La libre circulaci¨®n de personas se convierte en realidad en Mostar
Los musulmanes de Mostar recordar¨¢n el ¨²ltimo d¨ªa del Ramad¨¢n del a?o 1996. Ayer fue ese d¨ªa, el primero en muchos a?os en que, sin ning¨²n tipo de control o identificaci¨®n, pudieron pasar a la zona croata de la disputada ciudad del sur de Bosnia, en cumplimiento de la unificaci¨®n acordada en la cumbre celebrada en Roma el pasado fin de semana. Mientras los serbios de los barrios bajo su control siguen abandonando Sarajevo, la Ifor (fuerza de interposici¨®n bajo control de la OTAN) asegur¨® ayer que los mandos serbios hab¨ªan cumplido los t¨¦rminos del acuerdo de paz, con lo que daba v¨ªa libre al levantamiento de las sanciones.
Un blindado espa?ol de la Ifor y un par de furgonetas de la polic¨ªa europea con patrullas mixtas vigilaban, en un d¨ªa fr¨ªo y lluvioso, el tranquilo y escaso ir y venir de personas y veh¨ªculos por el ¨²nico puente que enlaza a las dos comunidades de la ciudad bosnia. En las monta?as vecinas sonaban r¨¢fagas espor¨¢dicas de armas autom¨¢ticas. "Esto es una revoluci¨®n en Mostar. Hoy es el primer d¨ªa en que realmente la gente puede cruzar de un lado a otro libremente", afirma un guardia civil espa?ol de la decena que prestan servicio en la ciudad como polic¨ªas internacionales.El martes por la tarde, d¨ªa D, seg¨²n lo decidido. en Roma, hubo un t¨ªmido. intento de poner en vigor la libertad de movimientos, pero todav¨ªa la polic¨ªa croata exig¨ªa documentos a los cautelosos peatones procedentes del sector musulm¨¢n. El experimento se abort¨® inmediatamente tras un incidente con una bandera bosnia en la plaza de Espa?a, en la desembocadura del puente. La jornada del 21 de febrero les parece hist¨®rica a muchos vecinos de Mostar, porque en ella han tenido oportunidad de ver juntos en un mismo veh¨ªculo a polic¨ªas croatas y bosnios en el disputado distrito central de la ciudad, el destinado te¨®ricamente a la convivencia de las comunidades enfrentadas.
Las patrullas mixtas m¨¢s parecen, por el momento, un conato de manifestaci¨®n que la expresi¨®n de una garant¨ªa ciudadana, pero en Mostar, devastada por enfrentamientos inter¨¦tnicos de crueldad, insuperable, lo que cuenta son los s¨ªmbolos. Y hasta el martes pasado, s¨®lo las mujeres, los ancianos y los ni?os pod¨ªan cruzar con cuentagotas desde el gueto musulm¨¢n hasta el bullicioso y casi intacto sector croata, el de los due?os de la ciudad.
Controles surrealistas
Incluso los surrealistas controles cuatripartitos a la entrada de Mostar, vigentes hasta hace unos d¨ªas -polic¨ªa croatobosnia, polic¨ªa de la Federaci¨®n, aduana croatobosnia y aduana de la Federaci¨®n-, han desaparecido como por ensalmo.
Para (lar credibilidad al experimento, Zagreb ha enviado 100 polic¨ªas a su cabeza de puente en el sur de Bosnia. Otro tanto ha hecho Sarajevo, con la intenci¨®n de que, a partir de marzo, la seguridad de la ciudad est¨¦ realmente en manos de una polic¨ªa unificada. Los agentes mandados por Izetbegovic a Mostar nunca se hab¨ªan visto en otra. J¨®venes, uniformes relucientes, gorras y botas a estrenar.
Las unidades mixtas desplegadas por el administrador europeo Hans Koschnik en el distrito central constan de siete miembros. Son seis polic¨ªas y un int¨¦rprete, y se reparten as¨ª: dos agentes de la UE -guardias civiles, gendarmes, carabineros...- m¨¢s un croata de Croacia, un musulm¨¢n de la Federaci¨®n, un croata de Mostar y un musulm¨¢n de Mostar.
La convivencia en Bosnia es hoy por hoy una quimera, como muestra la experiencia de Sarajevo, donde los serbios abandonan en masa sus barrios. El secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, hizo ayer un llamamiento a los serbios de Sarajevo para que permanezcan en sus barrios y presten o¨ªdos sordos a los que les piden que se vayan. El almirante Leighton Smith, jefe de la lfor en Bosnia, anunci¨® ayer que los serbios hab¨ªan cumplido con sus obligaciones marcadas por el acuerdo de Dayton, y que eso abr¨ªa el camino al levantamiento de las sanciones internacionales que todav¨ªa pesan sobre ellos.
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