Alarma en Estados Unidos por supuestas amenazas de terroristas isl¨¢micos
Desde que el jeque Omar Abdel Rahman, condenado a cadena perpetua por su participaci¨®n en una campa?a, de atentados en Nueva York, dijo que la sentencia contra ¨¦l era "un ataque contra los musulmanes y contra la palabra de Dios", los servicios de espionaje de EE UU movilizaron a sus hombres para tratar de prevenir una acci¨®n de venganza por parte de organizaciones extremistas isl¨¢micas. En tres pa¨ªses ha sido declarada ya la alerta ante lo que todav¨ªa no se sabe si son amenazas ciertas o una simple ola de psicosis terrorista.
El temor a un atentado contra intereses norteamericanos en alguna parte del mundo creci¨® al destaparse el secreto de que el Congreso norteamericano hab¨ªa autorizado 18 millones de d¨®lares (unos 2.250 millones de pesetas) para operaciones de la CIA destinadas a derrocar el actual r¨¦gimen en Ir¨¢n. Como reacci¨®n, el Parlamento iran¨ª anunci¨® la pasada semana que dedicar¨ªa 20 millones de d¨®lares "a contrarrestar al gran sat¨¢n".En medio de un clima de que algo grande, organizado por Ir¨¢n o por alguno de sus protegidos, se prepara contra Estados Unidos, el Gobierno norteamericano advirti¨® esta semana que exist¨ªa un peligro inminente contra sus ciudadanos en Arabia Saud¨ª y Sud¨¢n.
En Arabia Saud¨ª, donde un coche bomba mat¨® a cinco norteamericanos el pasado mes de noviembre, el Departamento de Estado anunci¨® que hab¨ªa recibido "preocupantes informes de que pueden estar plane¨¢ndose nuevos ataques contra instituciones identificadas con EE UU".
En Sud¨¢n, el Gobierno estadounidense orden¨® el mi¨¦rcoles la salida de todo su personal diplom¨¢tico tras haber recibido numerosas amenazas terroristas, a las que, seg¨²n Washington, el Gobierno sudan¨¦s no ha respondido adecuadamente.
La semana pasada, el Pent¨¢gono hab¨ªa puesto en estado de alerta a, sus tropas en Bosnia para intentar evitar un ataque que podr¨ªa provenir de un ciudadano norteamericano musulm¨¢n, aparentemente infiltrado en las filas de los combatientes bosnios, o bien de parte de un contingente de guerrilleros muyahidin que en el pasado ayudaron al Gobierno bosnio y que han permanecido en Bosnia en contra de la opini¨®n de EE UU.
Los expertos consideran que el mayor peligro para los norteamericanos est¨¢ en Sud¨¢n, pa¨ªs incluido por el Departamento de Estado en la lista de naciones que apoyan el terrorismo. Las relaciones entre Washington y Jartum se deterioraron especialmente despu¨¦s de que el principal l¨ªder rebelde de los cristianos del sur sudan¨¦s, John Garang, visitase EE UU en diciembre en busca de apoyo para derrocar el Gobierno sudan¨¦s. En Sud¨¢n, adem¨¢s, vivi¨® y conserva su mayor respaldo el jeque Abdel Rahman.
La sentencia contra el famoso jeque ciego "provocar¨¢ alguna reacci¨®n, bien aqu¨ª o en otra parte del mundo", cree Mary-Jane Deeb, directora de Middle East Journal, la m¨¢s antigua y prestigiosa publicaci¨®n estadounidense sobre Oriente Pr¨®ximo.
Deeb teme que el Gobierno norteamericano pueda ser acusado de una alarma exagerada, pero considera que "en cada uno de los casos en los que se han tomado medidas existen precedentes de acciones en las que han muerto estadounidenses".
Washington cree disponer de pruebas de que Sud¨¢n est¨¢ unido a Ir¨¢n en un plan para desestabilizar el proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo, y que, en algunas ocasiones, el Gobierno de Jartum puede actuar incluso bajo mando del de Teher¨¢n.
Atentado contra Mubarak
La presunta implicaci¨®n de Sud¨¢n en el terrorismo fue mencionada esta misma semana por el Consejo de Seguridad en una resoluci¨®n en la que acusa a Jartum de proteger a terroristas reclamados por Etiop¨ªa por planificar en Addis Abeba el atentado contra el presidente egipcio, Hosni Mubarak. La ONU ha amenazado con adoptar sanciones econ¨®micas contra Sud¨¢n si ese pa¨ªs no cambia de actitud."La reacci¨®n de EE UU, al menos en el caso de Sud¨¢n, es prudente", afirma Benard Reich, experto en terrorismo de la George Washington University. "En el caso de Bosnia, EE UU puede constituir un buen objetivo, porque, en un a?o electoral, hacer algo que ponga en aprietos al presidente puede provocar la retirada de tropas".
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