El satelite IS0 observa por primera vez la colisi¨®n de dos galaxias por dentro
La vida ¨²til del 'rey supremo del infrarrojo' se alarga de 18 a 24 meses
Un nuevo ojo estudia el universo viendo cosas que el ojo humano no puede ver. El sat¨¦lite ISO, un telescopio que ve en infrarrojo, ha pasado el periodo de rodaje y ha podido observar por primera vez el interior de una colisi¨®n de galaxias. Adem¨¢s, ha medido hidr¨®geno molecular en tales cantidades que algunos cient¨ªficos piensan que esta mol¨¦cula puede ser una parte importante de la masa oculta del Universo. Ahora inicia un extenso programa de detecci¨®n de estrellas alrededor de las cuales se puedan estar formando planetas, una l¨ªnea de moda en astronom¨ªa.
Estos son los primeros resultados del ISO, de la Ag¨¦ncia Europea del Espacio (ESA), lanzado el pasado mes de noviembre y que se controla desde Madrid, donde ayer acudi¨® la plana mayor de la ESA para presentarlos a toda Europa, v¨ªa teleconferencia. La buena noticia dada en la estaci¨®n de Villafranca del Castillo es que el ISO funciona muy bien y adem¨¢s se va a poder prolongar su vida ¨²til de 18 a 24 meses porque el helio que mantiene el telescopio a una temperatura baj¨ªsima se est¨¢ evaporando a una velocidad menor de la prevista.El telescopio y sus instrumentos tienen que estar en. ¨®rbita para evitar el efecto de la atm¨®sfera de la Tierra y tienen que estar muy fr¨ªos porque deben observar cuerpos fr¨ªos, los que emiten rayos infrarrojos. Y fr¨ªos son los discos de polvo que rodean algunas estrellas, candidatas a tener sistemas planetarios propios. Los planetas no brillan, por eso no se pueden ver con telescopios visibles. Hasta ahora los escas¨ªsimos planetas detectados lo han sido indirectamente por su efecto gravitacional. No se han visto.Formaci¨®n de estrellasTampoco se hab¨ªa podido ver el interior de los sucesos m¨¢s violentos del Universo actual, la colisi¨®n de dos galaxias, cada una con miles de millones de estrellas, durante la cual se producen densas nubes de polvo que ocultan la formaci¨®n de nuevas estrellas. En las galaxias Antennae, por ejemplo, se ha detectado en infrarrojo la zona donde son m¨¢s fuertes los efectos de la colisi¨®n y donde est¨¢n naciendo estrellas. Estas galaxias se encuentran a 60 millones de a?os luz de la Tierra, o sea que el ISO observa ahora c¨®mo eran cuando desaparecieron los dinosaurios.El sat¨¦lite tarda 24 horas en dar tina vuelta completa a la Tierra en una ¨®rbita muy el¨ªptica. Se acerca hasta 1.000 kil¨®metros para luego alejarse hasta 70.000. S¨®lo cuando est¨¢ mas all¨¢ del cintur¨®n de radiaci¨®n terrestre se pueden hacer observaciones, o sea, durante unas 17 horas diarias y s¨®lo se puede observar el 50% del cielo de una vez. Todo est¨¢ programado con varias semanas de antelaci¨®n seg¨²n las peticiones de los astr¨®nomos. Hay d¨ªas que el sat¨¦lite hace hasta 180 maniobras para enfocar objetos y zonas distintos durante s¨®lo minutos, y d¨ªas en que el n¨²mero de maniobras es mucho menor porque hay que observar durante varias horas un objeto o zona del cielo. Una peque?a parte del tiempo se guarda para imprevistos, para poder dirigir el telescopio hacia estrellas supernovas reci¨¦n descubiertas u otros objetos interesantes.
El nuevo sat¨¦lite-telescopio recibi¨® ayer toda clase de piropos por, sus propios creadores y los responsables de su funcionamiento. Es "la nueva ventana al cosmos", "el rey supremo del infrarrojo", "la m¨¢quina de descubrir el universo" en zonas del espectro nunca antes bien exploradas. Detr¨¢s est¨¢ el orgullo por haber conseguido que funcione un instrumento muy complicado y la necesidad de que el p¨²blico y los pol¨ªticos reconozcan este m¨¦rito cuando el dinero escasea para proyectos cient¨ªficos. Roger Bonnet, director cient¨ªfico de la ESA, reconoci¨®: "Necesitamos ¨¦xitos espaciales, sobre todo ¨¦xitos cient¨ªficos, porque los presupuestos disininuyen".Desde VillafrancaEl ISO, al que se dedican 1.10 personas, se controla totalmente desde Villafranca mientras se encuentra a la vista mediante una antena situada all¨ª y con una antena en Estados Unidos cuando no lo est¨¢. A cambio, este pa¨ªs reciben tiempo de observaci¨®n con el telescopio.
En la estaci¨®n hay una sala de control para el sat¨¦lite y otra para los instrumentos que porta. En ellas siempre hay alguien, un controlador que tiene poco que hacer cuando todo va bien pero que resulta imprescindible si se presenta un problema, explic¨®, ayer Jurgen Faelker, el director de operaciones de ISO. Faelker tuvo que salir de la cama hace pocos d¨ªas cuando todo se volvi¨® loco en la telemetr¨ªa del sat¨¦lite, al parecer por un rayo c¨®smico.
Es el ¨²nico susto gordo que ha sufrido el equipo durante los tres meses de estancia del ISO en ¨®rbita. El sat¨¦lite, que costar¨¢ en total, incluidos los gastos de operaci¨®n, 750 millones de ecus, fue construido por 35 equipos europeos bajo el mando de la francesa Aerospatiale. Cient¨ªficos espa?oles dise?aron uno de los fot¨®metros.
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