Ballesteros: "Si paso el corte ser¨¢ un buen resultado"
Realista y con la moral baja, el espa?ol prepara su 20? Masters
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)
Hay que ser realistas: no estoy bien". Ni siquiera el espectacular acceso a la casa club del Augusta National Golf Club, un rito m¨¢s dentro del ritual del Masters, le vale a Severiano Ballesteros como ceremonia de autoenga?o un martes gris y h¨²medo, dos d¨ªas antes de que comience el torneo. Sabe ad¨®nde llega y c¨®mo llega. Por algo es el vig¨¦simo ano consecutivo que lo hace el espa?ol que gan¨® el Masters en 1980 y 1983. "Si paso el corte, ser¨¢ un buen resultado", dice. Y despu¨¦s se deja felicitar. Ayer cumpli¨® 39 a?os.Puede que la edad le haya descompuesto la carrocer¨ªa, como dice ¨¦l de todos aquellos que como ¨¦l se acercan a los 40 contabilizan do achaques en la espalda, pero tambi¨¦n le ha dado razones para mirar a la vida cara a cara. Y no hacerse falsas ilusiones.
"He estado seis meses sin jugar, y despu¨¦s, cuando he querido jugar, no he podido. Algunas veces he estado mal de la espalda; otras mal de juego. F¨ªsicamente no estoy como yo quisiera- no estoy bien, mi moral est¨¢ baja. He hecho ocho vueltas en ocho meses. He perdido el instinto de competici¨®n. Sin jugar y con la espalda mal...".
Cuando en septiembre de 1995 Ballesteros -el ¨²nico espa?ol en Augusta- decidi¨® tomarse unos meses de. descanso, sab¨ªa lo que pasar¨ªa despu¨¦s. Pero tal era su agotamiento ps¨ªquico que no dud¨® en dar el paso. "Todo lo que me pasa ahora", dice tras explicar que acaba de salir de una conjuntivitis, que est¨¢ empezando a inflam¨¢rsele la garganta y que de vez en cuando le dan unos espasmos paralizantes en la zona lumbar, "todo lo que me pasa ahora es una cosa normal". "Me va a costar mucho recuperar la forma. Hasta julio [Open Brit¨¢nico], agosto o septiembre no creo que est¨¦ bien".
En el mes y medio de 1996 que lleva compitiendo desde su regreso -cuatro torneos: en dos no pas¨® el corte y en otro se tuvo que retirar-, Ballesteros ha tenido que soportar consejos m¨¦dicos de varios jugadores, lo que ha agudizado su sentido del sarcasmo: "Todo el mundo tiene el mejor m¨¦dico. Todos me recomiendan uno. Todos saben mejor que yo lo que yo tengo". Tambi¨¦n, m¨¢s dolorosamente, soporta las iron¨ªas de reci¨¦n llegados. "Alguien dice una cosa y todo el mundo se lo cree. ?Qui¨¦n es Robert G¨¢mez para decir que yo juego mal? Eso es como si se diera cr¨¦dito a cualquiera que pasa por la calle. Hacer caso de lo que dice G¨¢mez, vamos... Un ni?o mimado, uno que sabe espa?ol pero que con Txema y conmigo siempre hablaba en ingl¨¦s". Robert G¨¢mez, un jugador americano del mont¨®n, declar¨® que le daba pena ver jugar a Ballesteros y que no le miraba porque le distra¨ªa.
"Por lo menos puedo venir a jugar. Estoy encantado de tener la suerte de poder estar, porque otros., ni eso". Cuando hac¨ªa estos comentarios refiri¨¦ndose a Txema Olaz¨¢bal, Ballesteros a¨²n no hab¨ªa recibido un sentido fax del ausente vasco. "Juega natural y olvidate de tus males", le ped¨ªa el enfermo Olaz¨¢bal. Tampoco ¨¦ste hab¨ªa recibido una tarjeta de ¨¢nimo enviada por todos los jugadores extranjeros del Masters. "Echo mucho de menos a Txema", dice Ballesteros. "Y no s¨®lo porque ahora no, tengo un amigo con quien entrenarme. Anoche mismo en la cena lo comentaba tambi¨¦n Gary Player [legendario jugador surafricano]. As¨ª que le mandamos una postal de ¨¢nimo".
"O me retiro o sigo adelante. Y no quiero retirarme". Ballesteros se aleja hacia la casa club seguido por su esposa, Carmen Bot¨ªn. Consciente de que si pudiera rendir al nivel en que lo hac¨ªa en los a?os ochenta nada se le resistir¨ªa. Y tampoco es para tanto. M¨¢s se perdi¨® en Cuba.
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