Francia cambia de ejercito
EL PRESIDENTE franc¨¦s, Jacques Chirac, ha anunciado una aut¨¦ntica revoluci¨®n en el ej¨¦rcito y en la industria militar francesa. El Estado que invent¨® el ej¨¦rcito nacional con la imposici¨®n de la leva tras la Revoluci¨®n de 1789, lo habr¨¢ abolido para el a?o 2001. Para entonces contar¨¢ con un ej¨¦rcito profesional que tendr¨¢ poco m¨¢s de la mitad de efectivos que el actual: de 430.000 soldados a unos 260.000. Al contrario que otros pa¨ªses como Espa?a, donde el ej¨¦rcito se arrog¨® un intervencionismo pol¨ªtico que le llev¨® desde los pronunciamientos del siglo XIX a la sublevaci¨®n franquista de 1936, Francia ha gozado de una instituci¨®n militar firmemente enraizada en un proyecto nacional y, salvo alg¨²n conato como durante la guerra de Argelia, disciplinada ante el poder civil.
En el ¨²ltimo medio siglo el ej¨¦rcito ha sido un claro instrumento de proyecci¨®n francesa en el mundo, al ser vicio de Causas a veces humanitarias, como la intervenci¨®n en Ruanda, o m¨¢s dudosas para el mantenimiento de dictadorzuelos africanos cuya mejor virtud era la de una acendrada lealtad a la potencia metropolitana que les pagaba las facturas. El mantenimiento de unas Fuerzas Armadas dotadas de la force de frappe nuclear creada por el general De Gaulle, y capaces de intervenir en puntos muy distantes del planeta, junto a una industria militar propia, que ahora hay tambi¨¦n que racionalizar, han constituido en las ¨²ltimas d¨¦cadas poderosas se?as de identidad de la V Rep¨²blica francesa. Y la mayor iron¨ªa es que un presidente gaullista, nacionalista y muy militar, que luch¨® como soldado de reemplazo en Argelia, es quien ha tomado la decisi¨®n de desnaci¨®nalizar el ej¨¦rcito de Francia. Bien es verdad que no para tener menos, sino m¨¢s y mejor defensa nacional. Cuando se plante¨® la necesidad de la intervenci¨®n militar francesa en la antigua Yugoslavia, hubo que formar un contingente especial de apenas unos miles de hombres echando mano de efectivos de hasta 2O unidades diferentes y desnudar de armamento sofisticado a todo el Ej¨¦rcito de Tierra para formar un grupo de intervenci¨®n comparable a los efectivos brit¨¢nicos, no digamos ya norteamericanos, ambos ej¨¦rcitos profesionales desde hace ya d¨¦cadas. En la guerra del Golfo hab¨ªa pasado algo muy similar. La reforma que prepara Chirac pretende que no vuelvan a producirse humillaci¨®nes de este tipo. Francia ha tomado la iniciativa. Pero de una forma unilateral y sin consultar siquiera a los pa¨ªses con los que proyecta formar el futuro ej¨¦rcito europeo. En especial Alemania. La privatizaci¨®n de las grandes compa?¨ªas de tecnolog¨ªa de defensa y armamento, tambi¨¦n anunciada por Chirac, puede verse con buenos ojos al este del Rin. Pero la reforma radical del ej¨¦rcito en solitario ser¨¢, con seguridad, un elemento m¨¢s de fricci¨®n en las ya irritadas relaciones franco-alemanas, y es otro s¨ªntoma m¨¢s de la mermada vocaci¨®n europe¨ªsta que se percibe en diversas capitales de la UE.
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