Smashing Pumpkins desembarcan en Europa con un espect¨¢culo brutal
"La fama no es lo que imaginas de peque?o", dice el cantante Billy Corgan
Contundente, atronador y brutal. Cualquiera de estos adjetivos sirve para definir el nuevo espect¨¢culo del grupo norteamericano Smashing Pumpkins, que el viernes inici¨® oficialmente su gira europea en Rotterdam (Holanda). El desbordamiento emocional que mostraron los de Chicago durante m¨¢s de dos horas de intensa actuaci¨®n, sumado al impresionante sonido de su equipo, presenta pocos parangones en el rock actual. Este tour de presentaci¨®n de su ¨²ltimo disco, Mellon collie and the infinite sadness, pasar¨¢ por Espa?a los d¨ªas 30 de abril (Barcelona) y 4 de mayo (Festimad, en Madrid).
Las m¨¢s de 10.000 personas que abarrotaban el pabell¨®n Ahoy Arena se rindieron ante la sensacional mezcla de tormenta el¨¦ctrica e intimidad ac¨²stica que ofreci¨® la banda de Billy Corgan. La fiebre por Smashing Pumpkins que recorre Europa hizo que las entradas para este concierto se agotaran en menos de seis horas, lo que oblig¨® a la banda a programar otra actuaci¨®n el pasado mi¨¦rcoles. Entre el p¨²blico numerosos j¨®venes vest¨ªan camisetas negras de manga larga con el lema Zero en letras plateadas, iguales a la que llevaba Corgan en el momento de aparecer sobre el escenario cerca de las nueve de la noche.Tras unos ensordecedores minutos de introducci¨®n en los que son¨® una porci¨®n de una ¨®pera y el tema instrumental que da t¨ªtulo a su reciente doble ¨¢lbum, el cantante y l¨ªder indiscutido de los Pumpkins mostr¨® al respetable su nuevo look Expediente X, propio de un ser llegado de otra galaxia: cabeza rapada, pantalones plateados y una enorme envergadura con algo de sobrehumano. Y entonces comenz¨® un terremoto sonoro de grado 10 en la escala Richter. Uno a uno fueron brotando temas tan perturbadores como Bullet with butterfly wings y Bodies, ¨¦xitos como Today y 1979, e inquietantes baladas como To forgive, apoyadas por preciosas im¨¢genes psicod¨¦licas proyectadas sobre un enorme tel¨®n situado detr¨¢s del grupo.
El sonido tambi¨¦n fue impecable. Por una vez, y sin apenas precedentes en este tipo de recintos, el alt¨ªsimo volumen, que hac¨ªa que la ropa del p¨²blico vibrara cual membrana de altavoz, no fue sin¨®nimo de distorsi¨®n o acoplamiento.
Desde los primeros versos de Tonight, Corgan hizo exhibici¨®n del incomprensible buen estado de su garganta, sometida a 120 minutos de desgarrados aullidos. Como contagiados de su energ¨ªa, el guitarrista James Iha y la bajista D'Arcy cumplieron con contundencia mientras que Jimmy Chamberlin, verdadero monstruo de esta banda en cuanto a energ¨ªa y precisi¨®n instrumental, daba un curso completo de bater¨ªa en apenas 15 canciones.
Problemas superados
"?l es la potencia del grupo. Su motor. Cuando nos veas tocar, lo comprobar¨¢s", aseguraba el propio Billy Corgan en la ma?ana del viernes. Tanto ¨¦l como Chamberlin insistieron en que la banda ha superado definitivamente los problemas internos que la llevaron al borde de la desaparici¨®n. La egolatr¨ªa e inestabilidad del cantante y guitarrista y la adicci¨®n al alcohol y las drogas del bater¨ªa, a las que se a?adi¨® la ruptura sentimental entre lha y D'Arcy, parecen hoy olvidadas: "Las relaciones entre nosotros viven un momento excelente", afirm¨® Corgan.
Ciertamente, el presente de este grupo que naci¨® con la actual d¨¦cada no puede ser mejor. Tras dos ¨¢lbumes de ¨¦xito ascendente -Gish (1991) y Siamese dream (1993)-, Smashing Pumpkins han confirmado su aceptaci¨®n popular, facturando cerca de siete millones de copias de Mellon collie... en todo el mundo. "Es cierto que yo so?aba con la fama de peque?o", explic¨® Corgan, "pero nada es como te lo imaginas cuando no has hecho el amor, ni has tomado drogas, ni has hecho cosas importantes. Entonces no piensas en las interminables giras, ni en la p¨¦rdida de privacidad. Como todo, el ¨¦xito tiene un lado bueno, pero tambi¨¦n uno muy, muy malo.
Corgan se declar¨® heredero de la misma tradici¨®n musical de artistas sinceros que U2 o REM, y declar¨® no haber tenido nunca miedo de desnudar sus sentimientos ante el mundo sin pudor. "Es una experiencia liberadora", asegur¨®. Respecto a las acusaciones de p¨¦rdida de integridad que sufre todo artista alternativo que llega al gran p¨²blico, declar¨® que eran fruto de "la envidia de ciertos grupos y la irresponsabilidad de los medios".
El cantante no hizo comentarios acerca de la pol¨¦mica que le enfrent¨® a sus compatriotas Pavement, que criticaban a Smashing Pumpkins en su canci¨®n Range life. "No me gusta hablar de otros m¨²sicos", sentenci¨®. Para el futuro, Corgan prometi¨® un cambio radical de rumbo para su banda. "?Que cu¨¢l va a ser la continuaci¨®n de Mellon collie ... ? Ninguna. Este disco no puede tener secuelas. Lo siguiente no tendr¨¢ absolutamente nada que ver con ¨¦l".
Despu¨¦s de ver su concierto, no parece aventurado predecir que cada vez m¨¢s personas ser¨¢n afectadas emocionalmente por la banda. En el rock de 1996 pocos grupos tocan tanto, tan alto y tan fuerte como Smashing Pumpkins. Para bien o para mal, olvidar su estruendoso torbellino debe ser, cuando menos, dif¨ªcil.
Babelia
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