La ciencia empieza a preocuparse de la exageraci¨®n
En un pa¨ªs, como EE UU, con 40 millones de personas que padecen insomnio, la melatonina tiene el ¨¦xito garantizado. Si. adem¨¢s la hormona promete la eterna juventud, miel sobre hojuelas. La melatonina se consume en cantidades. millonarias, pero han comenzado a alzarse voces autorizadas que tratan de distinguir la realidad de las exageraciones. La euforia del pasado a?o, cuando el libro del doctor Pierpaoli, que abri¨® paso a otra media docena con t¨ªtulos semejantes, se vend¨ªa casi tan de prisa como los botes de pastillas, se ha calmado un tanto.En febrero, el profesor Fred Turek, un neurobi¨®logo de la Northwestern University en Evanston, Illinois, public¨® un art¨ªculo en la revista Nature en el que denunci¨® las propiedades de "ung¨¹ento amarillo" atribuidas a la melatonina. Sus credenciales son apropiadas, porque lleva 20 a?os estudiando la hormona, descubierta en 1958 por el doctor Aaron Lerner en Yale University. Turek confirma sus propiedades como elemento regulador de ciertas funciones del organismo y como importante ayuda para conciliar el sue?o.
Los l¨ªmites de la verdad
Lo que ya le deja m¨¢s intranquilo es la fiebre, desatada por ciertos libros y multiplicada por los medios, seg¨²n la cual la melatonina servir¨ªa para todo. Hay investigadores, escribe el neurobi¨®logo, que "han sobrepasado alegremente los l¨ªmites de la veracidad publicitaria exagerando la relevancia de unos cuantos estudios escogidos, hasta el punto de que la opini¨®n p¨²blica recibe opiniones desequilibradas y potencialmente peligrosas". Para que no queden dudas, Fred Turek cree que El milagro de la melatonina es un libro que "claramente transpasa la frontera de la objetividad cient¨ªfica".
El profesor Turek basa su afirmaci¨®n en un principio de prudencia: los resultados de experimentos en animales no siempre pueden trasladarse a los humanos. El caso de los ratones de Pierpaoli y Regelson, en el que los ejemplares de mayor edad "rejuvenecieron" despu¨¦s de recibir de otros m¨¢s j¨®venes la gl¨¢ndula pineal, tiene un punto d¨¦bil, dice Turek: en los ratones no se detect¨® melatonina.
A¨²n reconociendo sus posibles cualidades como antioxidante, otros cient¨ªficos han expresado preocupaci¨®n por los efectos a largo plazo de la melatonina. Si el organismo va dejando progresivamente de producir la hormona, quiz¨¢ sea por alguna raz¨®n, argumentan. Defensores a ultranza del producto, como el doctor Ray Sahelian, asegura que el 80% de los que toman melatonina duerme de maravilla y se levanta con dosis renovadas de energ¨ªa.
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