Derecho a Morir Dignamente edita un testamento para enfermos irreversibles
La asociaci¨®n persigue con la difusi¨®n del documento la legalizaci¨®n de la eutanasia
El miedo a perder la dignidad a causa de una enfermedad irreversible ha impulsado a los miembros de la asociaci¨®n Derecho a Morir Dignamente (DMD) a difundir un testamento vital en el que manifestar la voluntad sobre el tratamiento m¨¦dico que una persona aceptar¨ªa o no, en el caso de sufrir una dolencia terminal. La difusi¨®n del documento persigue un ¨²nico objetivo: la legalizaci¨®n de la eutanasia. "El d¨ªa en que se extienda la pr¨¢ctica de dejar por escrito el tratamiento deseado la legalizaci¨®n caer¨¢ por s¨ª misma", sentencia Salvador P¨¢niker, presidente de la asociaci¨®n.
P¨¢niker, fil¨®sofo y escritor, lamenta que el reci¨¦n reformado C¨®digo Penal contemple a¨²n penas para aquellas personas que ayuden a enfermos graves a morir. "Aunque son penas m¨ªnimas, lo importante es que se ha perdido una ocasi¨®n hist¨®rica para que se reconozca el derecho a la eutanasia", asegura.El modelo de testamento presentado por DMD enumera un conjunto de supuestos cl¨ªnicos -da?os cerebrales, tumores malignos, enfermedades degenerativas, demencias seniles...- en los que el firmante desear¨ªa que se aplicase el tratamiento por ¨¦l determinado. Un tratamiento que contempla que no se prolongue la vida por medios artificiales [eutanasia pasiva] y que se le suministren los f¨¢rmacos necesarios para paliar el sufrimiento, f¨ªsico o ps¨ªquico del enfermo.
En otro punto del testamento, m¨¢s controvertido, se solicita "la administraci¨®n de los f¨¢rmacos necesarios para acabar definitivamente y de forma r¨¢pida e indolora" con el padecimiento del enfermo. "Lo que no significa", dice P¨¢niker, "que desde la asociaci¨®n se induzca a nadie a la eutanasia. S¨®lo ofrecemos esa posibilidad".
Derecho humano
El documento se ha inspirado en el que, desde hace algunos a?os, se viene utilizando en pa¨ªses como Holanda, Gran Breta?a y Dinamarca, pioneros en el reconocimiento de la eutanasia como derecho humano. De momento s¨®lo ha sido difundido entre sus socios -unos 3.000 repartidos por toda Espa?a-, la mayor¨ªa de los cuales han redactado ya su testamento vital. "Sin embargo, cualquier persona puede dejar escrito el suyo, personalizado, con las indicaciones que considere oportunas, e incluso puede dejar claro que su ¨²ltima voluntad sea la de que se le alargue la vida con todos los medios posibles", puntualiza P¨¢niker. Los ¨²nicos requisitos: estar en plenas facultades mentales y firmarlo ante un notario que atestig¨¹e la validez de la firma, o, en su defecto, contar con dos testigos que no pertenezcan a la familia.Uno de los objetivos de DMD es conseguir que los espa?oles conozcan sus derechos como enfermos. "En Espa?a existe una ley de Sanidad, de 1986, en la que se reconocen estos derechos, y en Catalu?a existe una carta de derechos del enfermo que debe entregarse a los pacientes a su entrada a los hospitales", explica P¨¢niker. "Y a pesar de ello", a?ade, "a¨²n llega gente a DMD que no sabe que puede exigir que se le retire un tratamiento sin tener que abandonar el hospital, o que hay centros de tratamiento del dolor, ni que existe la medicina paliativa ...".
P¨¢niker espera que la Administraci¨®n auton¨®mica ayude a su asociaci¨®n a poner al alcalce de la poblaci¨®n la nueva f¨®rmula de testamento, entreg¨¢ndolo a los pacientes a la entrada de los hospitales. "De hecho, los que deben estar m¨¢s interesados en que exista un documento de este tipo son los propios m¨¦dicos porque les facilita mucho su trabajo", argumenta P¨¢niker. A su juicio, en muchas ocasiones los doctores no cesan de aplicar tratamientos a los enfermos por temor a las recriminaciones de los familiares. Uno de los puntos del documento incluye la liberaci¨®n de los doctores que atiendan al enfermo con testamento vital de toda responsabilidad civil y penal.
P¨¢niker asegura que m¨¢s del 50% de los profesionales est¨¢ de acuerdo con ellos -con la aplicaci¨®n de la eutanasia pasiva-, "pero los colegios de m¨¦dicos y dem¨¢s centros oficiales no se atreven a pronunciarse".
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