El ritual de la democracia norteamericana

La nieve y las temperaturas polares han hecho a¨²n mas penoso el trabajo de b¨²squeda de votos entre las diseminadas granjas de Iowa. Los candidatos tienen que recorrer en ese Estado m¨¢s de 2.000 distritos electorales en 99 condados para llevar sus ideas a unos 150.000 votantes republicanos que ma?ana dejar¨¢n red4cido a dos o tres el paquete de aspirantes- a la presidencia. Decenas de voluntarios telefonean uno por uno a los, electores, ponen propaganda en el correo y fotos de sus l¨ªderes en las laderas de las carreteras, mientras que asesores y expertos cobran sueldos millonarios por la preparaci¨®n d¨¦ agresivos espacios en televisi¨®n. Como cada cuatro a?os, el ritual de la elecci¨®n del presidente de Estados Unidos se ha puesto en marcha. Quedan por delante nueve meses para desarrollar un complejo sistema electoral durante el cual algunos candidatos desaparecer¨¢n pronto, otros se arruinar¨¢n tratando d¨¦ ir m¨¢s lejos y los dos supervivientes se enfrentar¨¢n cara a cara en un duelo final concertado para el primer martes despu¨¦s del primer lunes de noviembre, que este a?o cae en el d¨ªa cinco. Pero para llegar hasta ah¨ª hay que pasar antes por lugares como. Earlham, un pueblo de 1.200 habitantes situado a 70 kil¨®metros de Des Moines, y convencer a gente COMO Heather Manning una mujer de 21 a?os que trabaja en una f¨¢brica de embutidos. Pese a haber gastado hasta ahora m¨¢s de 18 millones de d¨®lares (unos 2.250 millones de pesetas) en anuncios, s¨®lo cuando par¨® en Earlham, un d¨ªa antes de lo que dec¨ªa el peri¨®dico local, Steve Forbes, el multimillonario editor, consigui¨® el voto de Manning, simplemente porque lo encontr¨® "aut¨¦ntico". Tanto por su forma de recaudar dinero -ha prestado el suyo- como por su trayectoria -es un novato en pol¨ªtica- y su mensaje -impuestos m¨¢s simples y m¨¢s bajos-, Forbes se ha hecho muy popular en lowa y en New Hampshire. Ganar en este ¨²ltimo Estado -donde las elecciones son el d¨ªa 20-suele ser una garant¨ªa de ganar la nominaci¨®n del partido. Bill Clinton rompi¨® esa tradici¨®n al convertirse en 1992 en el primer presidente dem¨®crata que hab¨ªa sido derrotado en New Hampshire.

En el caso de Forbes, su candidatura a la presidencia es improbable, aun ganando en New Hampshire. En Estados Unidos, el candidato de un partido es elegido por los miembros de ese partido en votaciones Estado por Estado, bien por el sistema de elecciones primiarias o de caucus, que son asambleas en las que el voto secreto es infrecuente. Es preciso contar con una poderosa maquinaria electoral para afrontar con ¨¦xito esa batalla Estado por Estado. A fuerza de dinero, Forbes ha adquirido fama en New Hampshire, pero se requerir¨ªa una suma extraordinaria para ganar cinco elecciones primarias convocada, en un solo d¨ªa, como ocurre el 12 de marzo.

, S¨®lo si un candidato es el candidato del partido, y cuenta con la red que el partido le suministra, es posible esa misi¨®n. Y Forbes no es el candidato del Partido Republicano.

Varios Estados han adelantado este a?o sus elecciones con el prop¨®sito de influir m¨¢s en el proceso de selecci¨®n. De tal manera. que, para el 26 de marzo, cuando, se celebren las primarias de California, ya habr¨¢n sido elegido el 75% de los delegados para la convenci¨®n de cada partido. Las fichas claves, despu¨¦s de Iowa y New Hampshire, son el 5, de marzo, primarias en los Estados de Nueva Inglaterra; 12 de marzo, el supermartes en los Estados del sur, y el. 19 d¨¦ marzo, cuando se celebran las elecciones en los Estados industriales del medio oeste.

Para esa fecha, Robert Dole habr¨¢ tenido que imponerse claramente como un candidato solvente o habr¨¢ perdido el apoyo de su partido. No hay ninguno entre sus competidores que, por el momento, se presente como una alternativa convincente, por lo que, en el caso de desvanecerse Dole, la convenci¨®n republicana podr¨ªa tener que tornar la decisi¨®n de encontrar un nuevo candidato. Tradicionalmente, los delegados que se eligen en las primarias llegan con sus votos comprometidos a, la convenci¨®n. Pero ese voto puede ser modificado si el candidato con el que los delegados estaban comprometidos se retira o si se produce, un acuerdo de pasillo para volar por alguien diferente. Esto no ha ocurrido desde 1952.

El proceso electoral en Estados Unidos ha estado siempre dominado por dos partidos que representan la derecha y la izquierda de este pa¨ªs, el Partido Republicano y el Partido Dem¨®crata. Sus plataformas no son muy diferentes desde el punto de vista ideol¨®gico, aunque este a?o la batalla, puede estar centrada m¨¢s que nunca en el concepto que cada uno tiene sobre el papel del Estado. Espor¨¢dicamente, han surgido intentos de una candidatura independiente. La m¨¢s importante: de todas ellas fue, en 1992, la de Ross Perot, que obtuvo el 19% de los votos.