Hermanos al Ataque

Jos¨¦ Basulto, de 55 a?os, concibi¨® la idea de Hermanos al Rescate una noche de finales de 1990 sentado frente a la pantalla de la televisi¨®n. El noticiero ofrec¨ªa im¨¢genes de un muchacho de 15 a?os, de nombre Rogelio, que mor¨ªa deshidratado en los brazos de un guardacostas norteamericano instantes despu¨¦s de ser rescatado de la balsa en la, que hab¨ªa huido de Cuba unos d¨ªas antes.Unos meses despu¨¦s, en mayo de 1991, Basulto despeg¨® del aeropuerto de Opa-Locka, en Miami, al frente de la primer operaci¨®n humanitaria de Hermanos al Rescate, el grupo que en menos de cinco a?os se convertir¨ªa en la principal amenaza que ha conocido el r¨¦gimen de Fidel Castro entre el exilio cubano.

Basulto era por entonces un aventurero que hab¨ªa fracasado en bah¨ªa Cochinos y que hab¨ªa visto desvanecerse en el aire decenas de planes de invasi¨®n organizados sobre la mesa de alg¨²n caf¨¦ de Miami. "Toda su vida fue un violento que cre¨ªa en ese m¨¦todo para acabar con Castro", reconoce Jorge Lares, un joven argentino que est¨¢ con Basulto desde el primer d¨ªa de Hermanos a Rescate.

Hoy, Jos¨¦ Basulto predica la no violencia, se declara seguidor de las ense?anzas de Martin Luther King y propone la desobediencia pac¨ªfica como el mejor medio para democratizar Cuba. " Yo no he sacado la violencia de mi coraz¨®n", confiesa, "porque eso es imposible. Pero en la medida en que mi inteligencia permita controlar mis instintos, yo renuncio a toda violencia, no s¨®lo en mi actividad pol¨ªtica, sino tambi¨¦n en mi vida personal".Pagar el precio

Basulto advierte que la no violencia, con frecuencia, provoca m¨¢s violencia del enemigo, pero est¨¢ dispuesto a pagar ese precio. Siempre ha cre¨ªdo en el martirologio, y quienes le conocen aseguran que hubiera preferido no regresar jam¨¢s de la misi¨®n en la que murieron cuatro de sus colaboradores.

Ahora ha decidido seguir sacrificando su vida para que la muerte de esas cuatro personas no haya sido en vano. Promete seguir volando y seguir sobrepasando, cada vez que pueda, el paralelo 24, l¨ªmite del espacio a¨¦reo cubano. "Es mi derecho como cubano estar all¨ª", asegura."?Provocaci¨®n? ?La persona que es asesinada una noche en una calle oscura puede ser acusada de provocar a los delincuentes? Yo creo que no".

Jorge Lares, que qued¨® semiparalizado en un accidente durante una misi¨®n de rescate, asegura que su organizaci¨®n "tiene ahora que dar un giro, pasar de ser estrictamente: humanitaria a ser una m¨¢s pol¨ªtica".

Hermanos al Rescate dio, en realidad, ese giro en 1994 como consecuencia de la nueva pol¨ªtica implantada por el presidente Bill Clinton respecto a los balseros. Desde entonces, ya no eran tantos los cubanos que se decid¨ªan a lanzarse al agua y los hombres de Basulto se quedaron sin trabajo. Utilizaron entonces sus aviones para llamar a la desobediencia civil dentro de Cuba. Sus acciones m¨¢s conocidas fueron, el a?o pasado, dos lanzamientos de panfletos sobre las calles de La Habana en los que iba escrito, por una cara, el texto de la Declaraci¨®n Universal sobre Derechos Humanos, y por la otra, consignas como "Compa?eros, no; hermanos, s¨ª"; "Tu vecino piensa igual que t¨²"; "?Basta ya!" o "Cambio, ahora".

Basulto est¨¢ convencido de que esas frases "hacen m¨¢s da?o a Fidel Castro que cualquier otra cosa que se haya dicho antes desde Miami". Hermanos al Rescate es una organizaci¨®n respetada entre el exilio y abierta a cualquier observador o colaborador. "Si ocultaran algo, me sorprender¨ªa extraordinariamente", dice un periodista norteamericano que ha cubierto informaci¨®n en Miami desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. "Yo vol¨¦ junto a Basulto en una misi¨®n de rescate en 1992, lo mismo que han hecho cientos de periodistas y varias personas m¨¢s, cubanas, norteamericanas y de otros pa¨ªses, que quer¨ªan conocer las actividades de Hermanos al Rescate. El hangar de la organizaci¨®n, presidido por el lema Pan, amor y libertad, tiene las puertas abiertas para cualquiera que quiera acercarse.

Muchos lo han hecho a diario en los a?os pasados, con latas de comida y botellas de agua para los balseros. Basulto asegura que el grupo se financia estrictamente con las aportaciones de los exiliados. "Esto est¨¢ financiado por personas humildes que con donaciones peque?as han fabricado grandes playas de amor que se ven desde Cuba. Nunca he cobrado un d¨®lar por un rescate", asegura Basulto.

Si esa es su ¨²nica forma de financiaci¨®n, Hermanos al Rescate va a necesitar ahora muchas contribuciones para reponer los da?os sufridos el pasado s¨¢bado. La organizaci¨®n se ha quedado s¨®lo con dos peque?as avionetas y ha perdido a tres de sus mejores pilotos. La cuarta v¨ªctima del ataque de la aviaci¨®n cubana no era miembro del grupo.Todav¨ªa quedan, seg¨²n uno de los cofundadores, Arnaldo Iglesias, 28 pilotos y unos 70 colaboradores "dispuestos a dar su vida por la libertad de Cuba". Eintre ellos hay argentinos, pana menos, guatemaltecos y hasta un norteamericano que trabaj¨® para la compa?¨ªa American Airlines. Todos est¨¢n unidos por su deseo de aventura y por sus profundas convicciones anticomunistas. Sus calificativos sobre Fidel Castro no suelen ser m¨¢s prudentes que el de "terrorista internacional pero nunca han formado parte han sido bien aceptados por los dirigentes tradicionales del exilio, que siempre han sospechado de su excesiva independencia.Cuba y EE UU

Tampoco ha sido una organizaci¨®n d¨®cil para Estados Unidos, porque sus miembros nunca han entendido el juego tradicional de la pol¨ªtica. "Si Estados Unidos no quiere tomar ninguna acci¨®n contra Cuba, que no la tome", dice Basulto, "pero que nos deje a nosotros hacer nuestro trabajo; eso es todo lo que queremos".

"Si ¨¦sta es una organizaci¨®n de la CIA,y Basulto ha sido entre lado por la CIA, hay que reconocer que han hecho un buen trabajo y que Basulto es un gran profesional, opina el periodista mencionado anteriormente. "Y si el FB1 nos est¨¢ controlando y vigilando, mejor; as¨ª habr¨¢ pruebas grabadas de lo que hacemos", dice Basulto.

Es un profesional, en todo caso, que cree entender que no se puede dar al Gobierno cubano ninguna excusa para desprestigiar su organizaci¨®n. "Ellos saben que yo no tengo ning¨²n esqueleto en el armario", afirma. "El estos aviones", a?ade, se?alan do los aparatos estacionados juno a los restos de varias balsas rescatadas, "no ha ido nunca un arma ni ir¨¢ nunca un arma. Nuestra misi¨®n es poner en evidencia a Castro hasta que el pueblo cubano se decida a sumarse a nuestra causa".

"Con estos m¨¦todos, nuestro impacto es mucho mayor, como lo demuestra el n¨²mero de periodistas extranjeros que se han acercado aqu¨ª estos d¨ªas", dice Jorge Lares. Pero el impacto mayor, algo en lo que quiz¨¢ ni siquiera Basulto ha reparado todav¨ªa, es el hecho de que el exilio cubano parece tener ahora a alguien capaz de hablar por encima del ruido de las emisoras de radio y de poner orden en la guerra de un grupo contra el otro.