La Pintana, Vargas Llosa y Sep¨²lveda
Est¨¢ claro que Luis Sep¨²lveda conoce los movimientos de poblaciones de Santiago de Chile en las ¨²ltimas d¨¦cadas y a principios de siglo. Sin embargo, los hechos est¨¢n, con Vargas Llosa. Entre los nombres que Sep¨²lveda cita, es posible encontrar a la mayor¨ªa de las poblaciones que tuvieron importancia en las reivindicaciones sociales de los a?os sesenta y setenta, y las que se organizaron fuertemente contra la dictadura. As¨ª, por ejemplo, La Pincoya, La Victoria, La Legita y La Hermida. Cabe recordar que esta ¨²ltima fue la sede operativa del m¨ªtico Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Sin embargo, en mi opini¨®n, Sep¨²lveda confunde esta rica historia de movimientos sociales con el llamado "proceso de erradicaci¨®n de campamentos" que a comienzos de la d¨¦cada de los ochenta llev¨® a cabo la dictadura militar.Asimismo, Sep¨²lveda insiste en asociar confusamente a la comuna de La Pintana con la emblem¨¢tica poblaci¨®n La Victoria, localizada en la actual comuna de San Joaqu¨ªn. Las caracter¨ªsticas de ambas son muy diferentes. En La Pintana no hay "conventillos ni cit¨¦s", y la mayor¨ªa de las viviendas son de reciente construcci¨®n. Tampoco hay una historia de movimientos sociales y pol¨ªticos siquiera comparable a la de La Victoria. Salvo la poblaci¨®n Pablo de Rocka, anterior a la creaci¨®n de La Pintana como comuna, su territorio estaba destinado ¨ªntegramente a la agricultura. De hecho, algunas zonas de la actual comuna tomaron su nombre de los fundos que all¨ª exist¨ªan. ?ste es el caso de la Poblaci¨®n Santo Tom¨¢s, por ejemplo.
Por ¨²ltimo, su confusi¨®n tambi¨¦n lo lleva a algunos traspi¨¦s hist¨®ricos. La comuna de La Pintana fue creada por un decreto de rango legal el 9 de marzo de 1981, esto es, en pleno Gobierno de Augusto Pinochet. M¨¢s a¨²n, durante toda la dictadura militar los alcaldes fueron designados por el propio Pinochet, quien por razones obvias nunca nombr¨® a un militante comunista como alcalde de La Pintana ni de comuna alguna. En verdad, el primer alcalde de La Pintana fue un se?or Jorge Torres, quien a la fecha era coronel de Ej¨¦rcito.
Hechas estas aclaraciones, interesa ir al tema de fondo. El proceso de erradicaci¨®n de campamentos impulado por el Ministerio de la Vivienda entre 1979 y 1984, signific¨® la relocalizaci¨®n de alrededor de 172.000 personas dentro del Gran Santiago. De acuerdo a una investigaci¨®n dada a conocer por la revista Estudios P¨²blicos (n¨²mero 24, 1986), La Pintana fue una de las mayores receptoras netas de ese proceso. En otras palabras, s¨®lo recibi¨® habitantes y no entreg¨® a otras comunas. A modo de ejemplo, La Pintana recibi¨® a personas que ven¨ªan del campamento El Esfuerzo, localizado a orillas del r¨ªo Mapocho, para ubicarlos en el sector de El Castillo. En efecto, seg¨²n las estad¨ªsticas de la propia comuna, su poblaci¨®n se duplic¨® entre 1982 y 1988: de 73.730 habitantes a 166.551.
Con todo, lo anterior exige matizar la frase figurada de Vargas Llosa en el sentido de que este proceso fue "una operaci¨®n sincronizada del Ej¨¦rcito en un amanecer". Ciertamente, la erradicaci¨®n de poblaciones fue una pol¨ªtica de Estado durante la dictadura, pero es evidente que la relocalizaci¨®n de 172.000 personas no se pudo hacer en "un amanecer" ni en dos. Aun as¨ª, en el caso de La Pintada la duplicaci¨®n de la poblaci¨®n se produjo en un lapso extraordinariamente corto.
Tambi¨¦n se debe analizar con mayor cuidado la "coactividad" del proceso. Como es p¨²blico y coincido, ¨¦ste no fue un proceso voluntario. En los casos en que los pobladores se negaron a partir fueron conminados por la fuerza p¨²blica. Sin embargo, no debe olvidarse que a pesar de lo r¨¢pido y compulsivo, las erradicaciones fueron planificadas. Las familias que previamente viv¨ªan en terrenos ocupados en forma ilegal, sin acceso a servicios b¨¢sicos de urbanizaci¨®n, recibieron un terreno urbanizado con agua potable, electricidad, ba?o, una peque?a construcci¨®n a partir de la cual proyectar la vivienda definitiva y, principalmente, el t¨ªtulo de dominio del sitio en el cual se instal¨® la vivienda. Ello no elimina el car¨¢cter dram¨¢tico que tuvo el proceso, pero lo hace m¨¢s analizable desde el punto de vista social, que es el que me interesa.
De acuerdo a una investigaci¨®n realizada por el Centro de Estudios P¨²blicos (Santiago de Chile) se pudo comprobar c¨®mo las personas de escasos recursos que recibieron esas modestas soluciones habitacionales comenzaron a mejorarlas sistem¨¢ticamente. La evaluaci¨®n mostr¨® que las familias entrevistadas, tras nueve a?os de habitar en esas viviendas, hab¨ªan realizado importantes mejoras. ?stas se reflejan no s¨®lo en la construcci¨®n de habitaciones y espacios adicionales, sino tambi¨¦n en un mejoramiento del entorno habitacional, como peque?os jardines, mejoramiento de la fachada y otros aspectos. Adicionalmente, el estudio comprob¨® que el mejoramiento de la vivienda est¨¢ asociado a una actitud de esfuerzo de los propios pobres por salir de su condici¨®n. Por ejemplo, las familias que muestran un mayor mejoramiento en la vivienda exhiben una mayor preocupaci¨®n y dedicaci¨®n a la educaci¨®n de sus hijos, mayor permanencia en el empleo y una mayor estabilidad familiar. En suma, a juicio de los propios entrevistados en el estudio, superar la pobreza es un desaf¨ªo que depende principalmente de su propio esfuerzo. Es interesante constatar que los propios pobladores no reconocen a las pol¨ªticas sociales como los canales m¨¢s efectivos para la superaci¨®n de la pobreza.
De esta manera, la mencionada investigaci¨®n recoge emp¨ªricamente el concepto de "dignidad" de las personas de escasos recursos, que bien reivindica Sep¨²lveda. Por lo dem¨¢s, creo que esto tambi¨¦n es reconocido por el propio Vargas Llosa, puesto que ¨¦l tambi¨¦n advierte el empe?o aut¨®nomo que subyace al surgimiento socioecon¨®mico de los pobres de La Pintana.
Para terminar, quiero valorar la discusi¨®n que se ha generado por la visita de Vargas Llosa a la comuna urbana m¨¢s pobre de Chile. Esta nos ha obligado a una nueva reflexi¨®n que, m¨¢s all¨¢ de aclaraciones puntuales, nos lleva a revalorar el esfuerzo que las personas pobres hacen en pa¨ªses como Chile por superar su condici¨®n. Al mismo tiempo, la discusi¨®n nos conduce a replantearnos la pol¨ªtica social a futuro. Se hace necesaria una pol¨ªtica que incentive a las personas pobres a surgir, que recompense los esfuerzos posibles en un contexto de pobreza y que, antes que las prioridades que dictamina un funcionario estatal, tome en cuenta las que los mismos pobres jerarquizan.
Ignacio Irarr¨¢zayal es doctor en Planificaci¨®n Social por la London School of Economies, director del Centro de Estudios P¨²blicos y profesor de la Universidad de Chile.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.