Jes¨²s Ferrero presenta un libro por hipnosis
Aparece 'Hipnos', de Javier Azpeitia, y se reedita 'La asesina ilustrada', de Vila-Matas
El novelista Jes¨²s Ferrero utiliz¨® ayer una especie de pulsera de cuentas a modo de p¨¦ndulo para intentar hipnotizar, mientras hablaba sin dejar de mover el objeto, a los asistentes a la presentaci¨®n de Hipnos, novela sobre psiquiatras, sue?os e hipnotismo de Javier Azpeitia. El experimento, celebrado a mediod¨ªa en una taberna de Madrid, provoc¨® que los asistentes se lanzaran ¨¢vidamente a pedir verm¨²s y otros aperitivos. Hipnos es la tercera novela de Azpeitia (Madrid, 1962), y fue presentada junto a dos nuevos t¨ªtulos de la editorial Lengua de Trapo, Dubl¨ªn al sur y otros relatos, de Isidoro Blaisten (Concordia -Argentina-, 1933), y la reedici¨®n de La asesina ilustrada, de Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948)."Cerrad los ojos y disponeos a vagar al comp¨¢s de mi voz", comenz¨® diciendo Ferrero. "Imaginad el mar gris m¨¢s all¨¢ de la Castellana, sus acantilados...". Y, como Hipnos cuenta la historia de una joven doctora en una cl¨ªnica psiqui¨¢trica, Ferrero quiso que los asistentes cambiaran de ambiente: "Es t¨¢is en un hospital de alienados, y estos muchachos que os sirven son loqueros, lo han sido siempre". El autor de Belver Yin a?adi¨® que la lectura de la novela de Azpeitia "supone entrar en una experiencia desconcertante", y destac¨® de la obra la inteligencia "conjugada con iluminaciones bruscas".
Blas Matamoro, que present¨® el libro de Isidoro Blaisten, se dio por hipnotizado, y dijo que pod¨ªa sentir el mar m¨¢s all¨¢ de la Castellana por la fuerte corriente que hab¨ªa en ese momento en el local. Se?al¨® que los cuentos de Blaisten presentan unos personajes cercanos al disfraz y al mundo de la picaresca en una sociedad de emigrantes como es la argentina. Destac¨® de los relatos el humor no siempre amable, a veces francamente negro", y su visi¨®n de una sociedad descompuesta.
Enrique Vila-Matas tambi¨¦n sufri¨® los efectos hipn¨®ticos. "Vengo a presentar el libro de otro, ?porque yo soy otro!", proclam¨® ante el desconcierto de los camareros-loqueros. "Vengo a hablar de este tipo, un tal Vila-Matas, con 23 a?os", continu¨®, y relat¨® que entonces viv¨ªa en Par¨ªs y ley¨® que a Unamuno, cuando tambi¨¦n viv¨ªa en esa ciudad, se le ocurri¨® la idea de una novela que provocara la muerte de quien la leyera. Vila-Matas quiso escribir ese libro y se lo coment¨® a su casera, Marguerite Duras -"me cobraba por la buhardilla s¨®lo mil pesetas al mes, y adem¨¢s nunca le pagu¨¦"- Duras le argument¨® que era un intento irrealizable, y Vila-Matas comprendi¨® que s¨®lo lograr¨ªa el pretendido efecto criminal en el espacio estricto de la escritura.
Jos¨¦ Huerta, editor de Lengua de Trapo, anunci¨® la pr¨®xima publicaci¨®n de un autor novel que le envi¨® su manuscrito (Marqu¨¦s de Monteagudo, 29; Madrid): El prado de los monstruos, de Fernando Royuela.
Babelia
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