Votava, el 'antiSchuster'
El pr¨®ximo 25 de abril cumplir¨¢ nada menos que, 40 a?os el decano de todos los futbolistas que trotan por las praderas de la Bundesliga. Se trata de un viejo. conocido de la afici¨®n espa?ola, Mirko Votava, quien a mediados de los ochenta jug¨® un par de temporadas de centrocampista en el Atl¨¦tico de Madrid y, tras pasar bastante inadvertido, regres¨® a la Bundesliga, donde ya lleva jugados m¨¢s de 500 partidos. De no haber sido por ese intermezzo . espa?ol, a estas horas Votava estar¨ªa casi a punto de convertirse en el futbolista con m¨¢s partidos jugados en la Bundesliga.La pausa invernal de la competici¨®n futbol¨ªstica alemana no le ha sentado bien a Votava. Ni a Votava, ni a nadie. Los torneos de ese suced¨¢neo llamado f¨²tbol sala, no han tra¨ªdo m¨¢s que lesiones y las secuelas del invierno siberiano se pagan ahora con un caos- total en el calendario y una lista de partidos pendientes. A Votava la pausa le trajo na lesi¨®n de menisco, a primera de gravedad en su vida, que en un principio se temi¨® podr¨ªa significar el final de su larga carrera. No obstante, Votava acaba. de declarar que est¨¢ puesto a volver dentro de unas semanas y o piensa retirarse todav¨ªa.
Lo interesante de Votava es que hasta hora realizaba funciones nada c¨®modas sobre la pradera: centrocampista recuperador y acarreador de balones. Votava se ocupa del trabajo sucio, de ese f¨²tbol que no se capta en televisi¨®n, porque se pierde en la mara?a en que las t¨¢cticas modernas han convertido el centro del campo. Votava pasa inadvertido, pero no para el entrenador, que sabe lo que significa tener un hombre de su solvencia, entrega y profesionalidad en esa zona vital para dominar los partidos. A pesar de realizar este trabajo agotador, Votava todav¨ªa se manten¨ªa, hasta su lesi¨®n, como titular indiscutible en el centro del campo del Werder Bremen.
La imagen de este gran futbolista de club contrasta con la de otro alem¨¢n que tambi¨¦n jug¨® en Espa?a. Benrd Schuster, quien jam¨¢s pasar¨¢ inadvertido. Ni por su juego, ni por sus actitudes en los despachos. Schuster sigue enzarzado con la directiva de su equipo, el Bayer Leverkusen, por el finiquito del contratro y ha obligado al club, por la v¨ªa de la magistratura del trabajo, a readmitirle en los entrenamientos. Puestos a jorobar, Schuster amenaza con imponer por v¨ªa judicial su alineaci¨®n. Todo lo contrario de Votava, quien un domingo s¨ª y otro tambi¨¦n se gana el puesto, a base de dejarse la piel y los pulmones. Queda abierta la eterna inc¨®gnita de qui¨¦n es m¨¢s ¨²til para un equipo, un Schuster o un Votava, pero no cabe duda de que no podr¨ªan lucirse los schuster, si no hubiese votavas que les ahorraran el trabajo sucio.
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