la serie de TVE- 1 del pasado martes 23 y diagnosticaron una buena salud al paciente cat¨®dico, pero sin dejar pasar algunos errores de bulto, fruto de una ligera intoxicaci¨®n dram¨¢tica.

Los m¨¦dicos de Madrid Jes¨²s ?lvarez, Salvador Ju¨¢rez, Jos¨¦ Luis Patier y Pedro Tarquis analizaron las urgencias del Chicago televisivo. Los dos primeros son coordinadores de urgencias de los hospitales 12 de Octubre y La Paz respectivamente; el tercero es m¨¦dico adjunto de urgencias del Ramon y Cajal y el ¨²ltimo es jefe de la misma unidad en el hospital Cl¨ªnico San Carlos.

Un vocabulario inadecuado es la causa de los primeros problemas. La expresi¨®n "abrir una v¨ªa" sustituye una y otra vez en dialecto minero a la correcta "coger una v¨ªa", cuando se trata de encontrar una vena que pinchar., A su lado convive, en una aut¨¦ntica balacera de t¨¦rminos t¨¦cnicos, una frase propia de un entrenador de baloncesto: "No hay defensa en el rebote". El aguerrido personaje Peter Benton (Eriq La Salle) se despacha de esta f¨®rma despu¨¦s de auscultar el vientre de un paciente. La sentencia adecuada deber¨ªa haber sido: "No hay defensa, ni signo de rebote" en referencia gr¨¢fica a la reacci¨®n de los m¨²sculos despu¨¦s de presionar en la zona afectada.Hacer pruebas de ¨¢cido ¨²rico, que no son consideradas de car¨¢cter urgente, cuando se trata de realizar una prueba de urea; recetar "clorpracina" cuando en realidad se est¨¢ pensando en clorpromacina (medicamento utilizado en psicosis graves), o diagnosticar que un paciente est¨¢ "senil" por demente senil, son otros de los errores visibles para iniciados.La segunda categor¨ªa de deslices, en una serie que pretende el m¨¢ximo de seriedad (la American College of Emergency Physicians -ACEP-m¨¢xima autoridad en la materia, asesor¨® en algunos de los guiones), pertenecen a las pr¨¢cticas propias de actores en escenificaci¨®n libre. Apenas aparece un enfermo medio desmembrado por culpa de un accidente de tr¨¢fico, el impulsivo Benton no deja pasar la oportunidad para lucirse: "Hay que intubarlo". El problema es que en la imagen se ve que est¨¢ ya intubado. Poco m¨¢s adelante el protagonista Mark Greene (el actor Anthony Edwards) tarda medio segundo en detectar una rotura de bazo y... al quir¨®fano. En realidad hoy se har¨ªa antes una ecograf¨ªa.

La palma se la lleva de nuevo el televisivo doctor Benton cuando palpa el vientre & un enfermo sentado. Lo suyo es que estuviera tumbado. Esto, que para un lego resulta f¨²til, ha costado, m¨¢s de un cero riguroso de calificaci¨®n a cualquier futuro m¨¦dico. En el cap¨ªtulo de los actores-pacientes que ponen demasiado empe?o en su caracterizaci¨®n, aparece una anciana, bronqu¨ªtica terminal. Habla claro, fuerte y con precisi¨®n. Para hacer de forma adecuada su papel debe r¨ªa haber declamado de manera m¨¢s accidentada y entrecortada.

El tercer apartado de patinazos cae del lado de los fallos humanos. La escena presenta a una familia que sufre a un desgraciado accidente. La madre muere. Benton vuelve al ataque: "?Ha hablado con su mujer de la oportunidad de donar los ¨®rganos? Ella va a morir". Las dos frases son soltadas en mitad de un pasillo por el que no para de pasar gente.

Pese a todo, la decisi¨®n de los cuatro m¨¦dicos consultados es un¨¢nime.: todo es tan veros¨ªmil como nguroso. Salvo algunas excepciones. ?lvarez la considera anticuada: "Lo que se realiza alli,quiz¨¢s porque el gui¨®n se escribi¨® en la d¨¦cada de los setenta, lleva 20 a?os de retraso con la realidad de Estados Unidos y 10 con respecto a Espa?a".