"Para ser optimista necesito observar la mentira"
La tinta china de Andr¨¦s R¨¢bago le ha disfrazado de Ops, de El Roto, de Jon¨¢s; ha impregnado las p¨¢ginas de Hermano Lobo, Triunfo, Cuadernos. El Independiente,. Diario 16, El Peri¨®dico, EL PA?S... Y, pese a tanto ir y venir, siempre se ha transfigurado en desgarro, como si hubiera sido extra¨ªda de un charco, tal vez de alg¨²n agujero. Una rotativa girando a 60.000 ejemplares por hora no podr¨ªa esconder ¨¦sos dibujos al ojo humano. No s¨®lo por su negrura.A partir de ma?ana, lunes, los trazos de Andr¨¦s R¨¢bago, madrile?o de 48 a?os, hablar¨¢n cada d¨ªa con los lectores de El Pa¨ªs Madrid desde la p¨¢gina 2 del suplemento. ?l, mientras tanto, seguir¨¢ escondido.
R¨¢bago fue un veintea?ero rompedor que en los a?os setenta, antes de la muerte de Franco, destroz¨® los moldes del dibujo en la prensa de la ¨¦poca. Su estallido silencioso asombr¨® a los lectores de Triunfo -la revista pol¨ªtica del antifranquismo- y Hermano Lobo -el hijo humor¨ªstico de aqu¨¦lla-, ambas publicaciones alumbradas por Jos¨¦ ?ngel Ezcurra. ?l entonces era Ops, y le arropaban las vi?etas de P¨¦rich, Summers, Chumy Ch¨²mez... los grandes de aquella ¨¦poca y tambi¨¦n de ¨¦sta. Antes hab¨ªa despuntado en La Estafeta, Literaria, una publicaci¨®n del Ateneo de Madrid donde ensay¨® el estilo Iiterario y pseudoart¨ªstico" -como ¨¦l lo define- que, afortunadamente, a¨²n no le ha abandonado. Pas¨® la transici¨®n en Diario 16, excepto durante la etapa en que Pedro J. Ram¨ªrez fue director de ese peri¨®dico (?y por qu¨¦? "No s¨¦, si hay alguna raz¨®n estar¨¢ en el secreto del sumario"). En EL PA?S ha ilustrado algunos de los trabajos de Manuel VIcent, con el que tambi¨¦n coincidi¨® en Triunfo.
Pregunta. ?Qu¨¦ significaba aquel nombre, Ops?
Respuesta. No tiene ninguna significaci¨®n. Escog¨ª tres letras sin m¨¢s.
P. ?Y por qu¨¦ el cambio a El Roto?
R. En realidad, Ops y El Roto son distintas l¨ªneas de trabajo. Cada una examina un nivel diferente de la realidad, cada una hace alusi¨®n a un mundo distinto. Uno es m¨¢s refinado o m¨¢s po¨¦tico -Ops-; y otro, m¨¢s desgarrado, m¨¢s de la calle -El Roto- Los dibujos de Ops no ten¨ªan palabras. En el franquismo no se pod¨ªa hablar; por eso yo hablaba usando im¨¢genes al nivel subconsciente o surreal. Luego, con la apertura, necesitaba utilizar las palabras, y esa estructura no me val¨ªa, porque las palabras ensuciaban el dibujo de Ops. Tuve que inventarme otro personaje... Bueno, no fue inventado; surgi¨®. Pero ya en Hermano Lobo simultane¨¦ Ops y El Roto. Los dibujos de El Roto eran m¨¢s deshilachados... Vamos, peor hechos. Tambi¨¦n publiqu¨¦ unas tiras como Jon¨¢s, en varios peri¨®dicos de provincias. Y adem¨¢s mantengo un tercer nivel: R¨¢bago, que es mi pintura.
P. Todo eso requiere un m¨¦todo, ?no?
R. Pinto por la ma?ana y dibujo por la tarde. Soy... no met¨®dico, ordenado. En realidad, el proceso lo marca el ritmo de la luz. Por la ma?ana hay luz y pinto, y por la tarde puedo dibujar iluminado s¨®lo por un flexo. La pintura que hago es m¨¢s personal que los dibujos, m¨¢s secreta, no tiene que ser inmediatamente accesible. Es un mundo distinto.
P. ?Fue consciente de la ruptura que significaron sus dibujos?
R. No me planteo lo que represento externamente, sino s¨®lo desde el punto de vista interno. Yo hago las cosas y luego me desentiendo de c¨®mo son recibidas. No me puedo colocar tambi¨¦n en el otro lado. Hay que hacer aquello que sientes. Luego, lo que pase al otro lado es algo que no puedes controlar. No me utilizo.
P. ?Es la realidad tan negra como la pintan sus dibujos?
R. Tal vez una visi¨®n superficial puede ver en mis dibujos ese aspecto de negrura. Pero soy tremendamente optimista sobre hacia d¨®nde van las cosas, qu¨¦ es esto. Para mantener ese optimismo necesito una visi¨®n objetiva, no enga?arme, observar la mentira que se esconde detr¨¢s de cada apariencia. Si t¨² mismo te ciegas, ?qu¨¦ posibilidad tienes de ser optimista? Es verdad que mi trabajo no refleja las cosas m¨¢s positivas o hermosas. Pero la s¨¢tira tiene ciertos c¨®digos. No se puede hacer s¨¢tira superalegre, eso no es la s¨¢tira. La s¨¢tira tiene una codificaci¨®n, una estructura verbal.
P. Siempre estuvo escondido. No participa en actos, presentaciones, tertulias.
R. La mejor manera de observar es no ser observado. Si te conviertes en un objeto, es dif¨ªcil que t¨² veas. La mejor manera de ver es no ser visto.
P. ?Cu¨¢les han sido sus fuentes, su libros?
R. Mis lecturas han sido muy amplias; me ha interesado casi toda la literatura. Pero siempre me interesaron m¨¢s los grandes; no me he fijado macho en los de segunda fila de ning¨²n g¨¦nero. S¨®lo los primeros espadas. Y en mi obra he intentado hilvanar con la tradici¨®n -que pr¨¢cticamente desapareci¨®- de los grandes ilustradores alemanes de entreguerras: Grosz, Heine, Bruno Paul, Gulbranson, o con Castelao, el m¨¢s grande de los ilustradores espa?oles. Y, dentro de la pintura espa?ola, con el desgarro de los dos grandes pintores: Goya y Solana, fuente de alimento espiritual, que representan una manera del ser espa?ol. Y luego tambi¨¦n Vel¨¢zquez, pero ya en otro terreno.
P. Sus dibujos se van a publicar en un suplemento principalmente urbano. ?Se identifica con la ciudad?
R. S¨ª, con las preocupaciones del hombre de la ciudad, que son unas preocupaciones universales. En el terreno rural, las preocupaciones son m¨¢s restringidas. La avalancha de informaci¨®n la sufre. quien vive en una ciudad. No tratar¨¦ de los baches, o de la circulaci¨®n, sino de las preocupaciones universales del ciudadano.
P. ?C¨®mo ser¨¢ el primer dibujo?
R. Voy a invocar a mi santo tutelar, que es Goya. Ser¨¢, un homenaje a ¨¦l.
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