El v¨ªdeo de ETA

ETA ES una organizaci¨®n criminal que asesina, secuestra, extorsiona y destruye con diversos pretextos: ecol¨®gicos (autov¨ªa de Leizar¨¢n), sociales (traficantes de droga), pol¨ªticos (la alternativa KAS). No hace falta ninguna investigaci¨®n del ministerio fiscal para saber esto. Por tanto, la emisi¨®n de un v¨ªdeo de ETA en la campa?a de un partido pol¨ªtico es claramente ilegal, cualquiera que sea su contenido. No podr¨¢, en consecuencia, emitirse en los espacios electorales de Herri Batasuna (HB) ni exhibirse en los m¨ªtines de ese partido, como han anunciado sus dirigentes. Los jueces competentes y las fuerzas de seguridad deber¨¢n adoptar las medidas precisas para que no se produzca esa vulneraci¨®n de la ley. Ello plantear¨¢ problemas, pero siempre ser¨¢ preferible abordarlos que mirar para otro lado.Esto ¨²ltimo es lo que se ha hecho frecuentemente con el argumento de que actuar contra este tipo de provocaciones de los amigos de ETA era hacerles el juego; que lo que persiguen es que se hable de ellos, y de su v¨ªdeo. Tambi¨¦n se ha sostenido que lo que pretenden es la criminalizaci¨®n de la opci¨®n que representan, para justificar as¨ª el recurso a v¨ªas violentas. Otras veces se ha admitido la necesidad de hacer algo, pero se ha considerado que el momento no era oportuno: porque hab¨ªa unas elecciones a la vista, porque hab¨ªa contactos con HB, porque se rumoreaba que ETA preparaba una tregua. Hoy sabemos que la sensaci¨®n de impunidad en que se mueve ese mundo ha sido un factor decisivo en la reproducci¨®n generacional de la violencia. Tambi¨¦n se sabe que la din¨¢mica de la permisividad tiene su propia l¨®gica, y que cualquier concesi¨®n coyuntural es considerada por los provocadores terreno conquistado: a la siguiente aumentar¨¢n la dosis.

As¨ª hemos llegado a donde ahora estamos. Un punto en el que ni la polic¨ªa ni la judicatura pueden garantizar el derecho de manifestaci¨®n de quienes piden la liberaci¨®n de un hombre secuestrado, y en el que se anuncia en rueda de prensa que los que acaban de matar a Fernando M¨²gica van a defender desde un v¨ªdeo emitido por las televisiones p¨²blicas su alternativa; es decir, los argumentos en nombre de los cuales consideran justificado, entre otras cosas, asesinar a pol¨ªticos de otros partidos. Aplicar la ley es ahora la principal medida antiterrorista imaginable. Y exigir que as¨ª se haga, una obligaci¨®n moral de todos los partidos democr¨¢ticos, comenzando por los que compiten con HB en el Pa¨ªs Vasco.