El "fant¨¢stico universo" de James Ensor se expone por primera vez en Espa?a
La antol¨®gica de 230 obras del pintor belga se presenta en Madrid y Bilbao
La primera antol¨®gica en Espa?a del artista belga James Ensor (1860-1949) se present¨® ayer en las salas del Banco Bilbao Vizcaya (BBV), de Madrid (paseo de la Castellana, 81). La muestra, con un total de 230 obras, entre ¨®leos, dibujos y grabados, se completa el viernes en la sala de la misma entidad en Bilbao, (plaza de San Nicol¨¢s, 4). La comisaria de la exposici¨®n, Carmen Gim¨¦nez, destac¨® ayer "el mundo de m¨¢scaras y cr¨ªtica social" del pintor, creador de un "fant¨¢stico universo" que anuncia el expresionismo y el surrealismo. El montaje sigue un orden cronol¨®gico y por temas, con las m¨¢scaras, naturalezas muertas, paisajes y retratos.
La obra pict¨®rica de James Ensor (Ostende, 1860-1949) es poco conocida en Espa?a. Un desconocimiento lamentable puesto que Ensor, grande por s¨ª mismo, es especialmente significativo para el arte espa?ol de los siglos XIX y XX, con el que le unen afinidades de intenci¨®n y tem¨¢tica. Para colmar esta laguna el Banco Bilbao Vizcaya encarg¨® a Carmen Gim¨¦nez el montaje de esta gran antol¨®gica repartida entre sus salas de Madrid y Bilbao.Todas las etapas de James Ensor est¨¢n presentes en la muestra, desde sus primeros y ya maduros dibujos y pinturas de 1880, cuando apenas contaba veinte a?os, hasta las obras finales de los a?os treinta de nuestro siglo. Y entre medias, d¨¢ndole a toda la obra un sentido unitario, su misterioso e inquietante mundo de m¨¢scaras, esqueletos y alegor¨ªas; el mundo que le relaciona tan estrechamente con el arte espa?ol: con Goya, con Gutierrez Solana, Evaristo Valle y Dar¨ªo Regoyos, por ejemplo. La comisaria de la exposici¨®n admite que lleva peleando desde hace a?os con las dificultades para poder montarla. Y reconoce as¨ª mismo que ten¨ªa muchas razones para intentar conseguirlo: "Para empezar, -dice- est¨¢ la tremenda influencia de este artista en la pintura espa?ola. Adem¨¢s existe tambi¨¦n esa especie de provocaci¨®n que es conseguir algo que no se hab¨ªa conseguido hasta ahora: traer a Espa?a la obra de un artista imprescindible en la historia de la pintura del siglo XlX". El flamenco James Ensor es una de las figuras m¨¢s interesantes y representativas del arte europeo de fines del siglo pasado, y as¨ª lo reconocieron un¨¢nimemente los expresionistas y los surrealistas. Sus im¨¢genes aterradas y aterrorizantes, la tristeza impl¨ªcita en sus m¨¢scaras y payasos nos llevan a pensar en el ambiente opresivo de un fin de siglo que present¨ªa los diversos conflictos sociales y pol¨ªticos que sacudieron al mundo occidental entre 1880 -justo cuando el joven Ensor hac¨ªa su aparici¨®n en el mundo del arte- y el primer cuarto del siglo XX. Una aparici¨®n que ahora, al cabo de los a?os y visto el resultado, puede parecer triunfante y que fue, muy al contrario, totalmente decepcionante para el joven artista. Ensor hab¨ªa querido ser pintor desde que era un ni?o y viv¨ªa una infancia "descolocada", entre un padre culto, dotado para el arte, rico y malogrado por la bebida, que acabar¨ªa llevando a la ruina a su familia, y una madre mucho m¨¢s vulgar pero tambi¨¦n m¨¢s sensata y pr¨¢ctica, que mantuvo el barco a flote gracias al peque?o comercio de souvenirs que regentaba junto con una hermana. El padre muri¨® pronto, y pese al desastre que su d¨¦bil car¨¢cter supuso para la familia, Ensor tuvo que agradecerle que siempre confiara en su talento y que le proporcionara estudios art¨ªsticos desde muy joven, estudios que le supusieron, adem¨¢s, algunas de las relaciones con compa?eros que, como ¨¦l mismo, ocupar¨ªan a?os m¨¢s tarde puestos destacados en la vanguardia belga e internacional. El espa?ol Dar¨ªo de Regoyos, matriculado con ¨¦l en la Academia de Bruselas, fue uno de ellos. Terminado su aprendizaje Ensor regresa a Ostende, y monta all¨ª su estudio. Comienza a trabajar con paisajes y retratos de amigos y familiares que reflejan extra?as tensiones subterr¨¢neas -periodo sombr¨ªo-, expone con los grupos de vanguardia, y le admiten cuadros en el Sal¨®n de Par¨ªs al tiempo que la cr¨ªtica de Amberes se burla cruelmente de ¨¦l, cre¨¢ndole un fuerte resentimiento. Poco a poco se va produciendo el progresivo desencuentro entre Ensor y sus colegas m¨¢s pr¨®ximos, un desencuentro que en los diez a?os siguientes se hace definitivo. En 1883 -no hay que olvidar que el artista tiene s¨®lo veintitr¨¦s a?os- aparecen las primeras m¨¢scaras, un tema recurrente y obsesivo que no le abandonar¨¢ jam¨¢s. Y estas m¨¢scaras nos llevan de nuevo a su relaci¨®n con Espa?a. "La figura de James Ensor tiene una indudable relaci¨®n con Espa?a, y muy especialmente con Solana", recuerda Carmen Gim¨¦nez. "Hay adem¨¢s otro aspecto a destacar, que es la amistad entre Ensor y Emile Verhaeren, autor de Espa?a negra que ilustr¨® Dar¨ªo de Regoyos, amigo de ambos".
Babelia
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