La prisi¨®n privada de Sadika
Una musulmana ha pasado tres a?os presa en la casa de una mujer serbia que quer¨ªa canjearla por su hija
Sadika Hajruli ha sido una prisionera de guerra inusual, una mujer solitaria y fr¨¢gil mantenida como reh¨¦n durante tres a?os por una familia serbia en el s¨®tano de su casa de Sarajevo. El mi¨¦rcoles pasado sabore¨® su primer d¨ªa de libertad sin restricciones, pero sus l¨¢grimas de alegr¨ªa se transformaron r¨¢pidamente en amargura cuando supo que su madre hab¨ªa muerto d¨ªas antes, incapaz de esperar m¨¢s su vuelta a casa.En un apretado apartamento en la zona musulmana de Sarajevo, Sadika, de 51 a?os, cuenta su secuestro, en 1992, por la polic¨ªa serbia. Fue entregada a una mujer serbia que la ha mantenido desde entonces como reh¨¦n para intercambiarla por su propia hija, prisionera en el lado bosnio musulm¨¢n.Mientras Sadika habla con los periodistas y recibe una llamada desde Austria de su hijo herido, su hermana Izeta trae de puntillas la noticia de que su madre acababa de morir. "La enterramos el viernes. Estaba esperando por ti, a que fueses liberada. Pero no pudo aguantar m¨¢s. No llores, no llores".Sadika llora incontrolablemente. "Quer¨ªa sobre todo ver a mi madre, sab¨ªa que estaba esper¨¢ndome".
La extra?a historia de Sadika como v¨ªctima de la guerra de Bosnia comenz¨® en mayo de 1992, cuando el asalto frontal de las fuerzas serbias contra el Gobierno bosnio musulm¨¢n de Sarajevo sumi¨® en el horror a su barrio de Hadzici, en la capital bosnia. Ella y su marido, Kerim, ambos musulmanes, fueron hechos prisioneros por los radicales serbios mientras intentaban huir. Sadika no ha vuelto a ver a Kerini desde entonces: "Yo era, entre 470 presos, la ¨²nica mujer. Nos mantuvieron juntos quince d¨ªas, pero despu¨¦s a m¨ª me liberaron y a ¨¦l no".
Sadika volvi¨® a su casa, ahora en la zona de Sarajevo ocupada por los serbios, y por tanto con nuevos inquilinos, una familia de refugiados serbios que la trat¨® bien. La parte m¨¢s s¨®rdid1a de su historia comenz¨® pocos meses despu¨¦s, la noche en que la polic¨ªa serbia fue a buscarla para decirle que en dos d¨ªas podr¨ªa cruzar a la parte de la ciudad bajo control musulm¨¢n, para ser intercambiada por una mujer serbia que iba a ser liberada por el Gobierno bosnio.
"Iba llorando, asustada", recuerda. "Era de noche y me llevaron a casa de una mujer mayor, a unos tres kil¨®metros. Me dejaron con ella, pero nadie vino a recogerme".
El s¨®tano de la nueva casa se convirti¨® en su prisi¨®n durante los siguientes tres a?os, y la mujer, Tomanija Kukricar en su carcelera. Con el tiempo fueron construyendo una relaci¨®n muy especial. "A veces era buena conmigo, y a veces muy mala, sobre todo cuando pensaba en su hija... Pero, si hab¨ªa caf¨¦, lo tom¨¢bamos juntas".
Sadika pod¨ªa caminar por las cercan¨ªas de la casa y a veces sentarse al sol. Por la noche cerraba su puerta con llave por miedo a los soldados serbios. La ex cautiva no quiere hablar sobre los malo! tratos recibidos, pero Izeta ense?a a periodistas un pu?ado de cabellos grises ensangrentados que asegura cort¨® de la cabeza herida de su hermana cuando fue liberada el martes por la noche.
El Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja, a instancias de Izeta, sigui¨® el rastro y consigui¨® averiguar el paradero de Sadika, que ha perdido m¨¢s de 30 kilos durante su cautiverio. La Cruz Roja la llev¨® comida y ropa antes de su liberaci¨®n, que se produjo en el primer piso de la casa de su carcelera, adonde la hab¨ªan trasladado desde el s¨®tano "para hacer mejor impresi¨®n". La organizaci¨®n humanitaria negoci¨® su liberaci¨®n, pero Radojka Pandurevic, la hija de la mujer serbia que mantuvo a Sadika como reh¨¦n, permanece enmanos del Gobierno bosnio.
Un funcionario gubernamental asegura que Radojka " era un miembro del ej¨¦rcito eneinigo", pero no es un caso especial y podr¨¢ ser liberada pronto. La liberaci¨®n de todos los prisioneros de guerra deb¨ªa haberse cumplido, seg¨²n lo previsto en los acuerdos de Dayton, el pasado d¨ªa 19 de enero, pero ha sido bloqueada por el Gobierno bosnio exigiendo a los radicales serbios informaci¨®n sobre el paradero de: m¨¢s de 20.000 musulmanes desaparecidos. La mayor¨ªa de ellos probablemente yacen en fosas comunes, seg¨²n los testimonios que maneja el Tribunal de La Haya.
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