?Qu¨¦ fue del div¨¢n?
El f¨²tbol espa?ol ha desterrado la moda del psic¨®logo
La moda del psic¨®logo ha pasado a mejor vida en el f¨²tbol. Fue como un sarampi¨®n. Nadie est¨¢ dispuesto a reabrir ese asunto.En 1992 realizaron un asalto a la Primera Divisi¨®n que parec¨ªa llevar camino de ser definitivo. Pero su instalaci¨®n en la ¨¦lite se frustr¨®. La mayor parte de entrenadores se negaron a ceder esta parcela de poder. Y ahora, cuatro a?os mas tarde, ya no se habla de psic¨®logos. Los jugadores que recibieron terapia de grupo hablan de ello como algo in¨²til e innecesario. Y la mayor parte de entrendores espa?oles de Primera se sienten autosuficientes. "Los psic¨®logos somos nosotros", dicen. Cuando Benito Floro fich¨® por Real Madrid implant¨® la moda del psic¨®logo y arrastr¨® a algunos otros equipos. En Espa?a tres clubes, el Real Madrid, el Sporting y el Albacete, tuvieron psic¨®logos contratados. Y establecieron un r¨¦cord en el f¨²tbol mundial, puesto que ning¨²n otro pa¨ªs ten¨ªa tantos. En 1992, la Federaci¨®n Espa?ola, aconsejada por Vicente Miera, contrat¨® a un psic¨®logo, Jes¨²s Garc¨ªa Barrero, para ayudar a la selecci¨®n ol¨ªmpica, que gan¨® en Barcelona la primera medalla de oro del f¨²tbol espa?ol.Sin embargo, algunos jugadores que vivieron aquella experiencia siguen pensando que mantener un psic¨®logo en plantilla es un bien innecesario. "Trabajarnos con Jes¨²s en los JJOO. Para nosotros era muy nuevo y distinto. Nos lo tomamos con ganas", comenta Albert Ferrer, jugador del FC Barcelona y de la selecci¨®n. "Pero creo que ya somos suficientemente conscientes de d¨®nde estamos, y ya nos motivamos y nos mentalizamos solos. El trabajo del entrenador es suficiente". Robert Prosinecki, que vivi¨® la etapa de Floro y del psic¨®logo Emilio Cidad en el Real Madrid, explica que realizaban sesiones dobles dos o tres veces por semana con la misi¨®n de motivarles. "?Para qu¨¦?", se pregunta ahora. "Era una persona que no ten¨ªa ni idea de f¨²tbol. Y nosotros ¨¦ramos profesionales. Hablando con el entrenador ya nos entend¨ªamos. No soy partidario de ellos". Prosinecki se muestra contundente al analizar la dependencia que cre¨® el psic¨®logo. "Cuando se fue Floro y el psic¨®logo desapareci¨® nadie le ech¨® en falta. Ten¨ªamos m¨¢s tiempo libre para nosotros", resume.Sin embargo, algunos profesionales de la psicolog¨ªa se escudan en el hecho de que se hizo una aplicaci¨®n indebida para defender sus opciones. "Se plante¨® la psicolog¨ªa como si se tratara de una moda y no lo era. Se trabaj¨® muy mal en el f¨²tbol, porque hubo gente que no estaba formada en la psicolog¨ªa deportiva", cuenta Rosana Llames, que junto a Jes¨²s Garc¨ªa Barrero, hace muchos a?os que trabajan en Mareo pero s¨®lo una temporada aplicaron sus m¨¦todos al primer equipo del Sporting. "Se aplicaron t¨¦cnicas inadecuadas, infantiles, y nos hicieron mucho da?o. Llevaron a la err¨®nea conclusi¨®n de que la psicolog¨ªa no vale para el f¨²tbol."En todos los equipos entend¨ªan que era una persona ajena al equipo t¨¦cnico y que ven¨ªa a hacer casi un tratamiento, o sea que el jugador se encontraba casi enfermo", cuenta Francisco Seirulo, preparador f¨ªsico del Barcelona.Cuando se le pregunta a Seirulo si ve necesaria la presencia de un psic¨®logo en un equipo de ¨¦lite como el Barcelona, responde: "Con el tipo de entrenador que tenemos ser¨ªa sup¨¦rfluo".
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