Dos violadores se enfrentan a 2.900 a?os de c¨¢rcel por atacar a 53 mujeres
El mayor proceso por violaci¨®n de la historia judicial madrile?a ha entrado en la recta final. Tras 30 meses de investigaci¨®n, la fiscal¨ªa ha acusado a los violadores del portal de atacar entre el 24 de diciembre de 1990 y el 9 de octubre de 1993 a un total de 53 mujeres en Madrid. En todos los casos particip¨® Pablo Manuel Garc¨ªa Ribado, mec¨¢nico de 26 a?os, para quien el ministerio p¨²blico solicita 1.684 a?os de c¨¢rcel. A su compa?ero Antonio Barroso Mingo, guarda jurado de 27 a?os, quien actu¨® en 31 casos, el fiscal pide 1.237 a?os de prisi¨®n (lo m¨¢ximo que se puede cumplir en Espa?a son 30 a?os). Ambos acusados, con trabajo estable y novia, han sido considerados por los m¨¦dicos perfectamente conscientes de sus actos.Los ataques, seg¨²n el escrito de calificaci¨®n al que ha tenido acceso este peri¨®dico, fueron cometidos en su mayor¨ªa de madrugada y en los barrios de La Estrella, Buenavista y Ventas. Su frecuencia aument¨® con el paso del tiempo, llegando en enero de 1993 a una media de una violaci¨®n cada tres d¨ªas -incluso dos en la misma madrugada- La forma de atacar no variaba. Los violadores, a cara descubierta y bien vestidos, asaltaban a sus v¨ªctimas en el portal. Les robaban las tarjetas de cr¨¦dito y el dinero, incluso la calderilla. Despu¨¦s, con pistola o navaja, las atacaban sexualmente una, dos y hasta tres veces. Un estallido brutal que se consumaba en garajes, cuartos de calderas, trasteros, escaleras, rellanos, ascensores, s¨®tanos... Las v¨ªctimas eran menores, j¨®venes y maduras. Casi siempre iban solas, aunque una vez los violadores se apoderaron de dos amigas. En m¨¢s de una ocasi¨®n, los agresores golpearon a las mujeres por no acceder a sus deseos. Muchas sufren a¨²n las secuelas de esta espiral de violencia sexual.
PASA A LA P?GINA 3
300 sospechosos fueron investigados antes de la captura de los violadores
VIENE DE LA P?GINA 3
La primera violaci¨®n fue cometida a las cuatro de la madrugada del 24 de diciembre de 1990. Pablo Garc¨ªa Ribado y su compa?ero Antonio Barroso Mingo asaltaron, siempre seg¨²n el fiscal, a una mujer en su portal. Tras taparle la boca para que no chillase, obligaron a la v¨ªctima a que les llevase hasta su coche, con el que se dirigieron hasta un descampado de Chamart¨ªn. All¨ª, ambos la forzaron.
Acto seguido, le robaron las 7.000 pesetas en met¨¢lico que guardaba en el bolso, una cartera de piel marr¨®n y una tarjeta de cr¨¦dito. Exigieron entonces a la mujer que les dijese el n¨²mero secreto. De nada les sirvi¨®, ya que la v¨ªctima hab¨ªa agotado ese d¨ªa el l¨ªmite de cr¨¦dito.
Al advertirlo, los violadores la condujeron de nuevo al descampado, donde Garc¨ªa Ribado la viol¨® otra vez. Al final, la abandonaron en su calle, mientras ellos segu¨ªan con el coche, que dejaron aparcado y con las llaves puestas a unos pocos metros. Este fue el principio de la que presumiblemente haya sido la mayor serie de delitos sexuales cometidos en la ciudad de Madrid.
Durante el tiempo en que se sucedieron las agresiones, la Brigada de Polic¨ªa Judicial de Madrid lleg¨® a investigar a unos 300 sospechosos e incluso a desplegar a numerosos agentes cebo por las zonas donde los violadores atacaban. En ning¨²n momento, sin embargo, se alert¨® a la poblaci¨®n. En descargo propio, la polic¨ªa se?ala que la falta de antecedentes de ambos amigos retras¨® su detenci¨®n.El hilo de la capturaEl hilo que condujo a la resoluci¨®n del caso apareci¨® la madrugada del 11 de octubre de 1993, dos d¨ªas despu¨¦s de que se hubiese cometido la ¨²ltima violaci¨®n. En un control de rutina, la polic¨ªa detuvo a Garc¨ªa Ribado.
Al pedirle el documento de identidad, un detalle salt¨® a la vista de los agentes. La mano del hombre que les entregaba el DNI ten¨ªa, posiblemente debido a su trabajo de mec¨¢nico, las u?as negras de suciedad.
Este detalle hab¨ªa sido referido por varias v¨ªctimas en su descripci¨®n del violador m¨¢s agresivo. La polic¨ªa anot¨® los datos y dej¨® marchar a Garc¨ªa Ribado. Durante el seguimiento al que se le someti¨® en los d¨ªas posteriores, se descubri¨® que visitaba a Barroso. Los dos acusados fueron detenidos el 14 de octubre. En un- principio confesaron su participaci¨®n en los hechos.
Ahora, 30 meses despu¨¦s, la minuciosa acusaci¨®n de la Fiscal¨ªa de Madrid pulveriza las m¨¢s negras previsiones policiales, que en un principio atribuy¨® a los dos amigos s¨®lo 23 violaciones. La investigaci¨®n judicial ha destapado, sin embargo, que tras los pasos de estos dos amigos se ocultaba un horror de mucha mayor envergadura.
As¨ª, por ejemplo, s¨®lo a Garc¨ªa Ribado el fiscal le imputa 34 delitos de robo con violaci¨®n con uso de arma (966 a?os de c¨¢rcel), 28 delitos de violaci¨®n (448 a?os), 2 delitos de robo con vicilaci¨®n con uso de arma y agravante de morada (60 a?os), 2 delitos de violaci¨®n con agravante de morada (40), 3 delitos de robo con violaci¨®n con' uso de arma, en grado de frustraci¨®n (54), otros 3 en grado de tentativa (33 a?os), 6 de agresi¨®n sexual (18), 3 de robos con rehenes con uso de arma (33), otros 3 sin arma (9), 4 robos con violencia y arma (20), 1 delito de lesiones (3) y 1 falta de lesiones (15 d¨ªas de arresto).
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