Las ca?oneras israel¨ªes impiden el traslado de los heridos del refugio a Beirut
Mientras que llega el esperado alto el fuego, por el que trabajan ya en diplomacia secreta los Gobiernos de L¨ªbano, Siria e Israel y la misma guerrilla Hezbol¨¢, el Ej¨¦rcito israel¨ª mantiene la presi¨®n militar. Sus ca?oneras cerraron ayer la carretera de la costa que une Beirut con las ciudades y pueblos del sur, impidiendo el traslado a la capital de muchos de los heridos de la matanza del refugio de Qana, en donde el jueves murieron cerca de un centenar de personas.
La desierta ciudad de Tiro volvi¨® a temblar ayer bajo el estruendo de la artiller¨ªa mientras. las ca?oneras israel¨ªes, que disparaban espor¨¢dicas r¨¢fagas, consiguieron clausurar la carretera costera paralizando totalmente las comunicaciones entre Beirut, Sid¨®n y Tiro. "Ahora s¨ª que estamos a merced de los jud¨ªos", dijo un transportista liban¨¦s forzado a permanecer en Sid¨®n.El bloqueo tambi¨¦n perjudic¨® el traslado a Beirut de muchos de los supervivientes de la matanza de refugiados en el cuartel de las Naciones Unidas de Qana hace dos d¨ªas. "Muchos de los heridos necesitan atenci¨®n m¨¦dica en Beirut o Sid¨®n", dijo un m¨¦dico del hospital Al Najar, en Tiro. S¨®lo unas cuantas ambulancias que transportaban los cad¨¢veres de algunos de los refugiados que perecieron bajo las bombas israel¨ªes en Qana consiguieron llegar a Sid¨®n, donde se prepara para hoy un funeral en masa.
"No s¨¦ si vamos a poder identificar a todos. Hay cad¨¢veres totalmente destrozados, miembros sueltos, cuerpos decapitados. Es lo m¨¢s horrible que he visto en in? vida", dijo un joven camillero a las puertas del dep¨®sito de cad¨¢veres. No hay cifra exacta y definitiva del n¨²mero de muertos, pero se teme que se acerquen al centenar. Los identificados hasta ahora son 75.
En Beirut, el primer ministro Rafik Hariri anunci¨® que su Gobierno hab¨ªa iniciado contactos de emergencia con la guerrilla Hezbol¨¢ a fin de explorar posibles caminos hacia una tregua, pero no revel¨® m¨¢s detalles.
Fuentes pol¨ªticas se?alan que ambos tratan de resucitar el esp¨ªritu del pacto verbal que puso fin a hostilidades similares en el verano de 1993 sobre la base de un compromiso de abstenerse de ataques contra poblaciones civiles en ambos lados de la frontera.. ?sas fuentes indican que L¨ªbano estar¨ªa demandando que cualquier nuevo acuerdo sea por escrito y que venga acompa?ado de una admisi¨®n israel¨ª de la necesidad de resolver el problema de fondo: la ocupaci¨®n del sur de L¨ªbano que Israel mantiene desde 1978 en contra de las resoluciones de las Naciones Unidas.
Dejar de disparar primero
Hezbol¨¢, por su parte, ha indicado que est¨¢ dispuesto a detener sus ataques, pero que Israel debe cesar sus bombardeos primero. ?sa parece, de momento, la ¨²nica posici¨®n oficial del movimiento guerrillero. Pero fuentes bien informadas aseguran que Hezbol¨¢, al igual que Siria, est¨¢ tratando de sacar el m¨¢ximo provecho posible del torrente de iniciativas diplom¨¢ticas. "No podemos volver al mismo punto de partida. Debemos lograr que la comunidad internacional comience a darse cuenta de que la crisis de L¨ªbano no va a dejar de existir mientras contin¨²e la ocupaci¨®n israel¨ª", dijo un miembro de Hezbol¨¢.El dilema que se cierne sobre Hezbol¨¢ es complejo: si el paquete de propuestas de paz incluye, por ejemplo, un repliegue de la guerrilla a las monta?as al norte de la zona ocupada por Israel para evitar puntos de fricci¨®n, Hezbol¨¢ dif¨ªcilmente podr¨¢ defender el argumento de que jam¨¢s har¨¢ concesiones mientras exista un solo soldado israel¨ª en suelo liban¨¦s. De la posibilidad de desarmar a Hezbol¨¢, como insiste Israel, no se habla porque equivaldr¨ªa a una total capitulaci¨®n que ni L¨ªbano ni Siria est¨¢n de ning¨²n modo dispuestas a contemplar.
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