El arma de la ley

LA JUNTA de Fiscales del Tribunal Supremo considera que el comunicado difundido por Herri Batasuna (HB) tras el asesinato del profesor Francisco Tom¨¢s y Valiente pudiera constituir una forma de colaboraci¨®n con banda armada. A la vista de ese dictamen, el fiscal general ha remitido el comunicado al juez Garz¨®n, que ya instruye un sumario contra HB por el mismo delito de colaboraci¨®n con ETA. El escrito de HB no s¨®lo justificaba el crimen con argumentos como que "el Estado s¨®lo cambia de actitud cuando se ve forzado" a ello, sino que culpaba del asesinato de Tom¨¢s y Valiente al "Gobierno y dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas" por no acceder a las exigencias de ETA.La iniciativa de la fiscal¨ªa se inscribe en el marco de la reacci¨®n contra la impunidad del mundo que rodea a HB que parece haberse producido en los ¨²ltimos meses y cuyo episodio m¨¢s llamativo ha sido el encarcelamiento de Jon Id¨ªgoras. Contra esa reacci¨®n se han elevado dos tipos de argumentos. Los virtuosos de la equidistancia advierten que es una ilusi¨®n pensar que, "tras 35 a?os de lucha armada, ¨¦sta podr¨¢ erradicarse sin m¨¢s por la v¨ªa judicial-policial". Nadie tiene la soluci¨®n garantizada de la pesadilla del terrorismo. Pero, desde luego, no pasa por la renuncia a aplicar la ley -con todas las garant¨ªas democr¨¢ticas, pero sin bulas-. Otro argumento similar es que "esa v¨ªa ya se ha intentado y no ha evitado la continuidad de ETA". Sin embargo, no es cierto que se haya intentado, o al menos no con la suficiente constancia. El franquismo recurri¨® a la represi¨®n, pero la ley es otra cosa. Tambi¨¦n se ha recurrido a la guerra sucia, pero eso tampoco es la ley. Al mismo tiempo, se ha consentido una impunidad de hecho del entorno de ETA, y eso es lo contrario a la aplicaci¨®n de la ley.

Un comunicado como el emitido por HB a ra¨ªz del asesinato de Tom¨¢s y Valiente ser¨ªa un grave delito en cualquier pa¨ªs democr¨¢tico. El que sea habitual que declaraciones de esa naturaleza se difundan en Euskadi no significa que sea legal. Ser¨ªa totalmente anormal que horas despu¨¦s del asesinato del ex presidente del Tribunal Supremo alguien justifique ese crimen p¨²blicamente, amenazando con nuevas acciones "cada vez m¨¢s contundentes" si no se aceptan las condiciones de ETA, y no pase nada. En mayo del a?o pasado, la Audiencia Provincial de San Sebasti¨¢n exculp¨® de cualquier delito a una concejal de HB que hab¨ªa acusado a la polic¨ªa de asaltar la sede de su partido, y al gobernador, de haber instigado dicha acci¨®n. La sentencia argumentaba que acusaciones similares y a¨²n m¨¢s graves son habituales en la prensa vasca. Se ilustraba reproduciendo varios titulares del mismo n¨²mero del diario Egin en que se hab¨ªa vertido la acusaci¨®n contra el gobernador. La conclusi¨®n era que "el ciudadano est¨¢ ya plenamente acostumbrado" a tales expresiones. Elevaba la impunidad previa a coartada para la impunidad,

Para acabar con esa din¨¢mica perversa no hay que recurrir a sentencias ejemplares o cosa semejante. Basta con acabar con la impunidad que ha venido amparando a quienes no s¨®lo se atribuyen el derecho a agredir a los dem¨¢s ciudadanos, sino que consideran que sus v¨ªctimas -ertzainas, pol¨ªticos, manifestantes por Aldaya, comerciantes- est¨¢n obligadas a dejarse matar, quemar vivas, linchar, ver destruidos sus establecimientos". Si los dirigentes de HB no pretend¨ªan colaborar con ETA justificando sus cr¨ªmenes y amenazado con m¨¢s violencia, que lo digan ante el juez. Pero que comparezcan ante ¨¦l.