El Bar?a juega bien, pero el Tenerife le aleja a ocho puntos del Atl¨¦tico
La nueva Liga dur¨® s¨®lo un d¨ªa en el Camp Nou. El Atl¨¦tico toma de nuevo carrerilla (vuelven los ocho puntos de ventaja) y el ¨²nico cazado ha sido el Barca (el Valencia le ha atrapado en la tabla). Un mal asunto. Los n¨²meros fueron esta vez mezquinos ante la hermosura del grupo de Cruyff. El marcador, el mismo que ha bendecido tardes de insomnio, estuvo despreciativo con el juego. Nunca un partido tan bien jugado fue tan mal resuelto. Resultados como el de ayer debilitan a los protagonistas y refuerzan a lo s antagonistas. El empate son¨® como un chasquido en el estadio y dej¨® una marcada cicatriz en el rostro del equipo.Vali¨®, sin embargo, la pena vivir esa noche. Volvi¨® aquel equipo de siempre, el toque celestial de Guardiola, el movimiento de los interiores por los dos callejones (Celades y Roger), las llegadas de los centrocampistas con tranco muy largo (Amor), el desborde por banda (Figo) y, como no, el juego dubitativo en el balc¨®n del ¨¢rea, el despeje tartamudeante de Busquets, la p¨¦rdida del cuero en los laterales y la ambici¨®n desmesurada del rival. Tuvo el encuentro mucho cuerpo.
Fue un ir y venir muy intenso. Un juego abierto y alegre que calent¨® a la hinchada. El Tenerife se meti¨® muy pronto en la contienda y jam¨¢s se sali¨® de la refriega futbol¨ªstica. El cuerpo de Pizzi y la chispa de Pinilla doblaron el espinazo de la zaga azulgrana. Busquets salv¨® un primer remate en el arre¨®n inicial. Pero acto seguido ya nada pudo hacer ante el cabezazo del ariete del grupo isle?o. Mandaba la presi¨®n forastera.
Estuvo el Bar?a demasiado tiempo mir¨¢ndose. Regal¨® el trozo inicial del partido y tuvo que ir contra corriente. Con el portero al frente, el m¨¦rito del Tenerife fue mantenerse en pie. El juego entre l¨ªneas de Pinilla y la astucia de Pizzi dejaron a la defensa azulgrana sin pantalones.
Pero el gol, justo es decirlo, tambi¨¦n se le neg¨® al Barca la noche que m¨¢s lo mereci¨® y necesit¨®. El Tenerife, el equipo que m¨¢s vida le ha dado, impidi¨® crecer a la euforia azulgrana.
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