Un joven estudiante brit¨¢nico consigue publicar en 'Nature'
Dotes de observaci¨®n, mucha paciencia, un dep¨®sito y una bomba de agua han bastado para que Justin Marston, un estudiante brit¨¢nico de 18 a?os viera publicada ayer, nada menos que en la revista Nature, su primera investigaci¨®n seria. El talento se le supon¨ªa. A su edad, resulta casi impensable acceder a una de las tribunas cient¨ªficas de mayor prestigio mundial. ?l lo ha conseguido gracias a un trabajo relacionado con la teor¨ªa del caos. En octubre pr¨®ximo piensa iniciar la carrera de bioqu¨ªmica.
El ¨¦xito no parece haber alterado por ahora los planes de Marston, en cuyo caso no hay que dejarse llevar por las apariencias. Su cisterna es similar a las utilizadas por los fontaneros para instalar la calefacci¨®n en una casa cualquiera. En cuanto a la bomba de agua, la compr¨® en una inofensiva tienda de jardiner¨ªa. Le faltaba s¨®lo un ¨²ltimo utensilio, un grifo. Una simple llave de metal que le permitiera observar la salida del agua. Mejor dicho, su goteo. Y aqu¨ª es donde aparece el cient¨ªfico en ciernes.Doscientas horas
En la contemplaci¨®n del goteo invirti¨® 200 horas de trabajo. Anot¨® su ritmo y c¨®mo ¨¦ste era modificado, o bien influido, por la presi¨®n del dep¨®sito de agua. De sus notas se desprende algo que califica primero de obviedad. Aumentando la presi¨®n del l¨ªquido, se reduce el tiempo medio de goteo.
El siguiente hallazgo ya. no era tan evidente. Las gotas no se espacian de manera uniforme o lineal. Para llegar a esta conclusi¨®n tuvo que prestar atenci¨®n al fen¨®meno cerca de medio mill¨®n de veces. Sus amigos le animaron a publicar el trabajo y Marston reaccion¨® con el arrojo propio de su edad.
"Pens¨¦ que 19 mejor era empezar por arriba y lo envi¨¦ a Nature", ha dicho al rotativo londinense The Independent. Tambi¨¦n ha reconocido que se sorprendi¨® mucho cuando fue aceptado. Con el tiempo la satisfacci¨®n se ha impuesto a la confusi¨®n inicial.
El t¨¦rmino "teor¨ªa del caos" sirve para que los cient¨ªficos describan una serie de fen¨®menos y comportamientos, ya sean f¨ªsicos o biol¨®gicos, en apariencia fortuitos. Un an¨¢lisis m¨¢s detallado demuestra que responden a una norma, y a veces una serie de ellas, nada casuales. Para los profanos el caos responde m¨¢s bien al desorden. A pesar de posibles confusiones, la expresi¨®n se ha mantenido y ocupa a sesudos y reconocidos investigadores. "Siempre pens¨¦ que el caos en f¨ªsica supon¨ªa que un mont¨®n de ¨¢tomos se movieran", ha dicho Marston, "pero lo del grifo que gotea es un ejemplo cl¨¢sico de sistema ca¨®tico. Esto se aproxima mucho m¨¢s a mi propia experiencia".
Marston, por su parte, era ya un estudiante que promet¨ªa en la secundaria. Vive en Lancashire, al norte de Inglaterra. Las excelentes notas obtenidas en matem¨¢ticas, biolog¨ªa, qu¨ªmica, f¨ªsica y m¨²sica en el curso que precede a la universidad le han abierto las puertas de cualquier centro superior brit¨¢nico. De momento s¨®lo sabe que desea dedicarse a la ciencia.
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