Catalu?a adulta

Despu¨¦s de tres a?os de crispaci¨®n, esc¨¢ndalos, corrupci¨®n, desprestigio de los l¨ªderes pol¨ªticos y de las instituciones, las elecciones del 3 de marzo han transformado radicalmente el panorama pol¨ªtico espa?ol. Los resultados electorales obligan a un cambio de comportamiento de todos y cada uno de los partidos y de sus l¨ªderes. Los insultos, la intolerancia se transformar¨¢n por la fuerza de los hechos en tolerancia, pactos y compromisos, en una necesaria inteligencia pol¨ªtica como necesidad de supervivencia, para que Espa?a contin¨²e su modernizaci¨®n, perseverando en las conquistas pol¨ªticas y sociales de los ¨²ltimos a?os. El resultado de las elecciones generales ha sido sorprendente y equilibrado y ha demostrado una vez m¨¢s que la distancia entre la opini¨®n popular y el comportamiento de los electores y sus dirigentes es enorme. La Espa?a real y la clase pol¨ªtica est¨¢n muy distanciados. Toda Europa y los centros de poder mundial han admirado y cualificado la madurez del voto catal¨¢n. Catalu?a ha demostrado su sabidur¨ªa pol¨ªtica y su sensibilidad social, mostrando con su voto, extraordinariamente modulado, c¨®mo democr¨¢ticamente se puede hacer variar la totalidad de las actitudes y programas de los distintos partidos pol¨ªticos espa?oles. Catalu?a se ha convertido en el punto de equilibrio de la pol¨ªtica espa?ola, ha adquirido y consolidado su poder pol¨ªtico y ha afirmado a la vez autom¨¢ticamente una responsabilidad pol¨ªtica real en la construcci¨®n definitiva de la Espa?a que quiere ser moderna y europea y en la construcci¨®n del Estado de las autonom¨ªas. El presidente Pujol tiene el aut¨¦ntico poder en Espa?a, pero es un poder que deber¨¢ ejercer imponiendo la moderaci¨®n y la negociaci¨®n al conjunto de las radicalizadas y crispadas fuerzas pol¨ªticas espa?olas.

La asignatura pendiente en la joven democracia espa?ola era la definitiva alternancia pol¨ªtica, la normalizaci¨®n del cambio pol¨ªtico en el interior de un Estado donde las libertades individuales, las conquistas sociales y el di¨¢logo pol¨ªtico se mantuviesen como en cualquier pa¨ªs europeo. La asignatura pendiente era obligar a una derecha radicalizada y espa?olista a normalizarse como en los dem¨¢s pa¨ªses modernos de tal modo que se pueda asimilar al modelo de la derecha civilizada y europea definitivamente.

Varios temas de Estado han quedado propuestos para ser solucionados en la pr¨®xima legislatura. Espa?a debe continuar intentando participar en el primer circulo de la Uni¨®n Europea, jugando un papel importante en la construcci¨®n de la Europa econ¨®mica y pol¨ªtica. La pol¨ªtica econ¨®mica debe continuar la b¨²squeda implacable de los criterios de Maastricht, al mismo tiempo que debe crear empleo mediante la ayuda decidida a las peque?as y medianas empresas. El Estado de las autonom¨ªas debe consolidarse definitivamente con los conciertos econ¨®micos pertinentes con cada una de las personalidades diferenciadas de las autonom¨ªas reales. Para el desarrollo de Catalu?a se impone de una manera rotunda un mayor poder pol¨ªtico y financiero. El presidente de la Generalitat debe y puede conseguir una mayor influencia real en ambos terrenos para que Catalu?a y Barcelona puedan jugar un papel de "modelo" en la construcci¨®n de la Espa?a de las autonom¨ªas. Cuando se tiene el poder se suscitan autom¨¢ticamente las cr¨ªticas, por lo que es obligado asumir definitivamente otro talante. Los l¨ªderes catalanes no pueden seguir quej¨¢ndose por el desamor del resto de Espa?a y deben acostumbrarse a la responsabilidad del poder, a ejercerlo sin esta necesidad de afecto y comprensi¨®n de los dem¨¢s pueblos de Espa?a.

El problema del terrorismo queda como un lastre en la Espa?a actual. Yo creo, realmente, que es el Partido Nacionalista Vasco quien tiene que dar los criterios para avanzar en este terreno y que el Estado espa?ol debe seguir y apoyar las directrices marcadas por dicho partido. En todo caso, la profesionalidad de la polic¨ªa espa?ola debe mejorarse sustancialmente hasta llegar a los niveles organizativos de la francesa o alemana, y, como he dicho en otros escritos, una inteligente lucha antiterrorista no puede estar re?ida con una pol¨ªtica de reinserci¨®n y en definitiva con una negociaci¨®n con las, fuerzas pol¨ªticas que representan a los terroristas. As¨ª se produce en todos aquellos pa¨ªses que desgraciadamente tienen problemas similares.

Estamos ante un mosaico de complejidad, de matices, de cultura pol¨ªtica que se presenta ciertamente dif¨ªcil pero al mis mo tiempo interesante para el ciudadano y la opini¨®n p¨²blica. El Partido Socialista ha perdido las elecciones y est¨¢ obligado a reconvertirse y modernizar su ideolog¨ªa, sus programas, sus modelos y referentes, as¨ª como reducir las aspiraciones prepotentes de sus barones. El Partido Popular debe realizar una total transformaci¨®n para asimilarse definitivamente a la de recha civilizada europea. Pragmatismo, europe¨ªsmo, sentido del mercado, modernizaci¨®n de las instituciones, humildad y cultura del pacto mezclado a la aceptaci¨®n definitiva de la Espa?a plural y diversa deben anclarse definitivamente en su cultura pol¨ªtica. Debe dominar y doblegar los residuos de una de recha franquista, nost¨¢lgica, de comportamiento autoritario que influencian a su partido y desprenderse del llamado orgullo espa?ol, mal intr¨ªnseco a la Espa?a negra y defecto sustancial que impide la aceptaci¨®n del error, la diversidad y, en de finitiva, el aprendizaje. Los j¨®venes dirigentes populares tienen poco tiempo para aprender a gobernar en Espa?a, para atender la complejidad europea y enterarse de c¨®mo funciona la realidad de los grandes retos mundiales a los que Espa?a est¨¢ obligatoriamente sometida. Es un ejercicio de aprendizaje r¨¢pido si quieren conseguir gobernar en alternancia en la situaci¨®n pol¨ªtica actual.

Converg¨¨ncia i Uni¨® tiene tambi¨¦n un papel complejo. Fiel de la balanza, partido de poder, debe conservar sus se?as de identidad, redefinir y aumentar su nacionalismo catalanista, construyendo un Gobierno necesariamente estable para Catalu?a a trav¨¦s de los acuerdos m¨¢s s¨®lidos y consensuados posibles e influir definitivamente en el Gobierno espa?ol para obligar al Partido Popular a su adaptaci¨®n necesaria a la situaci¨®n pol¨ªtica real espa?ola. Dicho poder de influencia debe ejercerse sin ambig¨¹edades, explicando a sus bases que la oportunidad de conseguir mayores cotas de poder pol¨ªtico y financiero no ha estado jam¨¢s tan cerca. La ideolog¨ªa catalanista rom¨¢ntica y folcl¨®rica debe dejar paso al pragmatismo y al sentido de la responsabilidad que llevar¨¢n lentamente pero con seguridad a mayores cotas de catalanismo y autonomismo dentro del marco de la construcci¨®n europea.

Y por ¨²ltimo quiero rendir homenaje a Felipe Gonz¨¢lez, este pol¨ªtico de enorme talento y moderaci¨®n que ha llevado a Espa?a desde la casi-caverna a la casi-modernizaci¨®n. Este hombre reconocido internacionalmente que pasa a la historia como uno de los mejores pol¨ªticos espa?oles y al que deseamos ardientemente que siga jugando un papel significativo en la futura historia de Espa?a.Ricardo Bofill es arquitecto.