Navelange ataca a los clubes europeos

Joao Havelange, presidente de la FIFA, valor¨® ayer de forma muy . negativa el proceso de reforma que han iniciado los clubes y la UEFA en Europa, y m¨¢s concretamente en la Liga de Campeones. Al amparo de la sentencia del caso Bosman, los grandes clubes pretenden cambiar la relaci¨®n de poder en el f¨²tbol, dominado hasta ahora por la UEFA y, por extensi¨®n, por la FIFA. La primera acusaci¨®n de Havelange es de ego¨ªsmo. "Es triste ver a ciertas asociaciones nacionales y algunos clubes pensar nada m¨¢s queen el dinero, mientras nosotros pensamos en la juventud y en el f¨²tbol base", manifest¨® ayer.Las declaraciones de Havelange esconden el enorme temor del veterano dirigente de 'la FIFA con respecto a una segregaci¨®n de los principales clubes de Europa y la creaci¨®n de una Superliga. Si se produjera esta situaci¨®n, todo el f¨²tbol mundial se ver¨ªa sacudido, puesto que Europa es la principal fuente de poder y dinero en el universo futbol¨ªstico.

De esta manera, Havelange toma una abierta postura en contra de la decisi¨®n de la UEFA de ampliar la Liga de Campeones a 32 equipos, un proyecto alentado desde los clubes m¨¢s prestigiosos de Europa. La FIFA tambi¨¦n se muestra contraria a la implantaci¨®n del r¨¦gimen de libertad de mercado futbol¨ªstico en la Uni¨®n Europea, como se proclama desde el veredicto del caso Bosman. En cualquier caso, la situaci¨®n de los dos principales gobiernos del f¨²tbol -FIFA y UEFA- es muy delicada, por primera vez en su historia: los clubes est¨¢n en condiciones de dictar un nuevo mandato en el f¨²tbol. Tanto Havelange como Sepp Blatter, el secretario general de la FIFA, pintaron un escenario catastrofista en su primera reacci¨®n al proyecto de los clubes europeos. Hablaron de moralidad, de una justa distribuci¨®n del dinero entre los ricos y los pobres y la atenci¨®n al f¨²tbol en el tercer mundo. "El f¨²tbol est¨¢ asentado sobre una pir¨¢mide. Asciende desde los programas juveniles y las escuelas hasta los clubes y las federaciones nacionales, con la FIFA en la cima de la pir¨¢mide. La funci¨®n de los clubes no es dictar las leyes del f¨²tbol. Si las federaciones no dirigen a los clubes, el edificio se derrumba" se?al¨® Blatter.

Havelange dej¨® claro que la oposici¨®n de la FIFA ir¨¢ tan lejos como pueda, hasta desbaratar el proyecto que han iniciado los clubes europeos.