?Sabidur¨ªa del pueblo?

Tras las ¨²ltimas elecciones han aparecido, tanto en su peri¨®dico como en muchos otros, opiniones de columnistas, articulistas y lectores en las que se subraya insistentemente la "sabidur¨ªa" del pueblo espa?ol a la hora de elegir a sus representantes. "Sabidur¨ªa" porque se le ha negado una holgada mayor¨ªa al PP, porque no se ha castigado con especial dureza al PSOE y porque se le ha advertido a IU de que su estrategia antisocialista a ultranza no tiene apoyo. Me gustar¨ªa se?alar que esta interpretaci¨®n no tiene sentido y que su reiteraci¨®n no hace m¨¢s que introducir confusi¨®n sobre el significado de la idea de democracia.Los que hablan de "sabidur¨ªa" parecen querer decir que el pueblo deseaba los resultados que se han dado. Pero esto es sencillamente absurdo, pues, probablemente, los votantes del PP quer¨ªan que su partido obtuviera una mayor¨ªa "suficiente", los del PSOE que su partido repitiese victoria, y los de IU que el sorpasso tuviera lugar. En cualquier caso, quienes votan son cada uno de los electores en su circunscripci¨®n. El pueblo no es m¨¢s que la suma de cada una de las decisiones individuales. Algunos dan la impresi¨®n de creer que lo que realmente ha ocurrido es que el pueblo se ha reunido, ha deliberado y ha llegado a la conclusi¨®n de que lo mejor para Espa?a es otorgar 156 esca?os al PP, 141 al PSOE y 21 a IU., No obstante, esto es la consecuencia no intencionada de que cada uno haya votado lo que mejor le ha parecido, de acuerdo con sus particulares razones, sin tener m¨¢s informaci¨®n previa sobre el resultado final que las inciertas previsiones que ofrec¨ªan las encuentas.

Ni Felipe Gonz¨¢lez pudo escuchar el mensaje de las urnas en el 93, ni Aznar lo ha podido hacer ahora, pues la agregaci¨®n de millones de decisiones individuales no genera ecos de ning¨²n tipo. Aznar no deber¨ªa afirmar que los espa?oles le han transmitido su deseo de que gobierne mediante pactos. Pensar en estos t¨¦rminos es suponer que los votos son una emanaci¨®n de la voluntad general. Pero esta voluntad no existe. El uso de este lenguaje organicista a prop¨®sito de la pol¨ªtica constituye una perversi¨®n de la idea de democracia representativa. Aunque s¨®lo sea por higiene mental, los que se atrevan a opinar sobre los resultados habr¨ªan de evitar semejantes abusos.-