Ense?anzas francesas
Al autor del editorial de su peri¨®dico del pasado d¨ªa 6 titulado Ense?anzas francesas, cuando se refiere a "se?ores que hablan franc¨¦s y se autoconsideran progresistas", le recomiendo que repase los art¨ªculos en su propio diario, en fechas recientes, de John Berger, Joaqu¨ªn Estefan¨ªa y Alain Touraine, as¨ª como la entrevista a dos p¨¢ginas de Ralp Dahrendorf. El 9 de enero, en su columna de ¨²ltima p¨¢gina, dice V¨¢zquez Montalb¨¢n: "Hay que concertar las exigencias de la econom¨ªa internacionalizada con el bien com¨²n, desde su perspectiva social y particularizada en cada Estado".?sta es la cuesti¨®n. Tendremos que hablar del Tratado de Maastricht y de sus consecuencias todas las veces que sea necesario, porque no se trata de vender la burra de sobaquillo, sino de analizar lo que m¨¢s interesa al conjunto de los espa?oles. Y, si se tienen que abordar otras alternativas, como, por ejemplo, prepararse para desarrollar una estrategia econ¨®mica en relaci¨®n con los otros pa¨ªses que, presumiblemente, no van a alcanzar los objetivos propuestos, pues manos a la obra.Si, independientemente del intento de integraci¨®n, hay que reabrir ajustes ineludibles en nuestra econom¨ªa, habr¨¢ que hacerlo usando ¨¦l calendario de reformas que m¨¢s se acople a nuestra problem¨¢tica y, naturalmente, consensuando los temas de fondo. Porque, si hay que conformarse con permanecer en segunda fila, en definitiva no haremos otra cosa que asumir nuestras carencias.
La defensa de la soberan¨ªa del Estado de derecho y de los derechos sociales conquistados por los ciudadanos a lo largo de siglos no se pueden ver mermados gratuitamente, sino despu¨¦s de una profunda reflexi¨®n.
Hay muchos que piensan que no se puede pedir un sacrificio a cambio de una promesa de vida mejor, sin aval alguno que garantice su cumplimiento. Y m¨¢xime cuando hay serias dudas de que la Europa del 96 sea la misma del 86.En todo caso, si la aventura merece la pena, se har¨¢ con la participaci¨®n, la ilusi¨®n y el esfuerzo de todos, teniendo que poner m¨¢s quien m¨¢s tiene y quien m¨¢s va a ganar con la apuesta. Pues eso, despacio, despacio, y reun¨¢monos a deliberar. Si se hace mal o interesadamente, otros vendr¨¢n con la bandera del cierre de fronteras: los fascistas.-
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