El Gobierno de M¨¦xico firma el primer acuerdo con la guerrilla zapatista
El Gobierno mexicano y el Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) estamparon ayer su firma en el primer acuerdo de paz desde que la guerrilla de base ind¨ªgena se alzara en armas el 1 de enero de 1994 en el Estado de Chiapas. Poco despu¨¦s de las doce del mediod¨ªa, hora local (siete de la tarde, hora peninsular), los delegados gubernamentales y guerrilleros desplazados a la localidad chiapaneca de San Andr¨¦s Larr¨¢inzar anunciaron el acuerdo sobre cultura y derechos ind¨ªgenas, que constituye un hist¨®rico pacto social entre los insurgentes y el Estado.
La delegaci¨®n gubernamental desglos¨® los tres puntos b¨¢sicos que se hab¨ªan consensuado con la guerrilla, aunque a¨²n se desconoce el texto definitivo y sus detalles, ya que la prensa no tuvo acceso al acto de la firma. En primer lugar, se enviar¨¢ un pronunciamiento conjunto de las partes a "las instancias de debate y decisi¨®n nacional [Congreso]" con una nueva propuesta para la relaci¨®n entre los pueblos ind¨ªgenas, la sociedad y el Estado.En segundo lugar, el Gobierno y el EZLN enviar¨¢n al Congreso una serie de propuestas conjuntas sobre temas de alcance nacional. Una de las mayores peticiones de la guerrilla ha sido extender el acuerdo a los casi 11 millones de ind¨ªgenas que habitan en la Rep¨²blica. Por ¨²ltimo, el texto contiene compromisos espec¨ªficos para el Estado de Chiapas, entre los que destacan la solicitud de modificar algunos puntos de la Constituci¨®n local, que aluden a una mayor autonom¨ªa para los ind¨ªgenas.
Respeto a la diferencia
La firma de este tratado es un verdadero hito en la historia de los ind¨ªgenas mexicanos. Por primera vez, aunque es dif¨ªcil precisar cu¨¢nto, ya que los textos manejados hasta ahora por los negociadores se limitan a marcar planteamientos generales, se establece un respeto a la diferencia de los ind¨ªgenas y la aceptaci¨®n de sus particularidades como elementos constitutivos de un nuevo orden jur¨ªdico.La firma de este primer acuerdo, el primero de los seis previstos por las delgaciones del Gobierno y la guerrilla para alcanzar la paz en Chiapas, produjo ayer una verdadera catarata de reacciones. El presidente mexicano, Ernesto Zedillo, asegur¨® que se lograr¨¢ la paz en Chiapas. Zedillo, que ayer participaba en la jornada de clausura de la cumbre de Tuxtla Guti¨¦rrez II, que re¨²ne a M¨¦xico y a los pa¨ªses centroamericanos en San Jos¨¦ de Costa Rica, dijo que la buena voluntad prevalecer¨¢ en la resoluci¨®n del problema insurgente.
Mientras tanto, en San Andr¨¦s Larr¨¢inzar, los mediadores y los delegados de la Comisi¨®n Nacional de Itermediaci¨®n (Conai), la Comisi¨®n de Concordia y Pacificaci¨®n (Cocopa) y las propias partes firmantes del acuerdo acentuaban ayer su car¨¢cter hist¨®rico.
El portavoz del EZLN, el comandante David, intent¨® restar grandielocuencia al acuerdo al asegurar que era tan s¨®lo un "paso peque?o" hacia la paz. Las tesis zapatistas son especialmente duras en relaci¨®n con el reparto de tierras, seg¨²n las proclamas del l¨ªder de la Revoluci¨®n de 1910 Emiliano Zapata. Pero el Gobierno se encuentra entre dos fuegos, pues si se adapta a las peticiones insurgentes deber¨¢ enfrentarse al enorme poder econ¨®mico y pol¨ªtico de los terratenientes chiapanecos, que no est¨¢n dispuestos a repartir sus posesiones. Por otro lado, la poblaci¨®n ind¨ªgena en general, y la de Chiapas en particular, crece a un ritmo tan imparable que amenaza con abortar cualquier intento de reforma agraria.
Pero mientras todos se felicitan por el acuerdo de San Andr¨¦s Larrainzar, ya se prepara la segunda mesa de discusi¨®n sobre Democracia y Justicia, en la que se prev¨¦n numerosos problemas.
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