Padrinos
Para que una nueva mayor¨ªa pueda gobernar es condici¨®n necesaria y suficiente que se apruebe la investidura de Aznar. Aqu¨ª resultan v¨¢lidas las met¨¢foras del despegue, la botadura o el bautizo de la legislatura. Pero sin padrinos no hay bautizo, pudiendo abortarse el despegue antes de nacer. Y todav¨ªa es posible que la botadura de Aznar naufrague, pues el azar electoral arroj¨® unos resultados que hacen dif¨ªcil hallar padrinos que se presten a bautizarlo. S¨®lo dos son los llamados, Pujol y Gonz¨¢lez, al no contar los dem¨¢s con peso para imponer o vetar la investidura. Pero la decisi¨®n de cada uno de ellos no es aut¨®noma, sino que depende de cuanto decida el otro, condicion¨¢ndose mutuamente como en el llamado juego del gallina. Por eso el destino de la legislatura se juega no tanto en las negociaciones de Aznar como en el pulso que mantienen Gonz¨¢lez y Pujol, dudando entre enfrentarse o cooperar y pugnando (como James Dean en Rebelde sin causa) por ver qui¨¦n es el gallina que retira su veto a la investidura de Aznar.El problema reside en que ninguno de ambos padrinos quiere hacer el primo pagando a solas el precio del bautizo, sino que ambos prefieren forzar al otro a cooperar. En efecto, s¨®lo hay tres soluciones posibles al dilema. La primera es la m¨¢s favorable para Gonz¨¢lez: Pujol paga el pato y acepta votar afirmativamente la investidura. La segunda es la m¨¢s favorable para Pujol, quien se niega a hacer el primo y se abstiene, pero logrando que Gonz¨¢lez se abstenga tambi¨¦n, con lo que ambos cooperan para investir a Aznar. Y la tercera es desfavorable para ambos: Pujol se abstiene y Gonz¨¢lez vota en contra, por lo que fracasa la investidura y se convocan elecciones. Esta ¨²ltima es la peor soluci¨®n para los dos, pues ni Gonz¨¢lez ni Pujol podr¨ªan mejorar el excelente resultado obtenido el 3-M, que al primero le concede salida digna y al segundo la m¨¢s poderosa llave arbitral.?Por qu¨¦ se resiste Pujol a votar la investidura? La clave reside en que ese poder arbitral de que Pujol disfruta ahora, antes de votar la investidura, se devaluar¨ªa mucho despu¨¦s de haberla votado contra la oposici¨®n socialista, quedando prisionero el padrino Pujol en poder del investido Aznar. Es cierto que Pujol seguir¨ªa condicionando los Presupuestos, pero al precio de no poder culpar a Madrid de los males catalanes, con el coste consiguiente en las elecciones a President de la Generalitat, que ganar¨ªa un PSC opositor con su candidato Maragall. Por eso, para no quedar prisionero de Aznar, Pujol necesita triangular su relaci¨®n con ¨¦l, introduciendo la cooperaci¨®n con Gonz¨¢lez para evitar que ¨¦ste pueda quedarse con el monopolio de la oposici¨®n tanto al Gobierno como a la Generalitat. Esa situaci¨®n tan da?ina para Pujol ya se dio antes, cuando Aznar ejerc¨ªa la oposici¨®n en Barcelona y en Madrid: pero Aznar nunca podr¨ªa situar a uno de sus hombres en la Generalitat, y Gonz¨¢lez s¨ª puede colocar a Maragall.
Y ?por qu¨¦ se resiste Gonz¨¢lez a cooperar con Pujol? Una explicaci¨®n ser¨ªa su deseo de monopolizar toda la oposici¨®n tanto en Barcelona como en Madrid, a fin de acabar con Anguita y poner a Maragall de President. Y otra explicaci¨®n posible ser¨ªa su prisa por volver al poder adelantando las elecciones, pero ¨¦sta pudiera ser una raz¨®n falaz. Si por votar contra Aznar ¨¦ste dejara de ser investido y se convocasen nuevas elecciones, entonces se producir¨ªa un retorno del escenario anterior al 3-M y Gonz¨¢lez regresar¨ªa a su propio laberinto, perdiendo la salida digna que entonces crey¨® hallar. Es posible que Gonz¨¢lez recupere alg¨²n d¨ªa el poder, pero para eso deber¨¢ esperar a que pase al menos una legislatura, pues Gonz¨¢lez precisa tiempo: tiempo para que el Supremo concluya los procesos pendientes y tiempo para que la opini¨®n p¨²blica pueda olvidar, m¨¢s que perdonar. Por eso Gonz¨¢lez deber¨ªa cooperar de alguna forma con Pujol, asegur¨¢ndose de atravesar definitivamente el umbral de esa salida digna que se le abri¨® el 3-M pero que se le puede volver a cerrar si no es investido Aznar.
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