Osamu Igami, consejero de la Embajada de Jap¨®n en Espa?a

Osamu Igami falleci¨® el pasado martes, justo la v¨ªspera de cumplir 48 a?os, en el pa¨ªs que hab¨ªa elegido no s¨®lo como destino preferido de su carrera diplom¨¢tica, sino tambi¨¦n de su coraz¨®n. Igami, que hablaba un castellano correct¨ªsimo, hab¨ªa estudiado lengua y literatura espa?olas en la Universidad de Deusto poco despu¨¦s de haberse graduado en Lengua Italiana en la Universidad de Tokio y haber ingresado en el Ministerio japon¨¦s de Asuntos Exteriores, en 1972.Con esa preparaci¨®n, su primer destino en el extranjero no pod¨ªa ser otro que el de tercer secretario de la embajada de su pa¨ªs en Espa?a, a la que se incorpor¨® en mayo de 1975. Tras casi un a?o, durante el que no s¨®lo fue testigo de la muerte de Franco y los primeros pasos democr¨¢ticos de nuestro pa¨ªs, sino que tuvo tiempo para casarse, regres¨® a Tokio para incorporarse a la Divisi¨®n de Am¨¦rica Latina de su Ministerio. Los siguientes destinos le llevaron a Brasil, Italia, Panam¨¢, Argentina y, finalmente, en abril de 1995, de nuevo a su querida Espa?a, como consejero.

Los temas relacionados con nuestra pertenencia a la Uni¨®n Europea, las conferencias sobre relaciones hispano-japonesas y, en los ¨²ltimos meses, el traslado de la Embajada nipona a su nueva sede de la calle Serrano, le mantuvieron ocupado estos meses. A pesar de su trabajo, a¨²n sacaba algo de tiempo para sus actividades favoritas: la lectura de los cl¨¢sicos espa?oles, la m¨²sica de Julio Iglesias y los vinos de Rioja.

Ahora, una hemorragia cerebral nos ha privado de su conversaci¨®n aguda e informada y le ha impedido a ¨¦l disfrutar de la nueva embajada. Sayonara.-