Duras cr¨ªticas al Gobierno y miedo en el Reino Unido

Una lluvia de cr¨ªticas desde todos los frentes cay¨® ayer implacable sobre el Gobierno conservador brit¨¢nico acusado de incompetencia y pasividad en el problema planteado por la enfermedad de las vacas locas. La indignaci¨®n de consumidores, cient¨ªficos, pol¨ªticos y ganaderos por la cat¨¢strofe sanitaria y econ¨®mica a la que puede enfrentarse el pa¨ªs, era ayer patente. Ayer, los restaurantes londinenses especializados en carne estaban desiertos, los clientes se pasaron al pollo y al pescado.Las razones de la indignaci¨®n son rentes. Los l¨ªderes e sindicato de ganaderos lamentaban ayer "la histeria" nacional e internacional desatada por la admisi¨®n oficial de que el mal de las vacas locas pueda transmitirse a los humanos. El mercado europeo es esencial para la industria c¨¢rnica brit¨¢nica que vende a sus socios de la UE cerca de la mitad de las 270.000 toneladas de vacuno que exporta al a?o.

Preocupaci¨®n ganadera

Pero nada es comparable con el mercado interior que consume el grueso de una producci¨®n que alcanz¨® el a?o pasado las 857.000 toneladas. De ah¨ª la preocupaci¨®n de los ganaderos por la decisi¨®n de la Asociaci¨®n de Consumidores que ayer emiti¨® un comunicado advirtiendo a los ciudadanos de que la ¨²nica forma clara de defenderse de la encefalopat¨ªa bovina es no comer carne de vaca. "Hasta que no estemos seguros de que la enfermedad ha sido eliminada completamente en todos los niveles de la cadena alimentaria, nadie puede garantizarnos que comer carne de vaca es seguro", declar¨® ayer su presidenta, Sheila McKechnie. Algunas cadenas de supermercados anunciaron su intenci¨®n de sustituir la carne de vacuno nacional por la de otros pa¨ªses.En espera de que el comit¨¦ de 13 cient¨ªficos que asesora al Gobierno emita hoy un dictamen sobre los riesgos de seguir manteniendo los filetes de vaca en las dietas infantiles, decenas de autoridades educativas locales en todo el pa¨ªs han optado por suprimirlos de los men¨²s escolares motu propio. Ayer se consideraba posible que el comit¨¦ se replanteara una de las propuestas barajadas hasta ahora, la de eliminar a los once millones de reses del pa¨ªs. Una medida contemplada con p¨¢nico por los ganaderos y por el Gobierno, que se ver¨ªa obligado a compensarles por p¨¦rdidas equivalentes a 20.000 millones de libras (cuatro billones de pesetas).

Algunos han declarado sin ambages que parte de la responsabilidad por la falta de una reacci¨®n r¨¢pida del Gobierno reside en la obstinaci¨®n de haber confiado en un peque?o grupo de cient¨ªficos. "Las alarmas sonaron en 1988 en el British Medical Journal y en la revista Lancet. Pese a ello, las primeras medidas para salvaguardar la salud p¨²blica no se tomaron hasta noviembre de 1989", declaraba ayer Will Patterson, miembro del equipo m¨¦dico consultivo de Sanidad de North Yorkshire.