Timoner

Que Guillermo Timoner est¨¦ vivo es una formidable noticia para todos los que ¨¦ramos ni?os cuando ¨¦l era campe¨®n del mundo. Pero la supernoticia ha sido que se proponga correr 100 kil¨®metros en 90 minutos en un vel¨®dromo mallorqu¨ªn. Cuando Timoner corr¨ªa a toda mecha con 25 a?os era un ¨ªdolo nacional. Que proyecte correr a esa velocidad con 70 a?os lo transforma en un ¨ªdolo de la especie. Todos los que no queremos morir de viejos ni morir de ning¨²n modo vemos en Timoner al timonel natural de nuestra causa. En ¨¦l se unen tres insignias del deseo infantil: es un deportista, corre y monta adem¨¢s en bicicleta. O sea: es un h¨¦roe, viaja por la fantas¨ªa de la velocidad y goza la felicidad de la bicicleta.Las autoridades de la Federaci¨®n Espa?ola de Ciclismo han considerado una temeridad que un se?or de 70 a?os se enfrente al desaf¨ªo de una alta competici¨®n, y le han negado la licencia. Puede ser, en efecto, una locura que un se?or mayor se comprometa con ese esfuerzo, pero Timoner est¨¢ refiri¨¦ndose a otra cosa. Puede ser un desvar¨ªo creerse siempre joven, pero nadie en su sano juicio puede creerse mayor. La vejez es un atributo ajeno. Una imputaci¨®n de la federaci¨®n o de los otros. Lo ¨²nico que de relevante se detecta con los a?os es la incomprensible imagen que se empe?an en darnos los espejos y un torpor f¨ªsico que tampoco explica su por qu¨¦. En s¨ªntesis, de no ser por los reflejos (en el cristal, en el organismo), la inmortalidad estar¨ªa a salvo. Lo. que nos mata ser¨¢ acaso una iridiscencia que gotea del tiempo, pero nada propio de la edad. "Mi intenci¨®n", ha declarado Timoner, "es demostrar que se equivocan los que ponen l¨ªmites a la vida". Hay motores veloces que rompen la barrera del sonido. La suprema carrera de los hombres, sin embargo, es romper la barrera del tiempo.