Canal + indaga en la misteriosa desaparici¨®n de la Atl¨¢ntida

La Atl¨¢ntida, uno de los mitos mas importantes de la antig¨¹edad sobre cuyo misteriosa desaparici¨®n pesan las m¨¢s estramb¨®ticas versiones, fue probablemente una isla griega, llamada Tera en el momento en que una gran cat¨¢strofe la borr¨® del mapa en una noche, y cuyos restos forman la actual Santorini. ?sta es la tesis que defienden los expertos consultados por el equipo de especialistas -m¨¢s de 300- que han elaborado la serie documental Civilizaciones perdidas y cuyo cap¨ªtulo El mundo egeo emite hoy Canal + (16.28).Las investigaciones que muestra El mundo egeo, filmado en gran parte alrededor de las costas griegas, son el fruto del trabajo de arque¨®logos, cient¨ªficos y fan¨¢ticos que buscan afanosamente la isla de la que habl¨® primero Sol¨®n y despu¨¦s Plat¨®n con m¨¢s detalles. El trabajo que muestra hoy Canal + ni menciona la colecci¨®n de teor¨ªas que atribuyen a los atlantes origen extraterrestre. S¨ª describe, en cambio, con una exactitud asombrosa, c¨®mo y cu¨¢ndo se produjo lo que no dudan en calificar como "la mayor cat¨¢strofe natural en la historia de la humanidad". Y aporta pruebas.

La explosi¨®n volc¨¢nica que hundi¨® la gran isla de la Atl¨¢ntida fue similar al efecto que tendr¨ªan "150 bombas de hidr¨®geno explosionadas todas a la vez y en el mismo lugar". Origin¨® un agujero de 13 kil¨®metros de di¨¢metro y dos de profundidad, que el Mediterr¨¢neo se apresur¨® a rellenar. "Las cataratas que se formaron dejar¨ªan a las del Ni¨¢gara en simples cascadas", cuenta gr¨¢ficamente un arque¨®logo. Sigui¨® un maremoto con olas de hasta 250 metros de altura, que se internaron 50 kil¨®metros tierra adentro en las costas del Egeo. La explosi¨®n tuvo efectos en todo el mundo y as¨ª lo atestiguan testimonios hallados en distintos continentes.

El trabajo aporta, adem¨¢s, la fecha de la cat¨¢strofe: 1.628 a?os antes de Cristo. Esa exactitud ha sido posible gracias a un testimonio datado procedente de un escrito chino, a los restos de las cenizas en algunos glaciares de Alaska y a la huella dactilar dejada por la nube t¨®xica en la corteza de ¨¢rboles milenarios en California.