El Tribunal Federal alem¨¢n falla tambi¨¦n contra la discriminaci¨®n positiva en el trabajo
La sentencia da la raz¨®n al jardinero que reclam¨® un cargo concedido a una mujer
El Tribunal Federal alem¨¢n de lo laboral fall¨® ayer, en Kassel, que el sistema de cuotas en puestos de trabajo a favor de las mujeres, en la Administraci¨®n p¨²blica de la ciudad-Estado de Bremen, no se ajusta al derecho europeo y tendr¨¢ que ser modificado. La sentencia es consecuencia de la larga disputa legal M aspirante al puesto de director de jardiner¨ªa de Bremen, el ingeniero Eckard Kalanke. El Tribunal de Luxemburgo ya dict¨® sentencia en octubre en este sentido. Pero Kalanke no ocupar¨¢ el puesto autom¨¢ticamente. La plaza deber¨¢ sacarse de nuevo a concurso.
Kalanke se consider¨® discriminado cuando no se le ascendi¨® y una mujer, la ingeniera Heike Glissmann, recibi¨® el cargo por la decisi¨®n de respetar un porcentaje de puestos directivos para mujeres en la Administraci¨®n p¨²blica de Bremen.A Kalanke le dieron ayer la raz¨®n en Kassel, pero tendr¨¢ ocasi¨®n de meditar sobre la vieja maldici¨®n, dicen que gitana, de "tengas pleitos y los ganes". La sentencia de Kassel concede a Kalanke el fuero y le niega el huevo.
El supremo tribunal federal de lo laboral sentenci¨® que el sistema indiscriminado de cuotas, en la forma vigente hasta ahora en Bremen, no se ajusta al Derecho europeo y tendr¨¢ que ser modificado.
Al mismo tiempo, el tribunal no le da a Kalanke el derecho a ocupar de forma inmediata el puesto de jefe de jardiner¨ªa al que aspiraba y que desencaden¨® la larga diputa legal. Kassel ha fallado que la Administraci¨®n de Bremen deber¨¢ sacar de nuevo a concurso el puesto de jefe de jardiner¨ªa y otorgarlo a partir de criterios de capacitaci¨®n y no de forma autom¨¢tica a una mujer.
Ni para ¨¦l ni para ella
El tribunal ha rechazado tambi¨¦n la exigencia de Kalanke de percibir una indemnizaci¨®n por los da?os y perjuicios sufridos. Seg¨²n el tribunal de Kassel, la competencia de los dos candidatos, Kalanke y Glissmann, es igual y ser¨ªa injusto ahora dar prioridad al hombre.Desde el a?o 1991 la ingeniera Glissmann desempe?a el cargo de jefa del departamento de jardiner¨ªa de forma provisional y Kalanke ha trabajado como su subordinado en la puerta de al lado.
La sentencia de Kassel considera que la discriminaci¨®n positiva a favor de las mujeres vigente en Bremen no resulta aceptable, porque aplica un automatismo y no tiene en cuenta los posibles casos de injusticia hacia algunos hombres por su particular situaci¨®n.
Al considerar la prioridad de las mujeres de forma autom¨¢tica y no contemplar excepciones, el modelo de Bremen resulta discriminatorio y contrario al Derecho europeo, seg¨²n fall¨® ayer Kassel, que corrobora as¨ª la sentencia del Tribunal Supremo europeo de Luxemburgo del pasado octubre.
El senador (ministro) de Hacienda de Bremen, el democristiano Ulrich Noelle (CDU), declar¨® al conocer la resoluci¨®n del tribunal de Kassel que el Gobierno de Bremen, una gran coalici¨®n entre socialdem¨®cratas (SPD) y democristianos (CDU), est¨¢ dispuesto a cumplir con ella y convocar¨¢ de nuevo el puesto en disputa.
A?adi¨® Noelle que la ley de equiparaci¨®n de sexos de Bremen requiere una adaptaci¨®n, seg¨²n las exigencias del Derecho europeo, pero esto no significa el fin de la pol¨ªtica de promoci¨®n de la mujer.
Apoyo sindical
La disputa entre Kalanke, casado y con dos hijos de casi treinta a?os, y Glissmann se remonta al a?o 1991, cuando se concedi¨® el puesto a la ingeniera sobre la base de la cuota femenina con el apoyo del comit¨¦ de empresa. Kalanke reclam¨® contra la presunta discriminaci¨®n ante los tribunales y perdi¨® en dos instancias.Recurri¨® incluso al m¨¢ximo tribunal de Kassel, que le remiti¨® al de Luxemburgo. El tribunal supremo europeo fall¨® en contra de la cuota de mujeres de Bremen, por considerar que la discriminaci¨®n positiva de la mujer es ilegal cuando se aplica de forma "absoluta e incondicional".
La sentencia del tribunal de Luxemburgo no obligaba por s¨ª misma a cambiar la ley, pero impel¨ªa al juez alem¨¢n a revisar el caso. Una ola de indignaci¨®n sacudi¨® a las feministas europeas, y especialmente a las alemanas.
Regres¨® as¨ª el asunto de los jardines de Bremen a Kassel, que ahora reconoce en efecto la ilegalidad de la discriminaci¨®n autom¨¢tica en favor de la mujer, aunque no le da a Kalanke el derecho a ocupar el puesto de jefe de jardiner¨ªa. La lucha contin¨²a.
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