Ley electoral y 'tercer partido'
Dif¨ªcilmente considerar¨ªamos hoy d¨ªa democr¨¢tica una situaci¨®n como la de Atenas, donde hab¨ªa muchos m¨¢s esclavos sin voto que votantes, situaci¨®n que se repiti¨® en la democracia estadounidense. Tambi¨¦n rechazamos el voto restringido a los propietarios o a los varones. El principio b¨¢sico de la democracia, afirmamos, es: "Una persona, un voto".Pero todav¨ªa estamos muy lejos de cumplir esa norma fundamental. Excus¨¢ndose en diferencias geogr¨¢ficas u otras, nuestra democracia es un "espejo de igualdad"... parecido a los espejos deformantes del Tibidabo. He aqu¨ª los hechos: los 219.000 votos del Bloque Nacionalista Galego (BNG) valen la mitad (dos diputados) que los 220.000 de Coalici¨®n Canaria (CC, cuatro diputados); peor a¨²n, los 134.000 del Partido Andalucista (PA) no valen nada, y s¨ª los 91.000 de Uni¨® Valenciana (UV).
El Partido Nacionalista Vasco (PNV), con 315.000, obtiene cinco diputados, tres veces menos que los 15 diputados que, por 300.000 m¨¢s que el PSOE, recibe el Partido Popular, que tambi¨¦n, con menos de cuatro m¨¢s veces que Izquierda Unida, tiene casi siete veces m¨¢s representantes. Y en 1993, CC tuvo cuatro diputados con la mitad de votos que el CDS, al que no se le reconoci¨® ninguno, etc¨¦tera.
O cambiamos esta inicua ley electoral vigente o renunciamos al ideal democr¨¢tico del que tan hip¨®critamente presumimos. De lo contrario, ante las falsas, caricaturescas "representaciones" que da ese "espejo deformante", ir¨¢ creciendo con raz¨®n el que es ya nuestro tercer partido, la abstenci¨®n, y el sexto, el voto en blanco.-
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