De la Rosa reconoce ser titular de una cuenta en Suiza que recibi¨® m¨¢s de 15.000 millones
Despu¨¦s de muchos a?os de negarlo, Javier de la Rosa ha reconocido, en una declaraci¨®n jurada ante notario, ser el titular de una cuenta en Suiza que recibi¨® casi 15.000 millones de pesetas entre 1989 y 1992. De la Rosa, que tiene residencia fiscal en Espa?a, podr¨ªa ahora ser acusado de un posible delito de fuga de capitales. En la misma declaraci¨®n, enviada a la Corte de Londres, De la Rosa se contradice a s¨ª mismo y niega haber entregado directamente 100 millones de d¨®lares a Manuel Prado. Tras el fracaso de su campa?a de presi¨®n contra las instituciones espa?olas, el financiero acusa a las autoridades de Kuwait de haberse apropiado los 500 millones de d¨®lares que KIO le reclama en Londres.
De la Rosa realiz¨® esta nueva declaraci¨®n jurada ante notario el pasado d¨ªa 7, con el objetivo de que fuera admitida por la Corte de Londres como complemento a su escrito de defensa presentado el pasado 9 de noviembre. El financiero, que llevaba varios a?os negando haber sido nunca titular de cuenta alguna en Suiza, reconoce expl¨ªcitamente en su declaraci¨®n, que la cuenta 101900, con la clave Stuart, en el Bankers Trust de Ginebra: "Fue abierta por m¨ª". Eso s¨ª, con la apostilla de que ¨¦sta s¨®lo sirvi¨® para hacer pagos.Seg¨²n consta en la documentaci¨®n de la causa abierta en Londres, la cuenta Stuart recibi¨® en tan s¨®lo tres a?os m¨¢s de 116 millones de d¨®lares, casi 15.000 millones de pesetas. Asimismo, esa cuenta, seg¨²n varias denuncias, sirvi¨® a De la Rosa para manipular en Espa?a las cotizaciones de empresas del grupo Torras, como por ejemplo Ercros.
En relaci¨®n con su anterior declaraci¨®n en Londres, en la que afirma haber entregado 100 millones de d¨®lares a Manuel Prado, en su calidad de supuesto representante de un "lobby pol¨ªtico" espa?ol, De la Rosa da un giro de 180 grados. Ahora, la explicaci¨®n de las transferencias a Prado es que "hab¨ªa una relaci¨®n directa entre este asunto [los pagos a Prado] y el mismo emir de Kuwait, sus ministros, y la familia Al Sabah [el grupo gobernante]".
Despu¨¦s de varios meses en los que estuvo presionando a personas como Manuel Prado con la amenaza de revelar que hab¨ªa recibido el dinero, y de haber lanzado insinuaciones p¨²blicas en prensa y radio intentando presentar sus negocios con el embajador como negocios con el Rey, De la Rosa atribuye ahora esa confusi¨®n a los medios de comunicaci¨®n.
"Estaba [se lee en la declaraci¨®n de JR1 enfrent¨¢ndome a la confusi¨®n que se entend¨ªa en los medios de comunicaci¨®n entre la figura del embajador Manuel Prado y el Rey de Espa?a, y entre Horowitz, se?or Sarasola, y pol¨ªticos espa?oles de primer nivel", en referencia a Felipe Gonz¨¢lez. En su momento, Prado reconoci¨® las transferencias por valor de 100 millones de d¨®lares, aunque declar¨® que ¨¦stas correspond¨ªan a negocios privados con De la Rosa.
Guerra en el emirato
A diferencia de anteriores declaraciones, De la Rosa dirige ahora sus bater¨ªas hacia los m¨¢ximos responsables pol¨ªticos del emirato de Kuwait. En su testimonio jurado incluye al primer ministro, jeque Saad al Sabah, que invirti¨® dinero de KIO en comprarse la antigua residencia del embajador del emirato en Londres. Tambi¨¦n acusa a la familia gobernante de "invertir en los mercados de valores en operaciones en las que los beneficios iban a las cuentas de la familia y las p¨¦rdidas se Cargaban a las cuentas de los fondos del Estado".
Pero el principal problema para De la Rosa es que los otros demandados en Londres, entre ellos el ex presidente de KIO, Fahad al Sabah, y su director ejecutivo, Fohad Jaffar, han desmentido varias de sus afirmaciones. Por ello , ha rectificado algunas de las declaraciones en las que hab¨ªa atribuido la responsabilidad o conocimiento de las operaciones investigadas a esas dos personas.
De la Rosa reafirma que el ex presidente de KIO le firm¨® varias cartas autorizando transacciones multimillinarias, a pesar de que el te¨®rico firmante ya ha negado en Londres que esas firmas fueran suyas.
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