Cultura y periodismo
Hay un momento en la vida en que nos empiezan a faltar los referentes: aquellas personas -a veces instituciones- que jugaron un papel central en lo que quisimos ser y que nos mostraron, con desigual fortuna, modo! de comportamiento ante las circunstancias. Hace a¨²n escasas semanas cay¨®, vilmente asesinado, Francisco Tom¨¢s y Valiente, quien siendo magistrado y presidente del Tribunal Constitucional particip¨® en los cursos de periodismo que organiza la Escuela de Periodismo Universidad Aut¨®noma de Madrid / EL PA?S; ayer muri¨® otro de sus ense?antes: el profesor Aranguren. Ambos, referencias centrales de los alumnos y profesores que los frecuentaron.Aranguren explic¨® en la Escuela de Periodismo, durante varios a?os, las relaciones entre la ¨¦tica y el periodismo, conceptos que, aunque muchas de las apariencias lo desmientan, est¨¢n ¨ªntimamente unidos. Aranguren, eternamente joven, desgrosaba en aquellas tardes las diferencias entre ¨¦tica, moral y deontolog¨ªa (la ¨¦tica es ¨²nica; la deontolog¨ªa de los periodistas no es la misma de los gobernantes o de los m¨¦dicos).
Pocas horas antes de la muerte de Aranguren hab¨ªa emergido una de esas sucias pol¨¦micas period¨ªsticas que tiene, precisamente, la ¨¦tica -m¨¢s bien la falta de ¨¦tica- como frontispicio. Y curiosamente (no de forma sorprendente, pues ya hay poco de sorpresa en la acci¨®n de esos profesionales) algunos de sus protagonistas son los mismos bizarros que el pasado verano intentaron linchar intelectualmente a Jos¨¦ Luis Aranguren por la complejidad de sus palabras sobre la cuesti¨®n del GAL. Otra vez las dos varas de medir, el ventajismo, el matonismo, lo opuesto a lo que representaba nuestro profesor.
Conexi¨®n inmediata
Aranguren llegaba a la escuela, se produc¨ªa inmediatamente esa conexi¨®n. con los alumnos que s¨®lo saben lograr los buenos profesores, a partir de ese momento era dif¨ªcil saber -para quien no viese en directo las clases- qui¨¦n era mas joven que qui¨¦n. Con un a?adido: el fil¨®sofo no era uno de esos falsos j¨®venes que tanto abundan y que, en ocasiones, resultan pat¨¦ticos. La asignatura que daba Aranguren era la de Cultura. Las clases de Aranguren son de las pocas que permanecen grabadas en los archivos de la Escuela de Periodismo.En los ¨²ltimos tiempos, Aranguren ya no ven¨ªa por los locales de la Escuela de Periodismo. Sus charlas dial¨¦cticas entre la ¨¦tica y el periodismo, sobre la cultura y el periodismo, hab¨ªan sido sustituidas por las de varios de sus disc¨ªpulos, por ejemplo, Fernando Savater. Pero todos los que le escucharon, como a Tom¨¢s y Valiente, le han de agradecer su compromiso de intelectual con la realidad y la libertad. En este caso, con su pr¨¢ctica continua de la libertad de expresi¨®n. ?l fue el primero que defini¨® a EL PA?S como intelectual colectivo.
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