GM, el rayo que no cesa sobre 'Superl¨®pez"
La multinacional General Motors inicia otra causa criminal contra L¨®pez de Arriort¨²a y Volkswagen
La multinacional automovil¨ªstica General Motors (GM) y su filial europea Adam Opel AG han lanzado una nueva ofensiva judicial contra el fabricante alem¨¢n Volkswagen (VW), reclam¨¢ndole una multimillonaria indemnizaci¨®n por da?os y perjuicios presuntamente causados por su ejecutivo Jos¨¦ Ignacio L¨®pez de Arriort¨²a, conocido por Superl¨®pez. La reclamaci¨®n, que ha sido presentada ante un juzgado del Estado de Michigan (EE UU), acusa a L¨®pez y otros 11 ejecutivos de VW, entre los que se encuentra su presidente, Ferdinand Piech, de conspiraci¨®n criminal y de apropiaci¨®n y utilizaci¨®n ilegal de documentos comerciales secretos.La demanda se refiere a la contrataci¨®n de L¨®pez de Arriort¨²a y un grupo de estrechos colaboradores por parte de Volkswagen, quienes, seg¨²n General Motors, habr¨ªan robado gran cantidad de documentos de la empresa antes de abandonar sus cargos en marzo de 1993. La querella ha sido presentada en Estados Unidos para evitar la prescripci¨®n de los presuntos delitos por la legislaci¨®n norteamericana, seg¨²n ha manifestado en Russelheim el presidente de Opel, David Herman, quien no ha revelado la cuant¨ªa de los da?os reclamados a Voslkswagen.
La nueva iniciativa judicial de General Motors dispar¨® ayer en Alemania todo tipo de rumores sobre esa cuant¨ªa que podr¨ªa haber sido exigida a la multinacional europea. Algunos de los rumores apuntan la posibilidad de que los estadounidenses reclamen a los alemanes una cantidad que supere los 80.000 millones de pesetas.
Opel mantiene tambi¨¦n una querella contra L¨®pez y Volkswagen ante los tribunales alemanes, que examinan el caso desde abril de 1993. Como si aparentemente no se fiase de la justicia alemana, el presidente de Opel ha manifestado que la compa?¨ªa "ha tomado adem¨¢s en consideraci¨®n el vacilante paso de las investigaciones realizadas contra L¨®pez" por los tribunales alemanes.
Seg¨²n Herman, "existen muchas pruebas de que L¨®pez y Volkswagen se apoderaron de gran n¨²mero de documentos y datos secretos de General Motors y los introdujeron en sus ordenadores, destruyendo otros". General Motors asegura que esta actuaci¨®n ha ocasionado elevados da?os a la empresa y supone una amenaza para los puestos de trabajo de sus f¨¢bricas, incluidas las de Alemania.
Volkswagen, cuyas acciones se depreciaron en un 3% inmediamente despu¨¦s del anuncio de la querella de GM, ha desmentido en¨¦rgicamente las acusaciones de su rival. En un comunicado difundido por su central en Wolfsburg (Aleman¨ªa), VW asegura que la reclamaci¨®n de General Motors carece de fundamento, "como la que en su d¨ªa fue presentada ante los juzgados de Braunschweig", que fue rechazada a la espera de la decisi¨®n sobre la causa penal interpuesta contra L¨®pez en la localidad de Darmstadt.
La batalla legal entre los dos fabricantes de autom¨®viles tiene tambi¨¦n una elevada dosis de guerra comercial. VW asegura que General Motors quiere influir en la justicia alemana con su reclamaci¨®n en EE UU. GM acusa a Volkswagen de agitar la bandera del nacionalismo econ¨®mico contra una empresa que se presenta como extranjera.
En este sentido, el miembro del Consejo de Administraci¨®n de Opel Hans Wilhelm G?b ha acusado al ministro presidente del Estado de Baja Sajonia, Gerhard Schr?der, que tambi¨¦n es miembro del consejo de VW, de "apelar a las emociones nacionales contra GM", presentando a la multinacional como una amenaza contra el emplazamiento industrial de Alemania. G?b tambi¨¦n ha se?alado la falta de colaboraci¨®n de la justicia alemana con la norteamericana, que investiga el caso, ya que, aunque el Gobierno de Bonn ha dado luz verde a la ayuda, la fiscal¨ªa de Darmstadt a¨²n no ha entregado ning¨²n documento al FBI o al Departamento de Justicia de EE UU.
Volkswagen reitera por contra en su comunicado que la empresa ha colaborado con los investigadores en todo lo exigido y que una investigaci¨®n interna, realizada por un perito independiente, ha demostrado que no existen indicios de que haya usado, o haya tenido acceso, a documentos secretos de General Motors.
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