Pintadas
El Roto dej¨® una pintada en los dos tercios de p¨¢gina de al lado de esta columna hace ahora una semana: "Quer¨¦is mercados de hierro y obreros de goma". Charo Nogueira, en la p¨¢gina siguiente, escrib¨ªa un reportaje sobre las vanas publicitarias. Son t¨¦cnicas de comunicaci¨®n a la antigua y a la moderna que de ninguna manera se interfieren. Las vallas publicitarias pretenden vendemos algo, las pintadas enviar a la ciudadan¨ªa un mensaje, generalmente reivindicativo.Gentes de orden -y posiblemente cercanas a la patronal o la patronal misma- se defendieron hace ya muchos a?os de las pintadas, descalificando a sus autores. E inventaron un refr¨¢n: "La muralla es la pantalla de la canalla". No hizo ning¨²n efecto, naturalmente, salvo que los autores de los mensajes, avisados de la mala intenci¨®n, se convirtieron en furtivos, los pintaban de noche previa inspecci¨®n de la zona y vigilaban por si hab¨ªa guardias.
La pintada suele llamar a la contrapintada. Es una variante del contraste de pareceres o acaso expresi¨®n de las posturas irreconciliables que mantienen las dos Espa?as. Aquella pintada injusta y cruel que rezaba "Taranc¨®n al pared¨®n", la calificaba al d¨ªa siguiente otra m¨¢s grande escrita debajo que s¨ªmplemente dec¨ªa: "?Fascistas!".
No es recomendable que los madrile?os vayan pintarrajeando las paredes sin mesura ni sentido pero la pintada no deja de ser una forma pr¨¢ctica de protestar por lo que ocurra en Madrid e informar al edilato de cu¨¢l es el estado de la cuesti¨®n. Por ejemplo, lo de los coches en doble y triple fila, que tupen las calles, molestan a los peatones e impiden la circulaci¨®n sin que el Ayuntamiento intervenga, podr¨ªa solucionarse denunciando a los infractores mediante las oportunas pintadas. Y ser¨ªan de este tenor: "`Aqu¨ª han aparcado en doble fila... ", especificando a continuaci¨®n la marca del coche, el n¨²mero de matr¨ªcula y hasta la cara de tonto (tonto-I'haba, cabr¨ªa matizar, si fuera el caso) que ten¨ªa el conductor. Y a los reincidentes se les ir¨ªan poniendo cruces, una por cada ma?ana, tarde o noche que hubiera estado el veh¨ªculo ocupando fraudulentamente unos cuantos metros cuadrados de ciudad, que son patrimonio de todos los madrile?os.
Los llamados scalextrics, que tienen convertidas algunas v¨ªas de Madrid en campos de tortura, cuyos humos contaminantes, ruido atronador y fealdad urbana condenan a la la vecindad a vivir en continuo sobresalto, merecen fuertes pintadas de repulsa. "Alcalde, meltase el scalextric por donde le quepa" no vale, pues, aparte la groser¨ªa, la propuesta es de dif¨ªcil realizaci¨®n. Quiz¨¢ fuera mejor pintarlos sin decir palabra. Enti¨¦ndase, cubrirlos de pintura a brochazo limpio, ora roja, ora verde y preferentemente negra para que el color exprese su siniestra condici¨®n.
Una actitud intolerable es la de quienes se limitan a tachar la pintada simplemente porque no les gusta. He aqu¨ª una muestra de vil intolerancia, de la que abomina todo autor de pintadas bien nacido y con verdadero esp¨ªritu democr¨¢tico. El buen dem¨®crata respetar¨¢ la pintada, redactar¨¢ otra al lado de signo contrario y saldr¨¢ corriendo, no vayan a llegar los guardias.
Intenciones especialmente perversas son las que revelan quienes no hacen pintadas sino que introducen vocablo! nuevos en las ya escritas para cambiar su significado. Una, tarde iba de norte a sur por cierta calle madrile?a para comprar bu?uelos de viento, y en la enorme pared blanca de una escuela vi una pintada de fresco alquitr¨¢n que dec¨ªa: "?Viva Cristo Rey!". Cuando volv¨ª de sur a norte con el cucurucho aceitoso lleno de bu?uelos, ya hab¨ªan manipulado la pintada, dej¨¢ndola convertida en el siguiente mensaje surrealista: "?Viva ?ngel Cristo y B¨¢rbara Rey!".
Rotulaciones famosas del Madrid castizo que m¨¢s parec¨ªan pintadas por la pobreza de medios de la ¨¦poca eran aquellos entra?ables "Ay harena" de los edificios en obras y "Prohibido figar carteles" en la pared impoluta de un edificio noble de la ciudad. Pero se trata de distinto tema. Las pintadas no es forzoso constituyan piezas literarias ni sigan escrupulosamente las normas del Miranda Podadera.
Las pintadas son el sentir del alma popular y valen lo mismo para informar "Pepita ama a Luis", que para dar vivas a los quintos del reemplazo del 92. ?Vivan!
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