Apoteosis asombrosa
Ayer no se hablaba de otra cosa -como dir¨ªa Ans¨®n- que del mitin elefanti¨¢sico que hoy dan los del Partido Popular en Valencia, y que va a ser el asombro de Europa. Centralitas telef¨®nicas colapsadas, ascensoristas atorados, botones desabrochados, costureras deshilachadas, peluqueros de se?oras erizados, camareros de Embassy que perd¨ªan el canap¨¦, muchachas del Club de Castidad patiabiertas y cardenales despurpurados, no dejaban de comentar el despliegue de luz y sonido, de amor y lujo, de brillo y esplendor, que arropar¨¢ en el campo (le f¨²tbol del Mestalla al nueve, ungido por las masas, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. De todas formas, es falso que las decenas de miles de asistentes hayan sido previamente adiestrados en una sesi¨®n de cine f¨®rum con Cleopatra como punto de referencia, para que aprendan a moverse como los extras de tan memorable producci¨®n en la grandiosa escenograf¨ªa.Tampoco es cierto que el decorado vaya a ser cedido para la representaci¨®n de Aida que en junio tendr¨¢ lugar en la plaza de toros de Las Ventas, de Madrid. A m¨ª, personalmente, me habr¨ªa gustado que as¨ª fuera, y que con el lote les prestaran a Francisco, el legendario cantante valenciano que ya actu¨® en el ¨²ltimo mitin popular de Barcelona, cuya carrera ha oscilado entre lo pop y lo l¨ªrico, y que as¨ª, por fin, tendr¨ªa oportunidad para hacer de Radam¨¦s. No hay nada como un cambio pol¨ªtico para que a uno se le abran nuevos horizontes. Lo que me preocupa es qui¨¦n va a actuar antes, si Julio Iglesias o Aznar, porque no s¨¦ si se han fijado en que el l¨ªder del PP se mueve por el escenario como si hubiera recibido lecciones del cantante: esas manos en los ri?ones, esos pase¨ªtos, esa sensualidad con que se sienta mientras le aplauden. Da igual, de cualquier modo. Todo da igual, fastuosamente igual.Entre tanto, al supuesto presidente saliente, Felipe Gonz¨¢lez, le ha dado por lo ¨ªntimo. En un detallazo digno de quien ve que nuestras vidas son los r¨ªos que van a dar en el mar, Gonz¨¢lez quiso recibir y, por consiguiente recibi¨®, leg¨ªtimamente, en La Moncloa, a quienes a lo largo de esta campa?a le han seguido en la caravana. No s¨®lo a los periodistas, sino tambi¨¦n a t¨¦cnicos, c¨¢maras y trabajadores varios. Para corresponder, la grey reporteril le hizo un par de regalos alusivos a un par de latiguillos que ha ido repitiendo a lo largo de la campa?a. Le entregaron un mu?eco de arcilla que representa a Groucho Marx, con quien suele comparar -salvando las distancias, obviamente, l¨®gicamente- a su adversario, y un manual de inform¨¢tica para torpes, pues Gonz¨¢lez, cuando se embala y habla de lo preparados que est¨¢n los j¨®venes de hoy, se enrolla con lo mucho que saben de inform¨¢tica y acaba diciendo que, a su lado, ¨¦l, a su edad, en la era de las comunicaciones es un "analfabeto funcional". Pues, hala, a aprender, que nunca es tarde para iniciar una segunda profesi¨®n.Gonz¨¢lez, que va como loco con eso de que quiere ganar a las encuestas, haya descuidado un aspecto fundamental de toda campana que se precie: no se ha echado el tarot. Para remediarlo, una se?ora que se llama Milagros y que me ha telefoneado para decirme que lo ha hecho por ¨¦l, asegura que Felipe se saca, seguro, de 162 a 166 esca?os, y que Aznar s¨®lo tendr¨¢ 141. "A Gonz¨¢lez le salen el sol, la estrella y el ermita?o, que son cartas muy buenas, mientras que a Aznar le han salido la muerte al rev¨¦s, que quiere decir contradicci¨®n y huida, el demonio cabeza abajo, que es la mofa, la risa, y la torre, que es la huida".
Y as¨ª est¨¢n las cosas.
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