En estado de gracia
Poderosa AfroditaPrimera escena: en un teatro griego, en Taormina, tiene lugar una representaci¨®n. Un coro de actores, con los rostros cubiertos de m¨¢scaras y vestidos como sol¨ªan los actores / Oficiantes en el teatro cl¨¢sico, recitan una obra, a primera vista una versi¨®n de Edipo. Pronto, no obstante, veremos que no hablan tanto del tebano que se arranc¨® los ojos tras yacer con su madre como de... un vulgar periodista deportivo de Nueva York. ¨²ltima escena: el mismo coro contin¨²a con su representaci¨®n... y se lanza a bailar, exactamente igual que en un musical de Broadway: la misma coreograf¨ªa, la misma m¨²sica, la misma precisi¨®n de movimientos.Entre ambas secuencias, la peripecia, constantemente puntuada por la aparici¨®n de esos mismos actores, y del corifeo (F. Murray Abraham), de un periodista deportivo (Allen, of course), padre de adopci¨®n, marido a punto de ser enga?ado por su atractiva esposa (Bonham-Carter, en un curioso cambio de registro del que sale muy bien parada) y empe?ado en conocer a la madre biol¨®gica de su ni?o, s¨®lo para darse cuenta: a) de que es una puta muy atractiva, chillona y de buen coraz¨®n; b) de que los antecedentes biol¨®gicos de la criatura son cualquier cosa menos geniales, e incluyen antepasados con propensi¨®n hacia el robo, el tr¨¢fico de drogas, la prostituci¨®n y otros detalles sin importancia; y c) de que, pensando en el futuro de su hijo, necesita dignificar a madre tan poco presentable, o, dicho de otra manera, que est¨¢ dispuesto a interponerse, en los designios de los dioses.Inspirada, brillante, decididamente encantadora, Poderosa Afrodita es, hasta la fecha, la ¨²ltima comprobaci¨®n de que el talento de Woody Allen no conoce l¨ªmites. Sin apartarse ni un ¨¢pice de sus constantes tem¨¢ticas, sus bromas sobre la cultura, los ambientes de Manhattan; con una mirada menos experimental que en Maridos y mujeres y sin la enjundia moral de Delitos y faltas, pero con la misma endiablada capacidad de sacarse de la manga un argumento que en otras manos ser¨ªa sencillamente infilmable -como en Balas sobre Broadway, por hablar s¨®lo de las ¨²ltimas de sus creaciones-, Allen compone un filme que a simple vista se dir¨ªa una comedia inteligente, con sus gags y sus situaciones jocosas, como en esa secuencia magistral en que Mira Sorvino intenta aplicar a Allen su sapiencia profesional, y ¨¦ste, imbuido de un destino que es otro, intenta resistirse in¨²tilmente al acoso de cosquilleos y mordisquillos. Pero, m¨¢s all¨¢ de esto, el filme se erige en una reivindicaci¨®n de la libertad del artista para escoger all¨¢ donde crea conveniente sus referencias e influencias -o el objeto de sus dardos, tanto da-, sean ¨¦stas el jazz y Broadway o la mism¨ªsima tradici¨®n greco-latina. Coherencia, inspiraci¨®n, libertad de elecci¨®n: no se le puede pedir nada m¨¢s a un creador; s¨®lo augurarle, en todo caso, que su estado de gracia le dure mucho tiempo.
Mighty Aphrodite
Direcci¨®n y gui¨®n: Woody Allen. Fotograf¨ªa: Carlo di Palma. M¨²sica: Dick Hyman.Producci¨®n: Robert Greenhurt. Estados Unidos, 1995. Int¨¦rpretes: W. Allen, Helena Bonham-Carter, Mira Sorvino, Michael Rappaport, F. Murray Abraham, Claire Bloom, Peter WeIler, Olympia Dukakis. Estreno en Madrid: Vaguada, Pompeya, Madrid, Fuencarral y Rosales (V. O).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.