Historia del 'Goya' que nunca fue
Ruiz-Gallard¨®n present¨® como un descubrimiento el ¨®leo de Maella inventariado desde hace 11 a?os
"De lo sublime a lo rid¨ªculo hay s¨®lo un paso", sentenci¨® Napole¨®n Bonaparte a la vuelta de Rusia. En la historia del goya que nunca fue, de lo sublime a lo rid¨ªculo hubo s¨®lo un sigilo que result¨® fatal.Ruiz-Gallard¨®n se retrat¨® el 8 de marzo junto a un supuesto goya que sus arquitectos creyeron descubrir en una habitaci¨®n cerrada del viejo cas¨®n de la Puerta del Sol. El hallazgo deslumbr¨® tanto a los dirigentes de la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas que se orden¨® el secreto de sumario.
El sigilo con el que dirigieron la Operaci¨®n Goya desde la direcci¨®n de Arquitectura, con Amalia Castro al frente, acab¨® en cat¨¢strofe. La cautela evit¨® que la direcci¨®n general de Patrimonio Cultural, que dispon¨ªa de hasta cuatro inventarios distintos de la obra de Mariano Salvador Maella -alguno de ellos con foto-, pudiera salvar del rid¨ªculo al presidente. Tampoco supo nada la Consejer¨ªa de Hacienda, que ten¨ªa en su inventario patrimonial perfectamente registrado el cuadro de Maella. La ¨²nica red que Obras P¨²blicas dispuso, por orden de Ruiz-Gallard¨®n, para el salto mortal, fue la opini¨®n de dos conservadoras del Museo del Prado. Pero la red fall¨® pues creyeron ver la mano del pintor aragon¨¦s Francisco de Goya donde estaba el arte del pintor valenciano Mariano Salvador Maella.
Algunos d¨ªas despu¨¦s, cuando Maella irrumpi¨® sobre el fiasco del goya, los dos pol¨ªticos que lucieron el cuadro, Ruiz-Gallard¨®n y su consejero de Obras P¨²blicas Luis Eduardo Cort¨¦s, insistieron en el error. "Cre¨ªamos que ten¨ªamos una quiniela de quince y tenemos una de catorce", dijo Cort¨¦s. El socialista Jaime Lissavetzky, ex consejero de Cultura, le corrigi¨®: "Aqu¨ª no hay quiniela. El cuadro estaba perfectamente localizado. No fue colgado nunca porque Eduardo Mangada, que fue consejero de Urbanismo con Joaqu¨ªn Leguina, decidi¨® decorar la Puerta del Sol con pintura contempor¨¢nea". El Equipo Cr¨®nica, T¨¢pies, Lucio Mu?oz, Saura y otros contempor¨¢neos decoran las paredes del edificio desde entonces. Maella y otras pinturas del siglo XVIII pasaron al almac¨¦n.
Ruiz-Gallard¨®n tambi¨¦n olvid¨® la historia del supuesto goya cuando el jueves declar¨®: "Me siento desilusionado, pero contento del buen cuadro que ha aparecido". El ¨®leo sobre lienzo Aparici¨®n de san Pedro a la Santis¨ªma Trinidad, de Maella, no se hab¨ªa perdido nunca. Nunca pudo aparecer.
Los t¨¦cnicos de Patrimonio Cultural durante el mandato socialista visitaban la pintura de Maella cada dos a?os. "El inventario lo inici¨® la entonces directora general Araceli Pereda", recuerda Lissavetzky.
Los expertos, regionales apuntaron en las fichas correspondientes a la visita de 1988 que la restauraci¨®n del cuadro era "urgente", pues su situaci¨®n era "p¨¦sima". "El craquelado general, las zonas de pintura levantada o inexistentes y algunas grietas en la tela, aconsejan una r¨¢pida intervenci¨®n", significaron en su diagn¨®stico. Pero nunca hubo dinero para curar las heridas del maella, que sigui¨® almacenado. Tan s¨®lo se cambi¨® de sala cuando, en 1991, los t¨¦cnicos pensaron que la humedad de la estancia perjudicaba al cuadro. Y all¨ª se qued¨® hasta que, sin saber muy bien por qu¨¦, regres¨® a la sala h¨²meda, donde comparti¨® sitio con cajas de bebidas.
Cuando lo encontraron los encargados de Obras P¨²blicas a finales de febrero, arranc¨® la incre¨ªble historia que encaden¨® fatalidades hasta convertirse en frustraci¨®n. "El error comenz¨® en el primer informe", asegur¨® Cort¨¦s. Ese informe, firmado por Jos¨¦ Mar¨ªa Cabrera, restaurador privado que asesora las obras de rehabilitaci¨®n de la Puerta del Sol, desat¨® la euforia en la Consejer¨ªa de Obras Publicas. Dec¨ªa as¨ª: "Tras ver los cuadros esta ma?ana [1 de marzo], ten¨¦is uno de gran formato, 2,70 por 1,40 [metros], que es sin duda una de las composiciones m¨¢s formidables de las religiosas de Goya y absolutamente desconocida, al menos para m¨ª, hasta ahora. Su conservaci¨®n es buena y no presenta peligrosidad en la solidez de la materia, pues fue restaurado bien en 1885, seg¨²n la nota que nos ha dejado el restaurador. Como la nota alude al hospital general creo que debe ser una obra concebida para su capilla, pues representa la redenci¨®n de almas y cuerpos, intercediendo la Virgen a trav¨¦s de la iglesia (san Pedro, san Juan Bautista y san Carlos Borromeo, que da nombre al hospital general). La firma de Goya aparece en la bocamanga del arzobispo de Mil¨¢n, que como santo patrono del monarca (santificado por su atenci¨®n a los apestados en la epidemia de 1576, a los que daba alimentos y sacramentos sin miedo, al contagio) constituye la idea generatriz de una composici¨®n llena de abundantes y ricos matices. Por esto no dudo en se?alarte que este cuadro supone una de las aportaciones m¨¢s destacadas al conocimiento de la obra de Goya de los ¨²ltimos tiempos. Debo insistirte en que el cuadro es important¨ªsimo y desconocido. Me permito recomendarte exquisita prudencia en la conducci¨®n del proceso que aqu¨ª se inicia".
Desde el viernes 1 de febrero, fecha del informe, hasta el jueves 7, Obras P¨²blicas no contrast¨® el entusiasta veredicto. S¨®lo Alberto Ruiz-Gallard¨®n decidi¨®, el jueves por la tarde, llamar al director del Museo del Prado, Jos¨¦ Mar¨ªa Luz¨®n, para que viera el cuadro y opinara. A la vez, prometi¨® a los periodistas que, al d¨ªa siguiente, habr¨ªa una noticia divertida. Y tanto.
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