Una instituci¨®n bajo m¨ªnimos
El enfrentamiento interno y el deterioro creciente del Consejo del Poder Judicial le impide gobernar a los jueces y a s¨ª mismo
Luis Pascual Estevill, con varias querellas contra ¨¦l en el Tribunal Supremo, acaba de librarse de ser destituido del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) "por incumplimiento grave de los deberes del cargo". Otros cuatro vocales est¨¢n dimitidos. Y se tramita la querella por injurias de un vocal contra otro, ambos propuestos por el PP. La impresi¨®n extendida es que durante el prolongado mandato de este tercer CGPJ se est¨¢ intentando dinamitarlo desde dentro, tal vez para abrir paso a un modelo que pase del corporativismo de los partidos al de las asociaciones judiciales. En resumen: una instituci¨®n bajo m¨ªnimos, enfrentada internamente y con un deterioro creciente que le impide gobernar a los jueces y a s¨ª misma.A diferencia de los dos anteriores Consejos -constituidos, respectivamente, en 1980 y en 1985-, el elegido en 1990 por el Parlamento ha sido un ¨®rgano trampol¨ªn. De los 20 consejeros iniciales s¨®lo contin¨²an la mitad. Eligio Hern¨¢ndez viaj¨® sin billete (le vuelta a la Fiscal¨ªa General del Estado; Juan Alberto Belloch Y Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega emigraron al Gobierno; Julio Padilla se convirti¨® en diputado del PP; Antonio Bruguera y Rafael Fern¨¢ndez Montalvo regresaron a sus plazas judiciales, y Torn¨¢s S. Vives fue catapultado por el Gobierno al Tribunal Constitucional. Fallecieron Fernando Jim¨¦nez Lablanca y Jos¨¦ Luis Granizo.
Algunos de los 11 consejeros que todav¨ªa subsisten de aquella lejana elecci¨®n de 1990, vagan en busca de una nueva identidad, porque la original la perdieron. As¨ª, Juan Jos¨¦ D¨¢vila, propuesto por el hoy inexistente Centro Democr¨¢tico y Social (CDS), es uno de los dos vocales que se abstuvieron sobre la destituci¨®n de Pascual Estevill. Igualmente, YVenceslao D¨ªaz Argal, propuesto por el PNV y hoy repudiado por este grupo pol¨ªtico y por los jueces del Pa¨ªs Vasco, suele adherirse a los consejeros propuestos por el PP que, con la excepci¨®n de Javier G¨®mez de Lia?o, votan como un grupo monol¨ªtico, bajo la batuta del vicepresidente Jos¨¦ Luis Manzanares.
La visita de Pujol
Los vocales propuestos por el PSOE son menos monol¨ªticos, porque atienden a diversas instancias o sensibilidades. S¨®lo as¨ª pudo pasar lo que ocurri¨® el 25 de julio ¨²ltimo, en la primera votaci¨®n para destituir a Pascual Estevill, a ra¨ªz de la admisi¨®n a tr¨¢mite por el Supremo de una de las varias querellas contra ¨¦l por corrupci¨®n judicial. Propusieron la destituci¨®n Ignacio Sierra (propuesto por el PSOE) y Rafael Saraz¨¢ (por IU), los dos ¨²nicos vocales que votaron a favor. Nueve consejeros votaron en contra y siete -nucleados en torno a los prosocialistas- se abstuvieron. Previamente, el presidente de la General¨ªtat, Jordi Pujol, se hab¨ªa reunido con algunos de ellos en la propia sede del CGPJ para hablar del asunto.No es ning¨²n secreto, que el objetivo de CiU al colocar a Pascual Estevill en el CGPJ era protegerle con el fuero para que las querellas que tramitaban contra ¨¦l jueces catalanes pasaran al Tribunal Supremo. Curiosamente en esta instancia se ha encontrado con el antiguo fiscal jefe de Catalu?a, hoy fiscal Anticorrupci¨®n, Carlos Jim¨¦nez Villarejo, para quien, a diferencia del voluble criterio de Manzanares y los suyos al analizar la delincuencia, la corrupci¨®n tambi¨¦n existe si la protagonizan jueces.
Una vez en el CGPJ el pol¨¦mico vocal, su "defensa numantina" es considerada normal "y hasta humana" desde el sector prosocialista. "Lo que no entendemos", dice un consejero, "es la pi?a de protecci¨®n que se ha formado en torno suyo".
Jos¨¦ Antonio Zarzalejos, el otro vocal que se abstuvo sobre Pascual Estevill, puntualiza que los votos necesarios para destituirle no eran 10, sino 11, y que antes de decidir debe investigarse, "a no ser que el Supremo le meta en la c¨¢rcel, porque no ser¨ªa l¨®gico que desde all¨ª se mantuviera en la c¨²pula judicial". Otro vocal asegura: "Pascual Estevill, antiguo abogado, se ha unido a quienes no tienen m¨¦dula judicial, sino pol¨ªtica".
La ruptura de las hostilidades se produjo hace aproximadamente un a?o, a partir de la marcha de Vives y Fern¨¢ndez Montalvo, que redujo la inicial presencia prosocialista. Saraz¨¢, que suele unirse a ¨¦sta y que asegura no haber recibido jam¨¢s indicaci¨®n alguna de IU, lo explica as¨ª: "Los conservadores acusaban a los progresistas de haber usado el rodillo y comenzaron a vengarse". Se rompi¨® la costumbre de negociar los asuntos entre los dos sectores antes de discutirlos en el pleno. "Ahora, pr¨¢cticamente no nos dirigimos la palabra, aunque todav¨ªa no nos negamos el saludo".
El presidente Pascual Sala evoca la etapa anterior a esta ruptura en que "los acuerdos se aprobaban por consenso" y asegura que casi el 99% de los nombramientos discrecionales se decidieron sin problemas. Javier G¨®mez de Lia?o, contra quien Andr¨¦s de la Oliva present¨® una querella por injurias, cree que "el deterioro del CGPJ se debe a que ha habido vocales que han trasladado la pol¨ªtica, en su peor acepci¨®n, a su seno y, en lugar de trabajar en beneficio de la ciudadan¨ªa, tratan de convertirlo en un para¨ªso corporativo".
Las tres dimisiones producidas tras la frustrada destituci¨®n de Pascual Estevill responden al ambiente irrespirable del CGPL Soledad Mestre cree que todo es "tan desagradable" que, como dice en su carta a Sala, "este Consejo, en la situaci¨®n en que se encuentra, no puede ejercer las funciones que tiene encomendadas con el rigor, la serenidad, la neutralidad y la dignidad necesarias". Ignacio Sierra invoca la "deslealtad institucional" de Pascual Estevill y su "ataque a la tranquilidad de algunos jueces de Barcelona".
Saraz¨¢, ajeno a "la defensa de intereses corporativos" y que lleg¨® al CGPJ para "darle dignidad a un ¨®rgano constitucional", prefiere irse a su casa, si no es posible que prevalezca "la limpia imagen p¨²blica del mismo". "Mi postura", explica a Sala, "no coincide con cierta mayor¨ªa de los vocales", lo cual le produce "incomodidad y hasta incompatibilidad" con ellos.
Mientras tanto, Manzanares renunci¨® al flamante cargo de delegado para Catalu?a, por falta de tiempo y no ser la persona adecuada. "No pondr¨¦ ah¨ª mis manos pecadoras", se limit¨® a decir. Pero no explic¨® si su inadecuaci¨®n se deriva del rechazo inmediato de los jueces catalanes o de la presencia en ese territorio de un hijo suyo, juez de vigilancia penitenciaria, denunciado por presos y abogados a causa de su actitud represiva con los internos, y con un expediente disciplinario pendiente contra ¨¦l.
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