Lo m¨¢s que se puede ser en la vida

Ya sabemos que una campa?a no es una novela, pero deber¨ªan cuidar un poco m¨¢s la trama y, sobre todo, no meter cosas inveros¨ªmiles. Antes de ayer, en el mitin hist¨®rico del PP, en el estadio de Mestalla, descubr¨ª sobre el escenario a unas animadoras norteamericanas a las que el maestro de ceremonias llamaba "chicas PP", como si no las hubi¨¦ramos visto en las pel¨ªculas de la Metro animando a su equipo de rugby favorito. Lo curioso es que no produc¨ªan ning¨²n tipo de extra?eza en el p¨²blico valencia no que abarrotaba el estadio. Todo suced¨ªa con la naturalidad con la que en los sue?os asistimos a un espect¨¢culo profundamente an¨®malo mientras nos comemos un bocadillo de mortadela. Despu¨¦s de eso, sali¨® el cantante Francisco y proporcion¨® una explicaci¨®n ideol¨®gica de por qu¨¦ se encontraba all¨ª que tampoco produjo ninguna estampida. Yo, entre tanto, trepaba sobre las cabezas en direcci¨®n a la cima, para tener una perspectiva global del acontecimiento, mientras buscaba, sin hallarlo, el hilo que sin duda deb¨ªa conectar aquel espect¨¢culo portentoso con la realidad, aunque fuera con la realidad pol¨ªtica. Cuando llegu¨¦ arriba, en lugar de una perspectiva global tuve un ataque de claustrofobia, pues comprend¨ª de s¨²bito que ya nunca podr¨ªa regresar a la parte de abajo.Me puse a llorar, pero en aquel momento anunciaron la llegada del l¨ªder y, cre¨ª que era de emoci¨®n. La gente se levant¨® enfervorecida y fue poco a poco perdiendo su individualidad para entreg¨¢rsela generosamente a la masa. Not¨¦ con alivio que empezaba a diluirme en el guiso, com¨²n, pero la verdad es que en las grandes concentraciones nunca consigo perder completamente la individualidad; todo lo m¨¢s, me convierto en grumo. Y eso es lo que era, un co¨¢gulo flotando en medio de una masa l¨ªquida de Airgam Boys o de Clips de Fam¨®bil: hab¨ªa de las dos clases de personas porque se trataba de un mitin interclasista, adem¨¢s de hist¨®rico. Nunca hab¨ªa sido un co¨¢gulo hist¨®rico. Aunque no bebo ni me emociono cuando estoy de servicio, la idea logr¨® agitarme el ¨¢nimo y, por un momento, estuve a punto de olvidar que me encontraba all¨ª para seguir la progresi¨®n del PP dentro de la campa?a. A veces te olvidas de lo que est¨¢s haciendo. Recuerdo que cuando sali¨® a hablar Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar tuvo un momento m¨¢gico, de p¨¦rdida, que resolvi¨® de forma magistral, ensimism¨¢ndose durante unas d¨¦cimas de segundo al tiempo que dec¨ªa sin venir a cuento: "Yo s¨¦ muy bien que estoy aqu¨ª, en Valencia".

Seguramente intentaba, como yo, encontrar el hilo capaz de conectar todo aquello con la realidad, aunque fuera con la realidad pol¨ªtica. No s¨¦ si logr¨® hallarlo, pero hizo como que s¨ª y nadie not¨® nada. Por mi parte, estaba a punto de dar con ¨¦l, o eso cre¨ªa, cuando advert¨ª que Julio Iglesias se hab¨ªa presentado al mitin hervido, como un langostino, y sent¨ª un estremecimiento mortal; entonces recuper¨¦ de golpe la individualidad y con ella el ataque de claustrofobia, que combat¨ª imagin¨¢ndome que en lugar de en un mitin del PP me encontraba en un recital de Joan Manuel Serrat. No logr¨¦ averiguar qu¨¦ hac¨ªan all¨ª las animadoras norteamericanas, ni Manolo Escobar, ni Eduardo Zaplana, ni Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, pero intu¨ª que lo m¨¢s que se puede ser en la vida es cantautor.